El Gobierno y las FARC volverán a firmar la paz el jueves en Bogotá
Santos confirma que el nuevo acuerdo será refrendado e implementado a través del Congreso
Javier Lafuente
Bogotá, El País
El Gobierno de Colombia y las FARC volverán a firmar la paz este jueves tras el acuerdo alcanzado el pasado día 12. El presidente, Juan Manuel Santos, y el líder de las FARC, Rodrigo Londoño, alias Timochenko, se estrecharán de nuevo la mano, esta vez en Bogotá, en el Teatro Colón a las 11 de la mañana, en un acto con menos pompa que el celebrado el pasado 26 de septiembre en Cartagena, pero que no por eso deja de tener simbolismo. En menos de dos meses, y tras el rechazo ciudadano en el plebiscito, ambas partes han alcanzado un nuevo texto en el que se incluyen muchas de las observaciones que hicieron los partidarios del ‘no’, aunque las cuestiones de peso han quedado intactas.
Santos anunció que el nuevo acuerdo será refrendado e implementado a través del Congreso y no con un nuevo plebiscito, como exigían los partidarios del ‘no’, liderados por el expresidente Álvaro Uribe. "La inmensa mayoría de los sectores de la sociedad civil, los jóvenes, la iglesia y sectores políticos han señalado su preocupación frente a un nuevo plebiscito. Una nueva campaña polarizaría de manera peligrosa al país y este es el momento de la unión y no la división", ha recalcado Santos en un mensaje televisado.
El anuncio del acto de la nueva firma llega precedido del rechazo al pacto por parte de los partidarios del ‘no’, liderados por el expresidente Álvaro Uribe. Pese a reconocer que ha habido avances en el nuevo texto, consideran que este “es apenas un retoque del rechazado por los ciudadanos” el pasado 2 de octubre. La respuesta de Uribe y los contrarios al proceso de paz, no por esperada, supone otro revés para el Gobierno y las FARC. Desde la victoria del ‘no’ en el plebiscito el equipo negociador del presidente, Juan Manuel Santos y la oposición se reunieron en 10 ocasiones. El Ejecutivo llevó a La Habana, sede de las negociaciones con la guerrilla durante cuatro años, un documento con las 400 propuestas de los líderes del ‘no’, muchas de las cuales fueron incorporadas en el texto anunciado el pasado 13 de noviembre. Este lunes, el primer encuentro después del nuevo pacto entre el Gobierno y los líderes del ‘no’ –una tensa reunión de más de siete horas- constató que las diferencias entre ambas partes son insalvables. El choque es frontal y no tiene visos de prosperar. "Desgraciadamente, algunos de los sectores más radicales del 'no' o se siguen oponiendo al nuevo acuerdo, a pesar de sus claros e importantes cambios y ajustes. Lamento de veras esa posición", ha asegurado Santos.
Los líderes del no responsabilizan al Gobierno de “negar la posibilidad de este acuerdo nacional sobre temas sustanciales”. Para Uribe, se tienen que modificar asuntos relacionados con las sanciones a los guerrilleros —no especifica en qué términos—, “la no elegibilidad mientras se cumplen penas” y “eliminar el narcotráfico como conexo al delito político”, entre otros aspectos. “El Gobierno nos ha dicho que estos temas no son revisables; sin estas reformas, el acuerdo es apenas un retoque del rechazado por los ciudadanos”, insistió Uribe, quien reconoció al Gobierno que en algunos puntos sí hubo avances y otros temas podrían tener ajustes en el Congreso.
La reacción de Uribe no fue bien recibida por el Gobierno. El jefe del equipo negociador, Humberto de la Calle, defendió que el nuevo texto incluye muchas de las observaciones hechas por los opositores a este proceso de paz, todas las posibles para lograr un acuerdo con las FARC. “Llegó la hora de avanzar”, zanjó De la Calle, quien recordó que el repunte del paramilitarismo y el asesinato de varios líderes sociales, así como la muerte de dos guerrilleros en un enfrentamiento con el Ejército, evidencian la “fragilidad del cese al fuego y un agravamiento de la violencia”. “Los colombianos no pueden seguir viviendo en la incertidumbre”, insistió. "Implementar este nuevo acuerdo a la mayor brevedad posible es fundamental para cumplir con la obligación que tengo", zanjó Santos.
