Racing se recuperó con un triunfo ajustado ante Arsenal
Buenos Aires, Clarín
Racing debía recuperarse. Venía de perder contra Rafaela por el campeonato local y frente a Gimnasia por la Copa Argentina. Ante su público, tenía la responsabilidad de marcar presencia frente a Arsenal, el último del torneo, con cuatro derrotas, dos empates y ningún triunfo. Y lo hizo. Se recuperó. Ganó. Pero poco más.
Enseguida quedó reflejada en la cancha la diferencia de jerarquía entre los equipos. Racing no lograba tener juego fluido, no se asociaba bien en ataque, pero así y todo tenía el dominio de la pelota, de los espacios y del partido.
En el primer tiempo, lo mejor de la Academia pasó por los pies del Pulpo Diego González. El ex hombre de Lanús era el encargado de recibir el primer pase, de ir a rescatar la pelota que salía limpia del fondo y conectarse con el ataque. Con Oscar Romero intermitente, la pelota iba directamente del Pulpo a los delanteros, Lisandro López y Gustavo Bou.
A los 26 minutos, cuando el partido estaba planchado y el público no entraba en sintonía, el cero se rompió con un bombazo. Aued se animó y sacó un zurdazo potente, cruzado, que se desvió en el camino en González (bien habilitado) y se clavó contra el palo de Fernando Pellegrino.
Desde ese momento hasta el cierre de la primera mitad se vio lo mejor de Racing. La ventaja le dio confianza y pudo haber aumentado la cuenta si Bou y Lisandro afinaban la puntería.
En el complemento, otra vez el juego entró en un bache prolongado. La sensación que sobrevolaba el Cilindro era que nada le iba a sacar el triunfo de las manos al local, pero así y todo el 1-0 no permitía descuidos.
Arsenal entregó poco y nada. Apenas algún bochazo con destino a Joaquín Boghossian, que debía aguantar la marca, forcejear, y generarse su propia situación.
Lisandro (que luego se retiró lesionado) tuvo una chance clarísima con un cabezazo a quemarropa que sacó muy bien Pellegrino. Y Racing terminó sufriendo hasta el final. Aferrándose a un triunfo que vale porque tenía que levantar la cabeza tras dos caídas, pero que lo sigue dejando en deuda.
Racing debía recuperarse. Venía de perder contra Rafaela por el campeonato local y frente a Gimnasia por la Copa Argentina. Ante su público, tenía la responsabilidad de marcar presencia frente a Arsenal, el último del torneo, con cuatro derrotas, dos empates y ningún triunfo. Y lo hizo. Se recuperó. Ganó. Pero poco más.
Enseguida quedó reflejada en la cancha la diferencia de jerarquía entre los equipos. Racing no lograba tener juego fluido, no se asociaba bien en ataque, pero así y todo tenía el dominio de la pelota, de los espacios y del partido.
En el primer tiempo, lo mejor de la Academia pasó por los pies del Pulpo Diego González. El ex hombre de Lanús era el encargado de recibir el primer pase, de ir a rescatar la pelota que salía limpia del fondo y conectarse con el ataque. Con Oscar Romero intermitente, la pelota iba directamente del Pulpo a los delanteros, Lisandro López y Gustavo Bou.
A los 26 minutos, cuando el partido estaba planchado y el público no entraba en sintonía, el cero se rompió con un bombazo. Aued se animó y sacó un zurdazo potente, cruzado, que se desvió en el camino en González (bien habilitado) y se clavó contra el palo de Fernando Pellegrino.
Desde ese momento hasta el cierre de la primera mitad se vio lo mejor de Racing. La ventaja le dio confianza y pudo haber aumentado la cuenta si Bou y Lisandro afinaban la puntería.
En el complemento, otra vez el juego entró en un bache prolongado. La sensación que sobrevolaba el Cilindro era que nada le iba a sacar el triunfo de las manos al local, pero así y todo el 1-0 no permitía descuidos.
Arsenal entregó poco y nada. Apenas algún bochazo con destino a Joaquín Boghossian, que debía aguantar la marca, forcejear, y generarse su propia situación.
Lisandro (que luego se retiró lesionado) tuvo una chance clarísima con un cabezazo a quemarropa que sacó muy bien Pellegrino. Y Racing terminó sufriendo hasta el final. Aferrándose a un triunfo que vale porque tenía que levantar la cabeza tras dos caídas, pero que lo sigue dejando en deuda.