Argentina extradita al narco colombiano ‘Mi sangre’ a Estados Unidos
Jesús López Londoño fue en 2012 el arresto más importante en la historia del país
Ramiro Barreiro
Buenos Aires, El País
El crimen organizado vinculado al narcotráfico ha crecido en forma exponencial en Argentina. Evidencia de ello fue la detención, el 31 de octubre de 2012, de Jesús López Londoño, alias "Mi sangre". Considerada la captura más importante de la historia del país en la lucha contra el tráfico de drogas, López Londoño cayó mientras comía con unos amigos en un restaurante de Pilar (a 60 kilómetros de la ciudad de Buenos Aires) . El líder del cartel de Urabeños tenía un pedido de captura internacional emitido por Colombia y por Estados Unidos y era uno de los narcotraficantes más buscados por la DEA.
López Londoño vivió en Argentina desde 2011, en el prestigioso barrio cerrado Nordelta, cambiaba continuamente sus domicilios legales y se movía con al menos 8 custodios, muchos de ellos exmilitares. Una vez detenido, cumplió parte de su condena en un penal de Ezeiza, desde donde en alguna oportunidad concedió entrevistas. En una de ellas, al programa de TV La Cornisa, dijo que “Argentina está iniciando un proceso que Colombia ya vivió hace 20 años (con respecto al crimen organizado) y espero que puedan frenarlo”.
Este miércoles por la madrugada, guardia cárceles del Complejo Penitenciario I de Ezeiza despertaron en forma sorpresiva a líder narco e iniciaron un fuerte operativo de seguridad secreto, que incluyó el monitoreo desde dos helicópteros. El ministerio de Seguridad publicó en su cuenta de Twitter una foto de “Mi Sangre” y calificó de “exitoso” el trabajo de la policía. Finalmente, López Londoño fue entregado a las autoridades estadounidenses en Florida. Así se ha cumplido con el pedido de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), que el 13 de septiembre concedió la extradición del procesado al país del norte, donde se lo acusa de “conspiración para distribuir una sustancia controlada (cocaína), a sabiendas de que se importaría ilegalmente”.
La acusación dice que López Londoño dirigió entre 2006 y 2012 una organización dedicada al tráfico de cocaína hacia Estados Unidos, México y América Central, y al lavado de dinero producido por esa actividad ilegal. La organización paramilitar Los Urabeños comenzó sus acciones hace 20 años. En la actualidad posee alrededor de 1.900 miembros y es considerada una de las 4 organizaciones mafiosas más fuertes de Colombia, junto con Los Rastrojos, el Ejército Revolucionario Popular Antisubversivo de Colombia (ERPAC) y las Águilas Negras.
La estadía de “Mi Sangre” en el penal de Ezeiza no fue apacible. El 3 de septiembre pasado se conoció un plan del colombiano para huir de la reclusión con el ataque de un grupo comando dentro del penal. La logística de la iniciativa iba a ser facilitada por su defensa, pero la abogada María Gabriela Ricagno fue sorprendida en el ingreso al penal y se le secuestró un plano detallado de los terrenos donde está emplazada la unidad, considerada de máxima seguridad. Asimismo, el croquis también incluía la ubicación detallada de comisarías y otras dependencias policiales próximas al penal, así como los barrios aledaños y una posible línea de fuga con dirección a la localidad de Cañuelas, a 80 km de la ciudad de Buenos Aires. Por ese hecho, se pasó a disponibilidad al director del penal y a otros dos funcionarios que se cree que tuvieron vinculación con el ingreso de un teléfono y de los otros elementos hallados; también se abrió una causa penal contra integrantes del Servicio Penitenciario.
Ramiro Barreiro
Buenos Aires, El País
El crimen organizado vinculado al narcotráfico ha crecido en forma exponencial en Argentina. Evidencia de ello fue la detención, el 31 de octubre de 2012, de Jesús López Londoño, alias "Mi sangre". Considerada la captura más importante de la historia del país en la lucha contra el tráfico de drogas, López Londoño cayó mientras comía con unos amigos en un restaurante de Pilar (a 60 kilómetros de la ciudad de Buenos Aires) . El líder del cartel de Urabeños tenía un pedido de captura internacional emitido por Colombia y por Estados Unidos y era uno de los narcotraficantes más buscados por la DEA.
López Londoño vivió en Argentina desde 2011, en el prestigioso barrio cerrado Nordelta, cambiaba continuamente sus domicilios legales y se movía con al menos 8 custodios, muchos de ellos exmilitares. Una vez detenido, cumplió parte de su condena en un penal de Ezeiza, desde donde en alguna oportunidad concedió entrevistas. En una de ellas, al programa de TV La Cornisa, dijo que “Argentina está iniciando un proceso que Colombia ya vivió hace 20 años (con respecto al crimen organizado) y espero que puedan frenarlo”.
Este miércoles por la madrugada, guardia cárceles del Complejo Penitenciario I de Ezeiza despertaron en forma sorpresiva a líder narco e iniciaron un fuerte operativo de seguridad secreto, que incluyó el monitoreo desde dos helicópteros. El ministerio de Seguridad publicó en su cuenta de Twitter una foto de “Mi Sangre” y calificó de “exitoso” el trabajo de la policía. Finalmente, López Londoño fue entregado a las autoridades estadounidenses en Florida. Así se ha cumplido con el pedido de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), que el 13 de septiembre concedió la extradición del procesado al país del norte, donde se lo acusa de “conspiración para distribuir una sustancia controlada (cocaína), a sabiendas de que se importaría ilegalmente”.
La acusación dice que López Londoño dirigió entre 2006 y 2012 una organización dedicada al tráfico de cocaína hacia Estados Unidos, México y América Central, y al lavado de dinero producido por esa actividad ilegal. La organización paramilitar Los Urabeños comenzó sus acciones hace 20 años. En la actualidad posee alrededor de 1.900 miembros y es considerada una de las 4 organizaciones mafiosas más fuertes de Colombia, junto con Los Rastrojos, el Ejército Revolucionario Popular Antisubversivo de Colombia (ERPAC) y las Águilas Negras.
La estadía de “Mi Sangre” en el penal de Ezeiza no fue apacible. El 3 de septiembre pasado se conoció un plan del colombiano para huir de la reclusión con el ataque de un grupo comando dentro del penal. La logística de la iniciativa iba a ser facilitada por su defensa, pero la abogada María Gabriela Ricagno fue sorprendida en el ingreso al penal y se le secuestró un plano detallado de los terrenos donde está emplazada la unidad, considerada de máxima seguridad. Asimismo, el croquis también incluía la ubicación detallada de comisarías y otras dependencias policiales próximas al penal, así como los barrios aledaños y una posible línea de fuga con dirección a la localidad de Cañuelas, a 80 km de la ciudad de Buenos Aires. Por ese hecho, se pasó a disponibilidad al director del penal y a otros dos funcionarios que se cree que tuvieron vinculación con el ingreso de un teléfono y de los otros elementos hallados; también se abrió una causa penal contra integrantes del Servicio Penitenciario.