La OTAN extiende al Mediterráneo central su papel en la crisis migratoria
Barcos y aviones se desplegarán en dos semanas para apoyar a la misión militar de la UE
Lucía Abellán
Bruselas, El País
La OTAN amplía su radio de acción en la crisis migratoria. Casi nueve meses después de hacer una primera incursión en el mar Egeo, la Alianza intensifica sus tareas en un ámbito que en principio le era ajeno. En dos semanas, la organización desplegará barcos y aviones en el Mediterráneo central (al sur de Italia) esencialmente para mejorar los esfuerzos que ya realiza allí la Unión Europea en la lucha contra el tráfico de migrantes. España ha comprometido aviones en esa misión.
La inminente cooperación en el Mediterráneo consolida el primer intento de colaboración entre dos organizaciones que han vivido de espaldas durante años, a pesar de compartir 22 de sus 28 miembros. Pero la magnitud de la crisis migratoria y el intento europeo por reforzar su flanco defensivo han acercado a las dos instituciones. El fin último de estas iniciativas marítimas es evitar el flujo de migrantes en barcazas desde las costas libias hasta las europeas.
El despliegue aliado, acordado este jueves en una reunión de ministros de Defensa, constará de barcos y de aviones de patrulla marítima, aunque el tamaño exacto de la operación aún se desconoce. El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, anunció que España, Italia, Grecia y Turquía ya han comprometido medios aéreos (en el caso de Grecia y Turquía, también marítimos). Y aún se han de concretar otras contribuciones, previsiblemente de países no comunitarios. El ministro español de Defensa, Pedro Morenés, no quiso detallar ninguna contribución española –que luego reveló Stoltenberg- alegando que el Gobierno está en funciones.
Para operar en el Mediterráneo, la Alianza ha creado una operación denominada Sea Guardian (Guardián del Mar). Aunque el mandato es más amplio, su cometido principal será prestar apoyo a la operación Sofía de la UE, una misión militar que lanzó en junio de 2015 para tratar de desmantelar las mafias que trafican con migrantes. Los equipos de la OTAN prestarán servicio a los comunitarios de dos maneras. La primera, trasladando información sensible que puedan captar (por ejemplo, del modelo de negocio de las mafias). La segunda, dando apoyo logístico (por ejemplo, para el aprovisionamiento de buques).
Aunque el área de operaciones hace muy probable que los barcos aliados puedan encontrarse con migrantes a la deriva, fuentes diplomáticas aseguran que aún no está definido el protocolo de actuación. En la misión del mar Egeo, cuando la Alianza se topa con un barco, las reglas dictan que sus ocupantes regresen a Turquía. Pero en el caso del Mediterráneo central, esa opción (desembarcarlos en Libia) no existe. Lo más probable es que, al igual que los rescatados por la flota europea, sean trasladados a suelo comunitario. Aún así, los barcos de la Alianza no tienen como objetivo asistir a los migrantes -a no ser que no haya ningún otro medio que los rescate con rapidez-, sino captar información.
Dudas sobre la operación del Egeo
En esta nueva dimensión migratoria que ha adquirido la labor de la Alianza Atlántica, su secretario general anunció también un acuerdo para prorrogar la misión que se desarrolla entre Turquía y Grecia. “Uno de los motivos por los que han caído tanto las llegadas es la presencia de esos barcos, que pueden operar en los dos países”, justificó Stoltenberg. Fue precisamente la petición conjunta de Alemania, Grecia y Turquía la que desencadenó la implicación aliada en la crisis migratoria.
La Alianza tiene desplegados en esta franja –mucho más manejable que el Mediterráneo central- alrededor de media docena de barcos bajo liderazgo de Alemania. Pero aunque la voluntad mayoritaria pide continuarla, su futuro a partir de diciembre es dudoso. El ministro turco de Defensa, Fikri Isik, dejó entrever en Bruselas su interés por concluirla. “Esta era una misión temporal y el objetivo ya se ha alcanzado. No hay necesidad de extenderla más”, dijo Isik, aunque su país fue, junto con Alemania y Grecia, el que solicitó la intervención de la OTAN.
Para simbolizar esa cooperación entre la Alianza y la UE, la alta representante para la Política Exterior Europea, Federica Mogherini, acudió al encuentro de ministros. Ante los recelos –especialmente británicos- respecto del reforzamiento militar que plantea el bloque comunitario, Mogherini reiteró: “Déjenme clarificarlo inmediatamente: no estamos planeando un ejército europeo”.
