Los cinco asesinatos de mujeres que más indignan a los argentinos

En los últimos 18 días hubo 19 feminicidios, uno cada 23 horas, y la movilización crece

Mar Centenera
Buenos Aires, El País
En Argentina son asesinadas más de 200 mujeres cada año por el hecho de ser mujeres, en su gran mayoría a manos de sus parejas o exparejas. En lo que va de octubre, se han perpetrado 19 feminicidios, uno cada 23 horas, en promedio. La sociedad argentina ha repudiado la violencia machista a través de manifestaciones masivas en las calles y las redes sociales, pero los crímenes no cesan. Estos son cinco de los casos que han generado una mayor indignación en los últimos años. Tienen en común que todas las víctimas eran aún niñas o adolescentes.


Chiara Páez, 14 años, embarazada. Con ella empezó todo. La Policía la encontró enterrada en el patio de la casa de los abuelos de su novio en mayo de 2015. Estaba embarazada. Según la autopsia, la joven fue asesinada a golpes y tenía restos de un fármaco abortivo en su cuerpo. Manuel Vallejos, de 16 años y novio de Páez desde hacía siete meses, asumió la culpabilidad del crimen y quedó detenido. Este feminicidio, perpetrado en la provincia argentina de Santa Fe (centro), fue el detonante de la movilización "Ni Una Menos" del 3 de junio de 2015, la más multidinaria de la historia de Argentina contra la violencia machista.

Melina Romero, 17 años, abusada y tirada entre la basura. Fue vista por última vez el día de su cumpleaños, el 23 de septiembre de 2014. Después de un mes de búsqueda desesperada, encontraron su cadáver dentro de una bolsa de basura tirada al borde de un arroyo en José León Suárez, el conurbano bonaerense. La autopsia reveló que había muerto por sofocamiento. Según el testimonio de una amiga, testigo clave en la causa por la que hay dos imputados, Melina fue golpeada y abusada sexualmente antes de ser asesinada. El caso provocó fuertes críticas a los medios de comunicación por sus descripciones de la víctima, hija de una familia humilde, a la que presentaron como "una fanática de los boliches que abandonó la secundaria" y con una "vida sin rumbo".

Daiana García, 19 años, su presunto asesino se suicidó. El 13 de marzo de 2015 le dijo a su familia -residente en Buenos Aires- que iba a una entrevista de trabajo, pero nunca regresó. Fue localizada un día después en una bolsa de basura y semidesnuda, al lado de una carretera en la localidad bonaerense de Llavallol. La autopsia determinó que falleció por asfixia, probablemente ocasionada por la media que encontraron dentro de su boca. Las pruebas apuntaron hacia Juan Manuel Figola, de 39 años, que se suicidó arrojándose a las vías del tren después de telefonear a su padre y decirle: "me mandé una macana (cometí un error)". Los casos como el de García, en los que el agresor se quita la vida, quedan en un limbo estadístico, ya que el Registro Nacional de Femicidios de la Corte Suprema solo contabiliza los que llegan a la Justicia y omite aquellos en los que no hay nadie a quien imputar.

Micaela Ortega, 12 años, engañada por Facebook. Desapareció el pasado 23 de abril de su casa, en Bahía Blanca (sur de Buenos Aires). Las cinco semanas de búsqueda tuvieron el peor final: su cuerpo fue hallado en un descampado a las afueras de la ciudad. Por el crimen está detenido Jonathan Luna, un joven de 26 años, que la engañó a través de un perfil falso en Facebook, donde se hacía pasar por una niña de su edad. Según la autopsia, fue estrangulada con una remera y golpeada en la cabeza. No tenía signos de haber sido abusada. En la casa de Luna hallaron la chaqueta que llevaba la menor el día que se fue de su hogar y su celular. El caso de Ortega generó un fuerte debate sobre el ciberacoso y la necesidad de prevenir a niños y padres contra él. La Policía descubrió que Luna tenía varias cuentas de Facebook abiertas e interactuaba con varias niñas a la vez.

Lucía Pérez, 16 años, fallecida por empalamiento. Fue drogada y abusada sexualmente hasta la muerte en la ciudad costera de Mar del Plata el pasado 8 de octubre. Según la autopsia, falleció por empalamiento. Tras cometer el crimen, los presuntos agresores lavaron el cuerpo de la víctima y le cambiaron la ropa para intentar encubrir el crimen. La llevaron a un centro de salud y dijeron que había perdido el conocimiento por una sobredosis. Los médicos intentaron reanimarla pero no lo consiguieron. En la causa hay tres imputados, entre ellos Matías Farías, de 23 años, y Juan Pablo Offidani, de 41, que habían conocido a la víctima un día antes en la puerta del colegio donde estudiaba.

El hermano de Lucía, Matías Pérez, ha publicado una emotiva carta en las redes sociales en la que pide "justicia en serio" e insta a la población a salir este miércoles a las calles: "Esta vez le tocó a Lucía sufrir esa bestial violencia de género, pero la próxima te puede pasar a vos, o a la persona que más amás en el mundo. Hay que tomar fuerzas y salir a las calles, para gritar todos juntos, ahora más que nunca: "Ni una menos". Sólo así, evitaremos que maten a miles de Lucías más. Y sólo así podremos cerrar sus ojos, para verla descansar en paz".

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