Más peligro en la grada que sobre el césped del Bernabéu

Madrid, AS
Visto el despliegue policial, justificado, y la temporada del Legia dentro y fuera de Polonia parece confirmarse que el índice de peligrosidad será exageradamente más alto en la grada del Bernabéu que en el césped esta noche. Los Teddy Boys 95, ultras del campeón polaco, han extendido su terror dentro y fuera del país. En 2004 agredieron a jugadores del Lech Poznan tras una final de Copa, en 2014 forzaron la suspensión de un partido frente al Jagiellonia, en 2015 convirtieron en campo de batalla el aeropuerto y la estación de tren de Nápoles, hace un mes rociaron con gas pimienta a agentes de la UEFA y aficionados del Borussia, lo que les ha costado el cierre de su estadio… La influencia de los radicales dentro del club es indiscutible. Demasiados antecedentes y demasiado recientes como para atender al augurio de su técnico, Jacek Magiera, de que sus hinchas “se portarán bien” en Madrid.



Lo mismo espera de sus futbolistas, obligados a desmentir los números rojos de la temporada. Ganaron tres de las cuatro últimas ligas, pero al acabar el curso pasado se marchó su técnico, Stanislav Cherchesov, elegido seleccionador ruso, y el andamio se vino abajo. Al albanés Bresnik Hasi se le llevaron los malos resultados en tres meses. El Legia ha puesto el equipo ahora en manos de Magiera, exjugador oscuro del club y que no ha mejorado la impresión en sus primeros partidos: dos derrotas y una victoria. La crisis queda bien retratada con el duodécimo puesto en la Liga (sólo dos puntos por encima del colista) y los dos partidos de la fase de grupos de la Champions, que llevaba sin pisar once años, en la que ha encajado ocho goles sin ser capaz de hacer uno.

Después de once fichajes, el Legia, que debe su nombre a las legiones polacas que participaron en la Primera Guerra Mundial y que siempre estuvo vinculado al Ejército, se encuentra lejos de los mejores momentos de su historia. Tres de sus jugadores acudieron a la Eurocopa, todos defensas, todos muy lejos de la categoría del jugador más emblemático de su historia, Kazimierz Deyna, capitán de la Polonia que acabó tercera en el Mundial 74, Balón de Bronce ese mismo año, dos veces medallista olímpico y uno de los compañeros de Pelé, Ardiles o Bobby Moore en la película de John Houston ‘Evasión o victoria’. Su número (el 10) fue retirado tras su prematura muerte (tenía 41 años) en un accidente de tráfico. Su talento despareció con él y no ha regresado al Legia.

El rival más débil en semanas abre un debate sobre el once del Madrid. Conviene no tocar lo que funciona y el equipo fue un reloj en Sevilla y conviene hacer acopio de goles teniendo en cuenta que el Borussia Dortmund, rival principal en el grupo, registró un 0-6 en Varsovia. Pero conviene también restar esfuerzos pensando en que el Athletic visita Chamartín el domingo. Como de la enfermería sólo sale James y no estará para 90 minutos, probablemente el francés armonizará lo uno y lo otro. Repetir con Isco favorecería el ánimo del futbolista y su reconciliación con un público que le adoró. Meter a Danilo por Carvajal parece una buena solución diplomática. Alinear a Morata elevaría la moral de un jugador que ha ido a menos. El resto parece intocable. Será el partido 400 del Madrid en la Copa de Europa, donde cada uno, aunque de apariencia sencilla como este, siempre resulta especial.

La victoria del Real Madrid frente al Legia se paga 4 a 1, haz tu apuesta.

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