Merkel recibe a Putin para tratar de rebajar las tensiones en Ucrania y Siria

La cita en Berlín, con Hollande y Poroshenko, se produce en el momento más bajo de las relaciones entre Moscú y Occidente

Luis Doncel
Berlín, El País
Por primera vez desde el inicio de la crisis ucrania, el presidente ruso, Vladímir Putin, ha viajado este miércoles a Berlín. Es este un intento casi a la desesperada de la canciller Angela Merkel por rebajar las tensiones en dos conflictos en los que el Kremlin tienen un papel protagonista –el del este de Ucrania y la guerra siria—. Dos crisis que han llevado las relaciones entre Moscú y Occidente a su punto más bajo en muchos años. Estas tensiones volvieron a mostrarse la semana pasada, cuando Putin canceló una visita a París prevista precisamente para este miércoles después de que el presidente francés, François Hollande, le criticara por su apoyo al régimen de Bachar el Asad.


A la cita, confirmada el martes, acudieron también Hollande y el presidente de Ucrania, Petró Poroshenko. Hasta el último momento no estaba claro si el viaje se produciría. El portavoz de Merkel había dicho el lunes que la cita solo tendría sentido si ofreciera “posibilidades de avances”. Al día siguiente, la líder alemana anunció el encuentro a cuatro, encargándose al mismo tiempo de rebajar las expectativas y de pedir que nadie espere “milagros”.

El Gobierno alemán insistió hasta el último momento en no hablar solo de los incumplimientos del acuerdo para estabilizar Ucrania, sino abordar también la crisis humanitaria en torno a Alepo. “La situación allí es incluso más desastrosa que antes. Y esto se debe claramente a los ataques aéreos sirios y rusos sobre personas desprotegidas, hospitales y médicos. Por supuesto que vamos a hablar de esto”, dijo el martes Merkel.

Nadie espera grandes avances de este encuentro, pero sí puede convertirse en un mensaje político para relajar las tensiones. Putin llega a Berlín después de haber anunciado una tregua de ocho horas en la guerra siria, y justo un día antes de una cumbre europea en la que Merkel, Hollande y el resto de líderes de la UE abordarán un posible endurecimiento de las sanciones a Moscú.

La canciller alemana, enfrentada en este asunto a sus compañeros de coalición socialdemócratas, volvió a amenazar el martes con nuevos castigos a Rusia. “No se puede descartar ninguna opción. Tampoco las sanciones”, dijo. Pese a la voluntad de Londres y París por mostrar mano dura, los ministros de Exteriores de la UE renunciaron el lunes a aplicar nuevas sanciones.

Los cuatro líderes tratarán la crisis siria, pero la reunión fue convocada para hablar sobre todo del fracaso de los acuerdos de Minsk. Este texto fue firmado en febrero de 2015 en la capital bielorrusa bajo los auspicios de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) tras una noche en vela que compartieron los cuatro mismos dirigentes que ahora se verán en Berlín. Más de un año y medio después, los incumplimientos por ambos lados se acumulan. El conflicto se ha enquistado como una guerra de baja intensidad en la que los intercambios de disparos son habituales. 173 soldados ucranios han muerto este año, según datos del Gobierno de Kiev.

La reunión, sin embargo, comienza con mal pie. Antes de producirse, los portavoces de Putin y de Poroshenko se intercambiaron reproches y ataques.

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