May busca aliviar los ánimos sobre el Brexit en su primera cumbre europea
Londres, AFP
La primera ministra británica, Theresa May, tratará de despejar los temores sobre los posibles efectos perniciosos de la salida de la Unión Europea en su primera cumbre del bloque, este jueves y el viernes en Bruselas.
May aprovechará la cena de trabajo de los líderes europeos de este jueves para confirmar que planea notificar oficialmente la salida a más tardar en marzo próximo, y empezar así dos años de negociaciones que desembocarán en la ruptura a principios de 2019.
“Estoy aquí con un mensaje muy claro. Reino Unido se está marchando de la UE, pero continuará desempeñando un papel completo hasta su marcha y será un fuerte y fiable socio tras irnos”, aseguró a su llegada a la cumbre.
May anunció su calendario a principios de mes en el congreso del Partido Conservador, que el resto de líderes europeos saludó, máxime cuando llevaban apremiando a Londres para que concretara los plazos de salida desde que se conocieron los resultados del referéndum del 23 de junio.
Pero May también consiguió irritar a muchos gobiernos al expresar su intención de imponer controles migratorios a los ciudadanos europeos, manteniendo al mismo tiempo “la máxima libertad” de operar en el mercado único del bloque.
Los líderes de varios países le han recordado repetidamente que ambas pretensiones son incompatibles, y advirtieron a Londres que tiene que ir haciéndose a la idea de que pagará un alto precio por el Brexit.
La tensión y la incertidumbre sobre el futuro de la economía británica hundieron la cotización de la libra a mínimos históricos.
May dejará claro a sus socios que la decisión de salir de la UE es irreversible, pero tratará de convencerlos del interés de lograr “un proceso suave, constructivo y ordenado” de salida, dijo una fuente de su entorno.
- Sondeando a los otros países -
El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, quien almorzará el viernes con May, afirmó que no habrá negociaciones antes de que Londres notifique su salida, activando el Artículo 50 del Tratado europeo de Lisboa.
La primera ministra británica fue excluida de la última cumbre de la UE, en Bratislava, y un alto funcionario europeo afirmó que no habrá debate después de que May se dirija a los otros líderes este jueves, ya que esto corresponde a los 27 sin Reino Unido.
“Hoy no discutiremos sobre nuestra futura negociación”, confirmó el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk.
Pero la primera ministra, que asumió en julio tras la dimisión de David Cameron, tratará de aprovechar la cita para sondear a potenciales aliados.
May ha visitado ya Dinamarca, Francia, Alemania, Holanda y España, y mantendrá reuniones bilaterales en Bruselas con sus pares de Rumanía y Estonia.
“El Reino Unido buscará desesperadamente que otros Estados miembros definan qué están dispuestos a permitir en las negociaciones del Brexit”, explicó el profesor Iain Begg, de la London School of Economics.
En una señal de la complejidad de las discusiones que tiene ante sí, May señaló el miércoles que podría buscar extender el plazo de las negociaciones, cuando dijo a sus diputados que llevarán “dos años o más”.
No obstante, el presidente francés, François Hollande, alertó este jueves que si Theresa May quiere un “Brexit duro”, las negociaciones serán “duras”, en referencia a una salida de Reino Unido sin alcanzar acuerdos con sus socios europeos.
- ‘Ponga orden en su casa’ -
El problema que afronta May es que ni siquiera su gobierno está de acuerdo en su estrategia del Brexit, con una parte de sus ministros abogando por una ruptura sin concesiones y otra buscando conservar cuanto sea posible para proteger a la economía.
Pese al tono duro de May en el congreso conservador, esta semana la prensa informó de que el gobierno podría estar considerando pagar a la UE para mantener el acceso al mercado europeo de industrias clave como el sector financiero.
Su estrategia podría verse también afectada por lo que decida la justicia sobre la demanda para que el Parlamento tenga voz y voto en la activación del Artículo 50. La decisión de la justicia se espera a fines de año.
Otro dolor de cabeza para May es Escocia, donde la mayoría de los electores votaron permanecer en la UE y cuyo gobierno regional, nacionalista, amenaza con convocar un segundo referéndum de independencia si se le obliga a romper con Bruselas.
“Sospecho que le transmitirán [a May] el mensaje de que ponga en orden su casa antes ni siquiera de empezar a hablar”, estimó la profesora Catherine Barnard, de la Universidad de Cambridge.
