Maduro busca aire para la economía venezolana en Turquía
El presidente de Venezuela visita Estambul para participar del Congreso Mundial de la Energía, foro en el que se debatirá el futuro inmediato de las economías petroleras
Alfredo Meza
Caracas, El País
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, participará desde el lunes en el Congreso Mundial de la Energía, que organiza Turquía, con un propósito bien definido: seguir haciendo el lobby que necesita la nación sudamericana para recortar la producción petrolera. Es quizá la forma más expedita de obtener más ingresos en momentos de verdadero apremio para la economía local, lastrada por la inflación más alta del mundo y una escasez sin precedentes de toda clase de bienes.
El pasado 28 de septiembre la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) acordó reducir su bombeo de 33,24 millones de barriles de petróleo a 32,5 millones. A falta del acuerdo definitivo de la cantidad de crudo que aportará cada uno de los 14 miembros del cártel -una decisión que se tomará en noviembre-, los países más interesados en el recorte tratarán de sumar la mayor cantidad de adeptos a la propuesta en la cita de Estambul, que finalizará el miércoles. El mercado ha reaccionado a la noticia con un incremento el valor de la cesta venezolana que ha celebrado el gobernante venezolano. Por primera vez en lo que va de año el precio subió por encima de los 40 dólares.
“Voy a viajar a Turquía para seguir luchando por la estabilidad del mercado petrolero mundial”, dijo Maduro el sábado en Caracas, durante el acto de grado de 5 mil nuevos médicos comunitarios. En realidad, el delfín del fallecido Hugo Chávez está sacando provecho del acuerdo que a principio de septiembre lograron Rusia y Arabia Saudita, los dos mayores productores mundiales de petróleo, en la cumbre del G-20 para estabilizar los precios del crudo. Riad, que hasta ahora lucía sólida en su postura de no recortar la producción, parece ahora dispuesta a ceder. Por segundo año consecutivo el país árabe enfrenta un presupuesto deficitario y se ha visto obligado a reducir los salarios de los empleados del gobierno.
Rusia, que no forma parte del grupo, asistirá a esta cumbre con el presidente Vladimir Putin a la cabeza de la delegación. Su apoyo luce clave para lograr que las economías petroleras aumenten sus ingresos. Maduro se reunirá con él para intentar convencerle de que apoye ese acuerdo, que fue posible gracias al acercamiento de posturas entre Arabia Saudita e Irán, los miembros más importantes de la OPEP. Irán y Venezuela son los países que más sufren dentro del bloque la caída en barrena de la cotización de su cesta petrolera. El crudo aporta 96% de las divisas que ingresan al fisco del país sudamericano.
En Caracas urge que se concrete el acuerdo cuanto antes para enfrentar los pagos por el servicio de la deuda externa. El gobierno está apremiado y busca recursos de cualquier forma. El viernes la estatal petrolera Pdvsa informó en un comunicado la extensión hasta el 12 de octubre del plazo para la oferta de canje de bonos que vencen en 2017, debido al poco entusiasmo que generó el llamado entre los inversionistas institucionales. Si los tenedores aceptan esa propuesta cambiarían sus títulos por otros que vencen en 2020 y en condiciones bastante provechosas, según afirman los expertos.
Un informe de la firma local Ecoanalítica sugiere a los tenedores que, a pesar de la caída de la producción petrolera y “la irresponsable estrategia de endeudamiento de Petróleos de Venezuela”, acogerse a esta propuesta no solo por la alta tasa de retorno, sino porque la mitad de las acciones de Citgo, la empresa petrolera de capital venezolano radicada en Estados Unidos, han sido colocadas como garantía. “Con valoraciones conservadoras de Citgo, el precio del Pdvsa20 debería estar entre 82,0% y 84,2%”, afirmó.
Al gobierno le conviene el refinanciamiento, porque, de acuerdo con esos cálculos, liberaría 4 mil millones de dólares de su flujo de caja entre 2016 y 2017 y disminuiría la probabilidad de default en el corto plazo. El riesgo de una cesación de pagos supondría el abrupto fin del gobierno de la autodenominada revolución bolivariana. A pesar del poco entusiasmo de la oferta, la firma reiteró que el canje se efectuará con una participación “que no debería estar por debajo del 55%”.
Con ese dinero Maduro y el incremento tímido del barril venezolano enfrentaría el tramo más complicado de su presidencia. A finales de octubre la oposición cumplirá con el segundo requisito del farragoso trámite del referéndum revocatorio. Si se logra cumplir con la meta de recoger el 20% de las firmas del padrón electoral todo quedaría servido para que los venezolanos decidan si permanece o no en el gobierno.