Javier Lafuente
Bogotá, El País
El Gobierno de Colombia y las FARC volverán a firmar la paz este jueves tras el acuerdo alcanzado el pasado día 12. El presidente, Juan Manuel Santos, y el líder de las FARC, Rodrigo Londoño, alias Timochenko, se estrecharán de nuevo la mano, esta vez en Bogotá, en el Teatro Colón a las 11 de la mañana, en un acto con menos pompa que el celebrado el pasado 26 de septiembre en Cartagena, pero que no por eso deja de tener simbolismo. En menos de dos meses, y tras el rechazo ciudadano en el plebiscito, ambas partes han alcanzado un nuevo texto en el que se incluyen muchas de las observaciones que hicieron los partidarios del ‘no’, aunque las cuestiones de peso han quedado intactas.
Santos anunció que el nuevo acuerdo será refrendado e implementado a través del Congreso y no con un nuevo plebiscito, como exigían los partidarios del ‘no’, liderados por el expresidente Álvaro Uribe. "La inmensa mayoría de los sectores de la sociedad civil, los jóvenes, la iglesia y sectores políticos han señalado su preocupación frente a un nuevo plebiscito. Una nueva campaña polarizaría de manera peligrosa al país y este es el momento de la unión y no la división", ha recalcado Santos en un mensaje televisado.
El anuncio del acto de la nueva firma llega precedido del rechazo al pacto por parte de los partidarios del ‘no’, liderados por el expresidente Álvaro Uribe. Pese a reconocer que ha habido avances en el nuevo texto, consideran que este “es apenas un retoque del rechazado por los ciudadanos” el pasado 2 de octubre. La respuesta de Uribe y los contrarios al proceso de paz, no por esperada, supone otro revés para el Gobierno y las FARC. Desde la victoria del ‘no’ en el plebiscito el equipo negociador del presidente, Juan Manuel Santos y la oposición se reunieron en 10 ocasiones. El Ejecutivo llevó a La Habana, sede de las negociaciones con la guerrilla durante cuatro años, un documento con las 400 propuestas de los líderes del ‘no’, muchas de las cuales fueron incorporadas en el texto anunciado el pasado 13 de noviembre. Este lunes, el primer encuentro después del nuevo pacto entre el Gobierno y los líderes del ‘no’ –una tensa reunión de más de siete horas- constató que las diferencias entre ambas partes son insalvables. El choque es frontal y no tiene visos de prosperar. "Desgraciadamente, algunos de los sectores más radicales del 'no' o se siguen oponiendo al nuevo acuerdo, a pesar de sus claros e importantes cambios y ajustes. Lamento de veras esa posición", ha asegurado Santos.
Los líderes del no responsabilizan al Gobierno de “negar la posibilidad de este acuerdo nacional sobre temas sustanciales”. Para Uribe, se tienen que modificar asuntos relacionados con las sanciones a los guerrilleros —no especifica en qué términos—, “la no elegibilidad mientras se cumplen penas” y “eliminar el narcotráfico como conexo al delito político”, entre otros aspectos. “El Gobierno nos ha dicho que estos temas no son revisables; sin estas reformas, el acuerdo es apenas un retoque del rechazado por los ciudadanos”, insistió Uribe, quien reconoció al Gobierno que en algunos puntos sí hubo avances y otros temas podrían tener ajustes en el Congreso.
La reacción de Uribe no fue bien recibida por el Gobierno. El jefe del equipo negociador, Humberto de la Calle, defendió que el nuevo texto incluye muchas de las observaciones hechas por los opositores a este proceso de paz, todas las posibles para lograr un acuerdo con las FARC. “Llegó la hora de avanzar”, zanjó De la Calle, quien recordó que el repunte del paramilitarismo y el asesinato de varios líderes sociales, así como la muerte de dos guerrilleros en un enfrentamiento con el Ejército, evidencian la “fragilidad del cese al fuego y un agravamiento de la violencia”. “Los colombianos no pueden seguir viviendo en la incertidumbre”, insistió. "Implementar este nuevo acuerdo a la mayor brevedad posible es fundamental para cumplir con la obligación que tengo", zanjó Santos.