Sin Obama en cartel, cae el interés electoral de los negros

El descenso de la participación inquieta a la campaña de Clinton ante el repunte de Trump

Joan Faus
Corresponsal en Estados Unidos
Washington, E País
La Universidad Howard en Washington es un microcosmos que permite calibrar el apetito electoral de la juventud negra. El campus de la universidad, referencia histórica de la comunidad afroamericana y con estudiantes procedentes de todo Estados Unidos, refleja los temores de la campaña demócrata. Sin Barack Obama y con Hillary Clinton de candidata en las elecciones presidenciales del martes, cae el interés electoral de los negros. El republicano Donald Trump confía en desmovilizar a las minorías raciales, que tienden a votar al Partido Demócrata.


Jeff, negro de 21 años, votará a Clinton porque es la “menos mala de dos diablos”, una frase habitual entre muchos votantes. Pero este estudiante de marketing, que llama “racista” a Trump, asegura que “mucha gente negra” no votará. No solo influye que Obama, el primer presidente negro, no se presente a los comicios, sino también el pasado del matrimonio Clinton: en los noventa, ante el crimen rampante en EE UU, apostaron por políticas de mano dura que contribuyeron a la encarcelación masiva de afroamericanos.

“No quiero votar a Hillary porque no creo que el Partido Demócrata haga mucho para ayudar a la gente negra”, dice Jamillia Joy, estudiante de 18 años de sociología. Votará a Jill Stein, la candidata verde. El motivo, esgrime, es que Clinton no aborda las raíces de los problemas socioeconómicos que golpean a la comunidad negra.

Asegura que sus tres hermanos se han visto afectados por la ley de 1994, bajo la presidencia de Bill Clinton, que endureció las condenas, por ejemplo imponiendo cadenas perpetuas por acumular tres delitos. Joy proviene de un barrio conflictivo de Chicago, que describe como un “Estado de vigilancia policial”.

Para ganar las elecciones, Clinton necesita movilizar a buena parte de la coalición de votantes jóvenes, urbanos y de minorías raciales que impulsó a Obama en las elecciones de 2008 y 2012. Los datos preliminares de voto anticipado en algunos Estados clave inquietan a los demócratas. En Carolina del Norte, el apoyo negro a Clinton es un 16% más bajo que en 2012, según los datos de mediados de esta semana. En Florida, el porcentaje de afroamericanos que han votado anticipadamente ha pasado en cuatro años del 25% al 15%.

El descenso se atribuye a la ausencia de Obama en el cartel electoral, que propició una movilización récord de negros. También a los intentos republicanos de dificultar el voto afroamericano en Estados como Carolina del Norte con impedimentos para registrarse. Y a la reticencia que mantienen algunos negros con los Clinton.

El presidente se ha volcado en los últimos días en tratar de revertir las cifras negativas con un maratón de mítines y entrevistas periodísticas enfocadas al público afroamericano. La campaña de Clinton confía en poder compensar un descenso del voto negro con aumentos significativos del apoyo de hispanos y mujeres con estudios universitarios.

Clinton también conecta menos que Obama con los jóvenes. Fue uno de sus puntos flacos en las primarias demócratas ante el senador Bernie Sanders. En 2012, apoyaron a Obama el 91% de los jóvenes negros y el 74% de los latinos, según datos del proyecto Black Youth de la Universidad de Chicago. Para Clinton, se estiman en el 80% y 63% respectivamente.

Kira Porter, estudiante de 18 años de marketing, no podrá votar por unos problemas administrativos. Dice que lo haría por Clinton por su cercanía a Obama. Elogia al presidente, pero minimiza su contribución a sanar la brecha racial. “Hay mayor concienciación sobre lo qué ocurre en la comunidad negra, pero todavía hay opresión. En la brutalidad policial, en los trabajos…”, sostiene.

Houston Griffin, estudiante de biología de 18 años, ya ha votado por Clinton. Le parece cercana a los afroamericanos y sería la primera presidenta del país. Dice que algunos amigos suyos que eran reticentes a respaldar a la demócrata lo harán ahora ante el temor de una victoria de Trump.

En el campus de Howard, que fue un caldo de cultivo del activismo negro de los años cincuenta y sesenta, apenas se ven referencias a las elecciones. Pese a que la política siempre ha impregnado la universidad: pronunciaron discursos los líderes negros Martin Luther King y Malcom X, y los presidentes John F. Kennedy y, el pasado mayo, Obama.

La única referencia visible a las elecciones es un cartel en uno de los accesos al campus que evidencia los recelos a ambos candidatos. Publicita la convención, este domingo en la universidad, sobre la autodeterminación negra con imágenes burlonas de Clinton y Trump.

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