Siria agrava en la ONU el pulso entre Rusia y Occidente

Moscú veta la iniciativa liderada por Francia y España que reclamaba la suspensión de los bombardeos

Sandro Pozzi
Nueva York, El País
La solución política de la crisis de Siria se adentra en un callejón sin salida al neutralizarse las resoluciones que se han presentado ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas haciendo un llamamiento al cese de las hostilidades en un momento vital. Rusia impuso su veto a la iniciativa liderada por Francia y España, que reclaman una tregua y la suspensión de los bombardeos, algo que no mencionaba en la alternativa presentada por la delegación rusa.


El borrador franco-español fue rechazada con 11 votos a favor, dos en contra (incluido el veto ruso más el voto en contra venezolano) y dos abstenciones, que incluía a la delegación china, otro de los cinco miembros permanentes. La propuesta de resolución rusa fue aplacada pocos minutos después por nueve miembros del Consejo de Seguridad, con el veto francés, británico y estadounidense.

El choque se fraguaba en el órgano internacional mientras las fuerzas gubernamentales sirias incrementaban su ofensiva en las áreas rebeldes en Alepo. El embajador británico, Matthew Rycrosft, afirmó tras el voto que la acción rusa “denigra” la respetabilidad del Consejo de Seguridad y supone un “desprecio” a la dignidad humana. “Los ciudadanos vivirán otra noche de terror, preguntándose si sobrevivirán”.

El embajador adjunto estadounidense, David Pressman, añadió que el veto permite a Rusia, que este mes preside el Consejo de Seguridad, proteger al régimen sirio y le permite mantener el control de la segunda ciudad del país a costa de los perder cientos de miles de vida de civiles, “en lugar de prevenir más muertes en lugar de prevenirlo”. EE UU cree que los bombardeos deben ser investigadas como un crimen de guerra.

La última escalada diplomática entre los dos bloques comenzó el 19 de septiembre, cuando Moscú, aliado del presidente sirio, Bachar el Asad, hizo saltar por los aires el acuerdo de alto el fuego que tenía con Washington. Desde entonces, se calcula que han fallecido más de tres centenares de civiles en las áreas controladas por los rebeldes, entre ellos casi 60 niños.

La resolución patrocinada por Francia y España estaba apoyada por EE UU y Reino Unido. El texto fue modificado varias veces durante la pasada semana para intentar evitar el bloqueo de Rusia. En su redacción final, mantuvo el llamamiento a que cesaran todos los vuelos militares sobre Alepo para así permitir el acceso de la ayuda humanitaria. La alternativa rusa se limita a urgir la aplicación inmediata del cese de las hostilidades, sin mención a los bombardeos.

Reino Unido acusó a Moscú de intentar desviar la atención de la necesidad de parar los ataques aéreos y calificó la postura rusa de “cínica”, porque en apariencia usa un lenguaje constructivo cuando en realidad omite la cuestión clave, que es el fin de los bombardeos. Vitaly Churkin, embajador ruso ante la ONU, respondió con contundencia denunciando que el texto franco-español buscaba en realidad “montar un espectáculo”, porque era llamada a que ejerciera su veto. “No está diseñada para progresar en la solución del conflicto”, insistió.

Moscú ya ha bloqueado otras cuatro resoluciones en la ONU sobre Siria. La pregunta que se plantea a Rusia, según fuentes diplomáticas, es si quiere o no un alto el fuego en Alepo. En este sentido, señalan que la amplia mayoría de los miembros del Consejo de Seguridad quiere el fin al bombardeo indiscriminado de civiles. El embajador de España, Román Oyarzun, reiteró que la unidad de la comunidad internacional es necesaria para poner fin a la guerra por la vía política, no la militar.

Al menos 250.000 personas viven en la actualidad en la zona controlada por los rebeldes, que a diario es sometida a la presión militar de las fuerzas gubernamentales de El Asad, que cuentan con el apoyo ruso en su ofensiva.

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