Con dinero en el bolsillo el chavismo tendría mayor margen de maniobra para intentar contener la debacle que hoy se pronostica.
Alfredo Meza
Caracas, El País
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, participará desde el lunes en el Congreso Mundial de la Energía, que organiza Turquía, con un propósito bien definido: seguir haciendo el lobby que necesita la nación sudamericana para recortar la producción petrolera. Es quizá la forma más expedita de obtener más ingresos en momentos de verdadero apremio para la economía local, lastrada por la inflación más alta del mundo y una escasez sin precedentes de toda clase de bienes.
El pasado 28 de septiembre la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) acordó reducir su bombeo de 33,24 millones de barriles de petróleo a 32,5 millones. A falta del acuerdo definitivo de la cantidad de crudo que aportará cada uno de los 14 miembros del cártel -una decisión que se tomará en noviembre-, los países más interesados en el recorte tratarán de sumar la mayor cantidad de adeptos a la propuesta en la cita de Estambul, que finalizará el miércoles. El mercado ha reaccionado a la noticia con un incremento el valor de la cesta venezolana que ha celebrado el gobernante venezolano. Por primera vez en lo que va de año el precio subió por encima de los 40 dólares.
“Voy a viajar a Turquía para seguir luchando por la estabilidad del mercado petrolero mundial”, dijo Maduro el sábado en Caracas, durante el acto de grado de 5 mil nuevos médicos comunitarios. En realidad, el delfín del fallecido Hugo Chávez está sacando provecho del acuerdo que a principio de septiembre lograron Rusia y Arabia Saudita, los dos mayores productores mundiales de petróleo, en la cumbre del G-20 para estabilizar los precios del crudo. Riad, que hasta ahora lucía sólida en su postura de no recortar la producción, parece ahora dispuesta a ceder. Por segundo año consecutivo el país árabe enfrenta un presupuesto deficitario y se ha visto obligado a reducir los salarios de los empleados del gobierno.
Rusia, que no forma parte del grupo, asistirá a esta cumbre con el presidente Vladimir Putin a la cabeza de la delegación. Su apoyo luce clave para lograr que las economías petroleras aumenten sus ingresos. Maduro se reunirá con él para intentar convencerle de que apoye ese acuerdo, que fue posible gracias al acercamiento de posturas entre Arabia Saudita e Irán, los miembros más importantes de la OPEP. Irán y Venezuela son los países que más sufren dentro del bloque la caída en barrena de la cotización de su cesta petrolera. El crudo aporta 96% de las divisas que ingresan al fisco del país sudamericano.
En Caracas urge que se concrete el acuerdo cuanto antes para enfrentar los pagos por el servicio de la deuda externa. El gobierno está apremiado y busca recursos de cualquier forma. El viernes la estatal petrolera Pdvsa informó en un comunicado la extensión hasta el 12 de octubre del plazo para la oferta de canje de bonos que vencen en 2017, debido al poco entusiasmo que generó el llamado entre los inversionistas institucionales. Si los tenedores aceptan esa propuesta cambiarían sus títulos por otros que vencen en 2020 y en condiciones bastante provechosas, según afirman los expertos.
Un informe de la firma local Ecoanalítica sugiere a los tenedores que, a pesar de la caída de la producción petrolera y “la irresponsable estrategia de endeudamiento de Petróleos de Venezuela”, acogerse a esta propuesta no solo por la alta tasa de retorno, sino porque la mitad de las acciones de Citgo, la empresa petrolera de capital venezolano radicada en Estados Unidos, han sido colocadas como garantía. “Con valoraciones conservadoras de Citgo, el precio del Pdvsa20 debería estar entre 82,0% y 84,2%”, afirmó.
Al gobierno le conviene el refinanciamiento, porque, de acuerdo con esos cálculos, liberaría 4 mil millones de dólares de su flujo de caja entre 2016 y 2017 y disminuiría la probabilidad de default en el corto plazo. El riesgo de una cesación de pagos supondría el abrupto fin del gobierno de la autodenominada revolución bolivariana. A pesar del poco entusiasmo de la oferta, la firma reiteró que el canje se efectuará con una participación “que no debería estar por debajo del 55%”.
Con ese dinero Maduro y el incremento tímido del barril venezolano enfrentaría el tramo más complicado de su presidencia. A finales de octubre la oposición cumplirá con el segundo requisito del farragoso trámite del referéndum revocatorio. Si se logra cumplir con la meta de recoger el 20% de las firmas del padrón electoral todo quedaría servido para que los venezolanos decidan si permanece o no en el gobierno.
Con dinero en el bolsillo el chavismo tendría mayor margen de maniobra para intentar contener la debacle que hoy se pronostica.