Unicef denuncia la muerte de 22 niños en un ataque aéreo en Siria
"Es una tragedia, una salvajada. Si ha sido deliberado, es un crimen de guerra”, dijo Anthony Lake, director general de la agencia de la ONU
Agencias
Nueva York / Beirut
Unicef, la agencia de la ONU para la infancia, denunció esta madrugada la muerte de 22 niños a consecuencia de un bombardeo que destruyó la escuela en que se hallaban, en la provincia siria de Idlib; en el ataque habrían muerto también seis profesores. “Es una tragedia, una salvajada. Si ha sido deliberado, es un crimen de guerra”, dijo Anthony Lake, director general de Unicef, en la sede de la ONU en Nueva York.
Los bombardeos fueron confirmados por miembros de los equipos de protección civil (conocidos como cascos blancos) y el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (que rebajó la cifra de escolares muertos a quince). Ambas fuentes culparon al régimen de Damasco o a la aviación rusa ya que Idlib se halla en manos rebeldes. La provincia de Idlib alberga la mayor zona habitada en poder de los rebeldes, una pléyade de grupos de distinta adscripción, de los nacionalistas a los islamistas del antiguo Frente al Nusra.
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Los ataques aéreos se cebaron en una zona residencial y un colegio de Haas, donde la televisión pública siria aseguró que un número indeterminado de militantes (rebeldes, en la terminología del régimen) habían muertos a consecuencia de los bombardeos, sin hacer ninguna referencia a la escuela.
El embajador ruso ante la ONU, Vitali Churkin, declaró: “Es horrible, espero que no estemos implicados. Para mí lo más fácil sería decir que no, pero soy responsable, por lo que debo esperar a ver qué dice mi Ministerio de Defensa”.
Agencias
Nueva York / Beirut
Unicef, la agencia de la ONU para la infancia, denunció esta madrugada la muerte de 22 niños a consecuencia de un bombardeo que destruyó la escuela en que se hallaban, en la provincia siria de Idlib; en el ataque habrían muerto también seis profesores. “Es una tragedia, una salvajada. Si ha sido deliberado, es un crimen de guerra”, dijo Anthony Lake, director general de Unicef, en la sede de la ONU en Nueva York.
Los bombardeos fueron confirmados por miembros de los equipos de protección civil (conocidos como cascos blancos) y el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (que rebajó la cifra de escolares muertos a quince). Ambas fuentes culparon al régimen de Damasco o a la aviación rusa ya que Idlib se halla en manos rebeldes. La provincia de Idlib alberga la mayor zona habitada en poder de los rebeldes, una pléyade de grupos de distinta adscripción, de los nacionalistas a los islamistas del antiguo Frente al Nusra.
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Los ataques aéreos se cebaron en una zona residencial y un colegio de Haas, donde la televisión pública siria aseguró que un número indeterminado de militantes (rebeldes, en la terminología del régimen) habían muertos a consecuencia de los bombardeos, sin hacer ninguna referencia a la escuela.
El embajador ruso ante la ONU, Vitali Churkin, declaró: “Es horrible, espero que no estemos implicados. Para mí lo más fácil sería decir que no, pero soy responsable, por lo que debo esperar a ver qué dice mi Ministerio de Defensa”.