La primera ministra británica, Theresa May, tratará de despejar los temores sobre los posibles efectos perniciosos de la salida de la Unión Europea en su primera cumbre del bloque, este jueves y el viernes en Bruselas.
May aprovechará la cena de trabajo de los líderes europeos de este jueves para confirmar que planea notificar oficialmente la salida a más tardar en marzo próximo, y empezar así dos años de negociaciones que desembocarán en la ruptura a principios de 2019.
“Estoy aquí con un mensaje muy claro. Reino Unido se está marchando de la UE, pero continuará desempeñando un papel completo hasta su marcha y será un fuerte y fiable socio tras irnos”, aseguró a su llegada a la cumbre.
May anunció su calendario a principios de mes en el congreso del Partido Conservador, que el resto de líderes europeos saludó, máxime cuando llevaban apremiando a Londres para que concretara los plazos de salida desde que se conocieron los resultados del referéndum del 23 de junio.
Pero May también consiguió irritar a muchos gobiernos al expresar su intención de imponer controles migratorios a los ciudadanos europeos, manteniendo al mismo tiempo “la máxima libertad” de operar en el mercado único del bloque.
Los líderes de varios países le han recordado repetidamente que ambas pretensiones son incompatibles, y advirtieron a Londres que tiene que ir haciéndose a la idea de que pagará un alto precio por el Brexit.
La tensión y la incertidumbre sobre el futuro de la economía británica hundieron la cotización de la libra a mínimos históricos.
May dejará claro a sus socios que la decisión de salir de la UE es irreversible, pero tratará de convencerlos del interés de lograr “un proceso suave, constructivo y ordenado” de salida, dijo una fuente de su entorno.
- Sondeando a los otros países -
El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, quien almorzará el viernes con May, afirmó que no habrá negociaciones antes de que Londres notifique su salida, activando el Artículo 50 del Tratado europeo de Lisboa.
La primera ministra británica fue excluida de la última cumbre de la UE, en Bratislava, y un alto funcionario europeo afirmó que no habrá debate después de que May se dirija a los otros líderes este jueves, ya que esto corresponde a los 27 sin Reino Unido.
“Hoy no discutiremos sobre nuestra futura negociación”, confirmó el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk.
Pero la primera ministra, que asumió en julio tras la dimisión de David Cameron, tratará de aprovechar la cita para sondear a potenciales aliados.
May ha visitado ya Dinamarca, Francia, Alemania, Holanda y España, y mantendrá reuniones bilaterales en Bruselas con sus pares de Rumanía y Estonia.
“El Reino Unido buscará desesperadamente que otros Estados miembros definan qué están dispuestos a permitir en las negociaciones del Brexit”, explicó el profesor Iain Begg, de la London School of Economics.
En una señal de la complejidad de las discusiones que tiene ante sí, May señaló el miércoles que podría buscar extender el plazo de las negociaciones, cuando dijo a sus diputados que llevarán “dos años o más”.
No obstante, el presidente francés, François Hollande, alertó este jueves que si Theresa May quiere un “Brexit duro”, las negociaciones serán “duras”, en referencia a una salida de Reino Unido sin alcanzar acuerdos con sus socios europeos.
- ‘Ponga orden en su casa’ -
El problema que afronta May es que ni siquiera su gobierno está de acuerdo en su estrategia del Brexit, con una parte de sus ministros abogando por una ruptura sin concesiones y otra buscando conservar cuanto sea posible para proteger a la economía.
Pese al tono duro de May en el congreso conservador, esta semana la prensa informó de que el gobierno podría estar considerando pagar a la UE para mantener el acceso al mercado europeo de industrias clave como el sector financiero.
Su estrategia podría verse también afectada por lo que decida la justicia sobre la demanda para que el Parlamento tenga voz y voto en la activación del Artículo 50. La decisión de la justicia se espera a fines de año.
Otro dolor de cabeza para May es Escocia, donde la mayoría de los electores votaron permanecer en la UE y cuyo gobierno regional, nacionalista, amenaza con convocar un segundo referéndum de independencia si se le obliga a romper con Bruselas.
“Sospecho que le transmitirán [a May] el mensaje de que ponga en orden su casa antes ni siquiera de empezar a hablar”, estimó la profesora Catherine Barnard, de la Universidad de Cambridge.