Ter Stegen: del "siento si los pongo nerviosos" al "lo siento mucho"
Barcelona, AS
Parecía imposible, pero Ter Stegen se superó en Vigo. El año pasado había tocado fondo allí. Encajó cuatro goles en Balaídos, un partido que cerró una trilogía horrible para el alemán, que había recibido otros cuatro en San Mamés después de un despeje lamentable de cabeza que San José castigó con un gol desde el centro del campo. Días después, Florenzi desnudó de nuevo al alemán en Roma con un gol más lejano aún que castigó un posicionamiento inadecuado del portero. Los cuatro goles de Vigo, días después, marcaron su peor momento en el Barcelona y le costaron incluso meses después la titularidad en el Mundial de Clubes en un momento que pareció crítico.
Pero este domingo en Balaídos tocó más fondo si cabe y puso su figura en discusión con una jugada grotesca que interrumpió la remontada del Barça. Ter Stegen había llegado entre alabanzas a Moenchengladbach, su casa, hace apenas una semana. Entonces, en un ambiente muy favorable, fue preguntado por los riesgos que tomaba con su juego con los pies. Le preguntaron en conferencia de prensa qué pensaba de aquellos barcelonistas que sufrían cada vez que tomaba más riesgos de la cuenta por presumir de su juego de pies. Su respuesta fue: “Lo siento si los pongo nerviosos pero es mi manera de jugar”. Cuatro días después, la presunción se volvió lamento: “Lo siento mucho, si no hubiera sido por mi error podíamos haber ganado este partido”.
La pregunta ahora es si Ter Stegen, que se concentra ahora con Alemania, va a moderarse a partir de ahora o piensa seguir jugando al límite. Sus compañeros y su técnico le defendieron de puertas hacia afuera, pero la frase más interesante la pronunció Piqué: “Conociéndolo, no va a cambiar su manera de jugar”. Esa es la duda. Si el error extremará la personalidad del portero o entrará en razón. Y, sobre todo, cuál va a ser la consigna del vestuario. Dentro de la caseta de Balaídos se pudo gestar un cambio en el estilo de Ter Stegen. Eso, más conocer cuál es la reacción del Camp Nou, que se sentía preparado para consentir los riesgos que asumía el alemán. Pero al barcelonismo lo de Balaídos le pareció demasiado. Ter Stegen es un portero que ha caído de pie y que tiene el cariño de la grada. Pero tanto tirar de la cuerda le puede pasar factura.
Parecía imposible, pero Ter Stegen se superó en Vigo. El año pasado había tocado fondo allí. Encajó cuatro goles en Balaídos, un partido que cerró una trilogía horrible para el alemán, que había recibido otros cuatro en San Mamés después de un despeje lamentable de cabeza que San José castigó con un gol desde el centro del campo. Días después, Florenzi desnudó de nuevo al alemán en Roma con un gol más lejano aún que castigó un posicionamiento inadecuado del portero. Los cuatro goles de Vigo, días después, marcaron su peor momento en el Barcelona y le costaron incluso meses después la titularidad en el Mundial de Clubes en un momento que pareció crítico.
Pero este domingo en Balaídos tocó más fondo si cabe y puso su figura en discusión con una jugada grotesca que interrumpió la remontada del Barça. Ter Stegen había llegado entre alabanzas a Moenchengladbach, su casa, hace apenas una semana. Entonces, en un ambiente muy favorable, fue preguntado por los riesgos que tomaba con su juego con los pies. Le preguntaron en conferencia de prensa qué pensaba de aquellos barcelonistas que sufrían cada vez que tomaba más riesgos de la cuenta por presumir de su juego de pies. Su respuesta fue: “Lo siento si los pongo nerviosos pero es mi manera de jugar”. Cuatro días después, la presunción se volvió lamento: “Lo siento mucho, si no hubiera sido por mi error podíamos haber ganado este partido”.
La pregunta ahora es si Ter Stegen, que se concentra ahora con Alemania, va a moderarse a partir de ahora o piensa seguir jugando al límite. Sus compañeros y su técnico le defendieron de puertas hacia afuera, pero la frase más interesante la pronunció Piqué: “Conociéndolo, no va a cambiar su manera de jugar”. Esa es la duda. Si el error extremará la personalidad del portero o entrará en razón. Y, sobre todo, cuál va a ser la consigna del vestuario. Dentro de la caseta de Balaídos se pudo gestar un cambio en el estilo de Ter Stegen. Eso, más conocer cuál es la reacción del Camp Nou, que se sentía preparado para consentir los riesgos que asumía el alemán. Pero al barcelonismo lo de Balaídos le pareció demasiado. Ter Stegen es un portero que ha caído de pie y que tiene el cariño de la grada. Pero tanto tirar de la cuerda le puede pasar factura.