La telenovela brasileña que predijo la presidencia de Hillary Clinton en 1998
Un personaje de 'Por amor' alertaba de que la hoy candidata demócrata era algo más que una primera dama
Tom C. Avendaño
São Paulo, El País
Por amor era una telenovela como muchas otras en Brasil, de diferencias de clase, triángulos amorosos, padres alcohólicos, madres que no saben que sus hijos han sido cambiados al nacer y atormentadas abuelas que guardan secretos de familia en un diario que luego es descubierto. Pero Por amor también era inusualmente fiel a su época: se emitió entre 1997 y 1998 y sus atribulados personajes solían reflexionar sobre la actualidad, que por entonces pasaba por la visita del Papa Juan Pablo II a Cuba o quién había ganado el Roland Garrós el año pasado.
Una de esos diálogos fue sobre Hillary Clinton, la actual candidata demócrata a la Casa Blanca. En aquella época era solo la Primera Dama de Estados Unidos; en 1998 en concreto era la mujer de un presidente, Bill Clinton, que se enfrentaba a un impeachment por haber faltado a la verdad sobre sus relaciones extramatrimonales. Como acaba de recordar el columnista televisivo brasileño Mauricio Stycer, allí donde los medios intentaron verla solo como una mujer que había sufrido una infidelidad, Branca Leticia, la irónica, clasista y manipuladora madre del protagonista de Por amor, tenía otra opinión. “Lo que está salvando a este hombre es el apoyo de su mujer”, decía. “Ella no está pensando en su marido, no. Ella está pensando en ella misma. Ella va a ser candidata, ya verás. Y si las cosas continúan como están ahora, ella va a ser la primera presidenta mujer de Estados Unidos”.
Branca no era una analista política: con ese monólogo estaba hablando en realidad sobre sí misma, reafirmándose ante su marido millonario, que le ha sido infiel con su mejor amiga. Pero el diálogo ha llegado a 2016 con todo el valor de una predicción que se cumple al dedillo. Para los seguidores de Hillary Clinton porque, según las encuestas que le dan una clara ventaja sobre Donald Trump, efectivamente, si todo sigue como está, Hillary se convertirá el 8 de noviembre en la primera presidenta mujer de Estados Unidos. A sus detractores les gustará más la parte en que Hillary solo piensa en sí misma. Si se miran los libros críticos con ella que se han publicado recientemente: casi todos coinciden en que su búsqueda de poder es, además de “poco femenina” (sic), descaradamente egoísta. Ninguno de ellos la acusa de intentar destruir a la suegra de su hijo porque la odia por pertenecer a la clase media y ser amada por el hombre del que ella está enamorada en secreto. Eso solo es cosa de Branca Leticia.
Tom C. Avendaño
São Paulo, El País
Por amor era una telenovela como muchas otras en Brasil, de diferencias de clase, triángulos amorosos, padres alcohólicos, madres que no saben que sus hijos han sido cambiados al nacer y atormentadas abuelas que guardan secretos de familia en un diario que luego es descubierto. Pero Por amor también era inusualmente fiel a su época: se emitió entre 1997 y 1998 y sus atribulados personajes solían reflexionar sobre la actualidad, que por entonces pasaba por la visita del Papa Juan Pablo II a Cuba o quién había ganado el Roland Garrós el año pasado.
Una de esos diálogos fue sobre Hillary Clinton, la actual candidata demócrata a la Casa Blanca. En aquella época era solo la Primera Dama de Estados Unidos; en 1998 en concreto era la mujer de un presidente, Bill Clinton, que se enfrentaba a un impeachment por haber faltado a la verdad sobre sus relaciones extramatrimonales. Como acaba de recordar el columnista televisivo brasileño Mauricio Stycer, allí donde los medios intentaron verla solo como una mujer que había sufrido una infidelidad, Branca Leticia, la irónica, clasista y manipuladora madre del protagonista de Por amor, tenía otra opinión. “Lo que está salvando a este hombre es el apoyo de su mujer”, decía. “Ella no está pensando en su marido, no. Ella está pensando en ella misma. Ella va a ser candidata, ya verás. Y si las cosas continúan como están ahora, ella va a ser la primera presidenta mujer de Estados Unidos”.
Branca no era una analista política: con ese monólogo estaba hablando en realidad sobre sí misma, reafirmándose ante su marido millonario, que le ha sido infiel con su mejor amiga. Pero el diálogo ha llegado a 2016 con todo el valor de una predicción que se cumple al dedillo. Para los seguidores de Hillary Clinton porque, según las encuestas que le dan una clara ventaja sobre Donald Trump, efectivamente, si todo sigue como está, Hillary se convertirá el 8 de noviembre en la primera presidenta mujer de Estados Unidos. A sus detractores les gustará más la parte en que Hillary solo piensa en sí misma. Si se miran los libros críticos con ella que se han publicado recientemente: casi todos coinciden en que su búsqueda de poder es, además de “poco femenina” (sic), descaradamente egoísta. Ninguno de ellos la acusa de intentar destruir a la suegra de su hijo porque la odia por pertenecer a la clase media y ser amada por el hombre del que ella está enamorada en secreto. Eso solo es cosa de Branca Leticia.