Colombia podría refrendar un nuevo acuerdo de paz en cabildos abiertos
Colombia, EFE
El refrendo de los nuevos acuerdos de paz en Colombia puede no ser mediante un nuevo referéndum, sino en “cabildos abiertos”; esto es, concejos municipales con participación directa de los ciudadanos, según declaró hoy en Madrid el negociador gubernamental Yesid Reyes.
Tras una votación que sorprendió a medio mundo, los colombianos rechazaron la propuesta de paz que les fue sometida en el plebiscito que convocó el presidente Juan Manuel Santos el pasado 2 de octubre.
Desde entonces, el Gobierno, los responsables de las Farc y los representantes del “no” trabajan para conseguir un nuevo acuerdo que ofrecer al pueblo colombiano para acabar con un conflicto que ha ensangrentado a su país durante 52 años.
Uno de los negociadores gubernamentales es Yesid Reyes Alvarado, exministro de Justicia e hijo de Alfonso Reyes Echandía, el presidente de la Corte Suprema de Colombia que murió durante el brutal asalto al Palacio de Justicia el 7 de noviembre de 1985.
Con veinticinco años de experiencia como jurista, Reyes Alvarado (Bogotá, 1960) opina que los “cabildos abiertos” (una institución española de los tiempos de la colonización de América) es una fórmula que está sobre la mesa como manera de someter a los colombianos el pacto que se negocian en La Habana.
Se trata, grosso modo, de asambleas de ciudadanos que se reunirían en los 1.100 concejos municipales de Colombia para debatir primero y votar después la propuesta o propuestas que les lleguen de las partes.
“Es una forma que tiene el pueblo de manifestarse mediante la discusión y la votación de los acuerdos” -comenta Reyes-, si bien será el presidente quien decida, en última instancia, de qué manera se producirá el obligado refrendo popular.
El exministro intervino hoy en una tribuna organizada por la Agencia EFE en la Casa América de Madrid para hablar sobre la marcha del proceso de paz tras el fallido plebiscito y explicar cómo el diálogo está centrado en la llamada “justicia transicional”.
El negociador sostiene que “la justicia penal ordinaria no es la mejor manera de resolver este tipo de conflicto” porque ésta se ocupa de delitos individuales que se han producido durante más de medio siglo, lo que hace imposible juzgarlos “en menos de ochenta años” y, además” “retrasaría enormemente la reparación a las víctimas”.
La justicia transicional no es un tipo de justicia, sino una forma de abordarla en procesos como el que afecta a Colombia, donde hay responsabilidad en la guerrilla, en las fuerzas de seguridad del Estado y en terceros que están de una forma u otra vinculados al terrible conflicto armado que ha vivido el país.
Reyes explica que “el proceso de transición tiene que incluir una Comisión de la Verdad”; que “hay que buscar los crímenes más graves y centrarse en sus máximos responsables”; que “se debe establecer un sistema de reparación a las víctimas”, y, en fin, “que también hay que intervenir en las causas del conflicto para que no resurja”.
El exministro reconoce que “uno de los puntos más complejos de la negociación en La Habana es el tema de la ‘elegibilidad’ de los responsables de las FARC”; es decir, el supuesto de que se presenten a un cargo institucional inmediatamente tras el nuevo acuerdo de paz o después de cumplir la pena que les corresponda.
Y otro aspecto muy destacado es lo que el presidente Santos llama “el impacto del conflicto en la mujer, en sus derechos como víctima y en su papel en la reconciliación”, asunto que, según Reyes, “se está volviendo a diseñar” para que no afecte a enfoques de género y respete el concepto que cada quien tenga sobre el hecho familiar.
Sobre la terrible experiencia que para él supuso la muerte de su padre, hace ya 31 años, Yesid Reyes afirma: “No tengo sentimientos negativos sobre las personas que intervinieron en la toma del Palacio de Justicia… En mi caso, no hubo Comisión de la Verdad, lo cual siempre ha hecho más difícil olvidar. Tengamos en cuenta que una cosa es el perdón, y otra es el olvido”.
