Trump presenta su plan de gobierno tras amenazar a las mujeres que lo acusan de acoso

El candidato republicano reitera su promesa de que hará pagar a México por el muro fronterizo

Silvia Ayuso
Washington, El País
Donald Trump tiene todas las encuestas —fiables— en su contra y a su partido, el Republicano, en modo “sálvese quien pueda” para al menos no perder las mayorías en el Congreso. Pero el candidato conservador a la presidencia dice seguir convencido de que el 20 de enero entrará a la Casa Blanca y este sábado anunció las medidas que prevé dictar en sus primeros 100 días en el Despacho Oval, entre las que se incluye la orden de construir el muro fronterizo que hará pagar, dijo de nuevo, a México. Antes sin embargo insistió en sus denuncias de que puede haber “fraude” en las elecciones y amenazó con demandar a todas las mujeres que lo acusan pasados los comicios, una amenaza que diluyó, una vez más, la imagen presidencialista que intentaba transmitir.


“Todas y cada una de esas mentirosas serán demandadas cuando acaben las elecciones”, dijo Trump al subirse al podio en un mitin en Gettysburg, Pensilvania, uno de los Estados clave que según los sondeos se le escapan. Desde que Trump negó públicamente haber acosado sexualmente a mujeres, días después de que se filtrara una conversación suya de 2005 en la que el magnate se vanagloriaba de que su posición de poder le permitía hacer “lo que sea” con el sexo femenino, una decena de mujeres han denunciado que el magnate las acosó en el pasado.

“Es una invención total, ninguna de esas cosas sucedió jamás”, insistió el sábado Trump, que acusó a la campaña de la demócrata Hillary Clinton de estar detrás de las acusaciones.

Una nueva denuncia contra Trump

La amenaza de demanda sin embargo no parece haber surtido mucho efecto entre sus acusadoras. Apenas unas horas después de su discurso en Pensilvania, otra mujer, la undécima, acusó públicamente a Trump de haberla acosado sexualmente. Se trata de Jessica Drake, una actriz de cine para adultos que asegura que hace una década Trump la presionó para mantener relaciones sexuales y hasta llegó a ofrecerle 10.000 dólares y usar su avión privado si accedía, aunque ella afirma que se negó repetidamente.

Drake compareció con la abogada Gloria Allred, que también representa a otras mujeres que acusan a Trump de acoso sexual y que asimismo defiende a varias de las mujeres que han acusado al actor Bill Cosby de abusos sexuales. “Sus palabras y acciones son una gran prueba de su carácter, de su misoginia y de que es un apologista del acoso sexual”, afirmó la actriz. Drake dijo ser consciente de que pueden llamarla “oportunista o mentirosa” por revelar ahora su experiencia, pero afirmó que se decidió a ello para “mostrar solidaridad con las mujeres que tienen historias similares que se extienden por muchos, muchos años”.

La campaña de Trump calificó su testimonio de “totalmente falso y ridículo” y aseguró que el candidato republicano “no conoce a esta persona, no la recuerda y no habría tenido nunca interés en conocerla”, según un comunicado. En este, su equipo vuelve a acusar a Clinton de estar detrás de esta acusación para “difamar a un candidato que está a la cabeza en tres encuestas diferentes”. No es más que “otro ejemplo de los intentos de la campaña de Clinton de manipular las elecciones”, agregó.

Las prioridades del presidente Trump

El escenario elegido por Trump para su discurso sobre sus planes de gobierno más inmediatos no fue casual. Gettysburg fue testigo de una de las batallas más cruentas de la Guerra de Secesión y el lugar donde el presidente Abraham Lincoln, al que Trump dice admirar tanto, pronunció su discurso más celebrado, en el que hace casi 153 años defendió la importancia de preservar la unidad de la nación y los principios de igualdad. A ello apeló el magnate en su discurso, manifestando su esperanza de que el “ejemplo” de Lincoln sirva para “curar las divisiones que vivimos en estos momentos”. “Somos una nación muy dividida”, subrayó.

Pero del espíritu conciliador de Lincoln hubo poco en un discurso en el que, básicamente, volvió a prometer que dará marcha atrás en todas las políticas adelantadas por el presidente Barack Obama, desde su reforma sanitaria, que “revocará por completo”, a “cada acción ejecutiva inconstitucional, memorando y orden emitida por el presidente”, que “reescribirá” en su totalidad.

En lo que denominó su "contrato con los electores", Trump también reiteró que en su programa para los primeros cien días de gobierno “retirará” a EE UU del Acuerdo Transpacífico (TPP, por sus siglas en inglés) y “renegociará totalmente” el NAFTA/TLCAN con Canadá y México, país con el que construirá un muro que el vecino del sur deberá costear.

“No se preocupen, he dicho que México pagará, reembolsará a EE UU el costo total de ese muro, México pagará”, insistió. También reiteró su promesa de deportar de inmediato a hasta dos millones de indocumentados que hayan cometido crímenes y un sistema de penalización de los inmigrantes que entren repetidas veces de forma ilegal en el país que incluye penas de cárcel de hasta cinco años para los más reincidentes. “Si alguien entra, lo echamos. Si viene de nuevo, lo mandamos a la cárcel”, afirmó.

En sus primeros tres meses de gobierno, Trump cancelaría también los visados de los países que se nieguen a recibir a los inmigrantes deportados y suspendería la inmigración de “regiones propensas al terrorismo donde no puede hacerse un escrutinio seguro” de los refugiados.

De puertas adentro, Trump quiere acabar con la “corrupción” de Washington enmendando la Constitución para que se establezcan límites a los mandatos de los congresistas y también estableciendo unos plazos de tiempo antes de que un funcionario público pueda pasarse al cabildeo en las múltiples empresas de lobby que pueblan la capital estadounidense.

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