Matando transexuales en México

En lo que va del año han muerto asesinadas 50 personas, 10 en el último mes, según estadísticas de organizaciones civiles

Priscila Navarrete
México, El País
Kenya Cuevas vive con miedo. Ha tenido que dejar su casa luego de que su vida diera un giro en las primeras horas de la madrugada del 30 de septiembre cuando fue asesinada su amiga Paola Ledezma. Ella y otras trabajadoras sexuales son las principales testigos del crimen. La joven grabó por casi dos minutos la agonía de su compañera luego de recibir un disparo en Puente de Alvarado e Insurgentes, una de las zonas de prostitución más frecuentadas de la Ciudad de México. Arturo Delgadillo, el presunto homicida, fue dejado en libertad por un juez que no encontró pruebas contundentes para determinar que él disparó el arma. Desde ese día, Cuevas ha pedido protección a las autoridades por temor a represalias.


Kenya no quiere formar parte de las estadísticas. Entre el 30 de septiembre y el 13 de octubre, menos de dos semanas, han muerto otras 10 personas y 50 en lo que va de año, según los registros del Centro de Apoyo a Identidades Trans. Sin embargo, las activistas afirman que por cada caso denunciado puede haber dos o tres más que no se registran.

México es el segundo país más violento contra la comunidad LGBTTTI, sólo superado por Brasil. El Observatorio de Personas Trans Asesinadas contabiliza desde 2008 y hasta abril de este año el asesinato de 247 personas. Letra S, una asociación civil, presentó un informe basado en un monitoreo de medios que arrojó 265 casos entre 1995 y 2016; las tres entidades en donde hubo más muertes fueron Ciudad de México (36), Estado de México (22) y Chihuahua (20).

Los agresores se ensañan con sus víctimas. El pasado 15 de octubre fue hallada una joven transexual en el Estado de México con el cráneo fracturado y el cuero cabelludo desprendido. Itzel Durán, asesinada en Chiapas (al sur del país), fue apuñalada ocho veces. Alessa Flores tenía signos de estrangulamiento. A Paulette González, desaparecida en junio en Nayarit, la encontraron calcinada. El informe de Letra S anota que el 48% de las mujeres trans asesinadas son ultimadas en la calle.

La Ciudad de México se declaró gay friendly en noviembre de 2013por sus políticas a favor de la comunidad LGBTTTI; sin embargo, la realidad es otra. Un informe del consejo para eliminar la discriminación (Copred) resalta que un 74,7% de las personas trans han sido discriminadas. Kenya menciona que vivir en la capital es complicado y que la mayoría de las chicas salen de sus Estados para encontrar un ambiente más libre pero se topan también con la discriminación y la violencia.

Una de las situaciones de discriminación que viven es la falta de empleo y el no poder acceder a programas sociales por la ausencia de documentos oficiales, y aunque en la capital ya se puede hacer un solo trámite para cambiar de género, no todas han dado ese paso. Kenya se emplea como trabajadora sexual, pero desde el día en que asesinaron a su compañera no ha ejercido por el miedo y el cansancio que le supone trasladarse a la fiscalía a declarar y organizar acciones para pedir justicia para la comunidad trans. “Soy una mujer fuerte, siempre lo he sido, pero estos días llego todas las noches a llorar”, cuenta Cuevas.

Después de la manifestación en la que llevaron el ataúd de Ledezma por una de las avenidas más importantes de la capital, se han sucedido las movilizaciones para pedir un alto a la violencia en contra de las personas trans. La diputada Rebeca Peralta, vicepresidenta de la Comisión de la Diversidad de la capital, pidió esclarecer los casos de Paola y Alessa; el pasado 20 de octubre hubo una concentración en el monumento a la Revolución, incluso el cardenal Norberto Rivera pidió en su misa dominical el pasado 23 orar por “las personas transgénero que han sido víctimas de los crímenes de odio”. La Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas también ha condenado los asesinatos no sólo de Paola y Alessa, sino de otras ocho mujeres trans asesinadas en el resto del país. Kenya y tres compañeras más han pedido protección al Ministerio Público. No la han recibido.

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