El refrendo de los nuevos acuerdos de paz en Colombia puede no ser mediante un nuevo referéndum, sino en “cabildos abiertos”; esto es, concejos municipales con participación directa de los ciudadanos, según declaró hoy en Madrid el negociador gubernamental Yesid Reyes.
Tras una votación que sorprendió a medio mundo, los colombianos rechazaron la propuesta de paz que les fue sometida en el plebiscito que convocó el presidente Juan Manuel Santos el pasado 2 de octubre.
Desde entonces, el Gobierno, los responsables de las Farc y los representantes del “no” trabajan para conseguir un nuevo acuerdo que ofrecer al pueblo colombiano para acabar con un conflicto que ha ensangrentado a su país durante 52 años.
Uno de los negociadores gubernamentales es Yesid Reyes Alvarado, exministro de Justicia e hijo de Alfonso Reyes Echandía, el presidente de la Corte Suprema de Colombia que murió durante el brutal asalto al Palacio de Justicia el 7 de noviembre de 1985.
Con veinticinco años de experiencia como jurista, Reyes Alvarado (Bogotá, 1960) opina que los “cabildos abiertos” (una institución española de los tiempos de la colonización de América) es una fórmula que está sobre la mesa como manera de someter a los colombianos el pacto que se negocian en La Habana.
Se trata, grosso modo, de asambleas de ciudadanos que se reunirían en los 1.100 concejos municipales de Colombia para debatir primero y votar después la propuesta o propuestas que les lleguen de las partes.
“Es una forma que tiene el pueblo de manifestarse mediante la discusión y la votación de los acuerdos” -comenta Reyes-, si bien será el presidente quien decida, en última instancia, de qué manera se producirá el obligado refrendo popular.
El exministro intervino hoy en una tribuna organizada por la Agencia EFE en la Casa América de Madrid para hablar sobre la marcha del proceso de paz tras el fallido plebiscito y explicar cómo el diálogo está centrado en la llamada “justicia transicional”.
El negociador sostiene que “la justicia penal ordinaria no es la mejor manera de resolver este tipo de conflicto” porque ésta se ocupa de delitos individuales que se han producido durante más de medio siglo, lo que hace imposible juzgarlos “en menos de ochenta años” y, además” “retrasaría enormemente la reparación a las víctimas”.
La justicia transicional no es un tipo de justicia, sino una forma de abordarla en procesos como el que afecta a Colombia, donde hay responsabilidad en la guerrilla, en las fuerzas de seguridad del Estado y en terceros que están de una forma u otra vinculados al terrible conflicto armado que ha vivido el país.
Reyes explica que “el proceso de transición tiene que incluir una Comisión de la Verdad”; que “hay que buscar los crímenes más graves y centrarse en sus máximos responsables”; que “se debe establecer un sistema de reparación a las víctimas”, y, en fin, “que también hay que intervenir en las causas del conflicto para que no resurja”.
El exministro reconoce que “uno de los puntos más complejos de la negociación en La Habana es el tema de la ‘elegibilidad’ de los responsables de las FARC”; es decir, el supuesto de que se presenten a un cargo institucional inmediatamente tras el nuevo acuerdo de paz o después de cumplir la pena que les corresponda.
Y otro aspecto muy destacado es lo que el presidente Santos llama “el impacto del conflicto en la mujer, en sus derechos como víctima y en su papel en la reconciliación”, asunto que, según Reyes, “se está volviendo a diseñar” para que no afecte a enfoques de género y respete el concepto que cada quien tenga sobre el hecho familiar.
Sobre la terrible experiencia que para él supuso la muerte de su padre, hace ya 31 años, Yesid Reyes afirma: “No tengo sentimientos negativos sobre las personas que intervinieron en la toma del Palacio de Justicia… En mi caso, no hubo Comisión de la Verdad, lo cual siempre ha hecho más difícil olvidar. Tengamos en cuenta que una cosa es el perdón, y otra es el olvido”.