Lucía Abellán
Bruselas, El País
La OTAN amplía su radio de acción en la crisis migratoria. Casi nueve meses después de hacer una primera incursión en el mar Egeo, la Alianza intensifica sus tareas en un ámbito que en principio le era ajeno. En dos semanas, la organización desplegará barcos y aviones en el Mediterráneo central (al sur de Italia) esencialmente para mejorar los esfuerzos que ya realiza allí la Unión Europea en la lucha contra el tráfico de migrantes. España ha comprometido aviones en esa misión.
La inminente cooperación en el Mediterráneo consolida el primer intento de colaboración entre dos organizaciones que han vivido de espaldas durante años, a pesar de compartir 22 de sus 28 miembros. Pero la magnitud de la crisis migratoria y el intento europeo por reforzar su flanco defensivo han acercado a las dos instituciones. El fin último de estas iniciativas marítimas es evitar el flujo de migrantes en barcazas desde las costas libias hasta las europeas.
El despliegue aliado, acordado este jueves en una reunión de ministros de Defensa, constará de barcos y de aviones de patrulla marítima, aunque el tamaño exacto de la operación aún se desconoce. El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, anunció que España, Italia, Grecia y Turquía ya han comprometido medios aéreos (en el caso de Grecia y Turquía, también marítimos). Y aún se han de concretar otras contribuciones, previsiblemente de países no comunitarios. El ministro español de Defensa, Pedro Morenés, no quiso detallar ninguna contribución española –que luego reveló Stoltenberg- alegando que el Gobierno está en funciones.
Para operar en el Mediterráneo, la Alianza ha creado una operación denominada Sea Guardian (Guardián del Mar). Aunque el mandato es más amplio, su cometido principal será prestar apoyo a la operación Sofía de la UE, una misión militar que lanzó en junio de 2015 para tratar de desmantelar las mafias que trafican con migrantes. Los equipos de la OTAN prestarán servicio a los comunitarios de dos maneras. La primera, trasladando información sensible que puedan captar (por ejemplo, del modelo de negocio de las mafias). La segunda, dando apoyo logístico (por ejemplo, para el aprovisionamiento de buques).
Aunque el área de operaciones hace muy probable que los barcos aliados puedan encontrarse con migrantes a la deriva, fuentes diplomáticas aseguran que aún no está definido el protocolo de actuación. En la misión del mar Egeo, cuando la Alianza se topa con un barco, las reglas dictan que sus ocupantes regresen a Turquía. Pero en el caso del Mediterráneo central, esa opción (desembarcarlos en Libia) no existe. Lo más probable es que, al igual que los rescatados por la flota europea, sean trasladados a suelo comunitario. Aún así, los barcos de la Alianza no tienen como objetivo asistir a los migrantes -a no ser que no haya ningún otro medio que los rescate con rapidez-, sino captar información.
Dudas sobre la operación del Egeo
En esta nueva dimensión migratoria que ha adquirido la labor de la Alianza Atlántica, su secretario general anunció también un acuerdo para prorrogar la misión que se desarrolla entre Turquía y Grecia. “Uno de los motivos por los que han caído tanto las llegadas es la presencia de esos barcos, que pueden operar en los dos países”, justificó Stoltenberg. Fue precisamente la petición conjunta de Alemania, Grecia y Turquía la que desencadenó la implicación aliada en la crisis migratoria.
La Alianza tiene desplegados en esta franja –mucho más manejable que el Mediterráneo central- alrededor de media docena de barcos bajo liderazgo de Alemania. Pero aunque la voluntad mayoritaria pide continuarla, su futuro a partir de diciembre es dudoso. El ministro turco de Defensa, Fikri Isik, dejó entrever en Bruselas su interés por concluirla. “Esta era una misión temporal y el objetivo ya se ha alcanzado. No hay necesidad de extenderla más”, dijo Isik, aunque su país fue, junto con Alemania y Grecia, el que solicitó la intervención de la OTAN.
Para simbolizar esa cooperación entre la Alianza y la UE, la alta representante para la Política Exterior Europea, Federica Mogherini, acudió al encuentro de ministros. Ante los recelos –especialmente británicos- respecto del reforzamiento militar que plantea el bloque comunitario, Mogherini reiteró: “Déjenme clarificarlo inmediatamente: no estamos planeando un ejército europeo”.