La ONU alerta sobre la destrucción total del este de Alepo en dos meses por los bombardeos
El mediador De Mistura se ofrece a supervisar en persona la salida de los yihadistas cercados
Juan Carlos Sanz
Jerusalén, El País
En un nuevo llamamiento desesperado, el veterano mediador de Naciones Unidas para Siria, Staffan de Mistura, ha invocado este jueves el genocidio de Ruanda (1994) y la matanza de Srebrenica (Bosnia, 1995) en el nombre de Alepo. Algunas de las peores tragedias de recientes décadas corren el riesgo de reeditarse en la parte oriental de ciudad siria, en manos rebeldes desde 2012, si se mantienen los bombardeos del régimen con apoyo ruso. “El límite son dos meses y medio, si siguen los ataques al ritmo actual, el este de Alepo quedará totalmente destruido”, advirtió el enviado de la ONU en Ginebra.
Próximo a cumplir los 70 años, De Mistura se ofreció en una emotiva conferencia de prensa a supervisar personalmente la salida de Alepo de un millar de milicianos yihadistas, si con ello los presidentes Bachar el Asad y Vladímir Putin ponían fin a los ataques. “La historia juzgará a Siria y Rusia si siguen recurriendo a una fácil coartada”, advirtió, en alusión a la justificación de que sus bombardeos sobre zonas civiles se realizan al amparo de la lucha contra el Frente de la Conquista, llamado Frente al Nusra hasta el pasado julio, cuando aún proclamaba su vasallaje a Al Qaeda.
Después de haber conseguido avances limitados en su ofensiva general sobre Alepo oriental, el régimen sirio ha reducido la intensidad de los bombardeos en las últimas horas y ha ofrecido corredores seguros de salida para los más de 250.000 civiles, entre ellos unos 100.000 niños, que quieran abandonar el sitio. “Mírenme a los ojos”, pido De Mistura a los yihadistas a través de las cámaras de televisión. “Si deciden retirarse, con dignidad y con sus propias armas, yo personalmente estoy dispuesto a acompañarles físicamente. No puedo ofrecer mayor garantía que mi propio cuerpo”, propuso el mediador de la ONU, quien acusó a los yihadistas de mantener como rehenes a los habitantes del este de la ciudad.
Desde que se inició la ofensiva general contra Alepo oriental, el pasado 22 de septiembre, han muerto 376 personas y más de 1.200 han resultado heridas. El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos calcula que solo unos 400 de los 15.000 combatientes rebeldes atrapados en el asedio forman parte del llamado Frente de la Conquista de Levante. El fracaso de la tregua pactada por Estados Unidos y Rusia apenas una semana después de su entrada en vigor, el 13 de septiembre, y la suspensión del diálogo directo sobre Siria entre Washington y Moscú, el pasado día 4, han supuesto un formidable revés para las esperanzas de paz en el país árabe.
En una entrevista con el canal de televisión danés TV2, el presiente El Asad advirtió a los rebeldes de que sus tropas les expulsarán de Alepo salvo que pacten su retirada con el Gobierno. “No tienen ninguna otra opción”, enfatizó, tras referirse a los llamados “acuerdos de reconciliación”, como los aplicados en otras zonas del país para permitir las salida de los insurgentes sitiados y de sus familias tras un alto el fuego provisional con el régimen.
Juan Carlos Sanz
Jerusalén, El País
En un nuevo llamamiento desesperado, el veterano mediador de Naciones Unidas para Siria, Staffan de Mistura, ha invocado este jueves el genocidio de Ruanda (1994) y la matanza de Srebrenica (Bosnia, 1995) en el nombre de Alepo. Algunas de las peores tragedias de recientes décadas corren el riesgo de reeditarse en la parte oriental de ciudad siria, en manos rebeldes desde 2012, si se mantienen los bombardeos del régimen con apoyo ruso. “El límite son dos meses y medio, si siguen los ataques al ritmo actual, el este de Alepo quedará totalmente destruido”, advirtió el enviado de la ONU en Ginebra.
Próximo a cumplir los 70 años, De Mistura se ofreció en una emotiva conferencia de prensa a supervisar personalmente la salida de Alepo de un millar de milicianos yihadistas, si con ello los presidentes Bachar el Asad y Vladímir Putin ponían fin a los ataques. “La historia juzgará a Siria y Rusia si siguen recurriendo a una fácil coartada”, advirtió, en alusión a la justificación de que sus bombardeos sobre zonas civiles se realizan al amparo de la lucha contra el Frente de la Conquista, llamado Frente al Nusra hasta el pasado julio, cuando aún proclamaba su vasallaje a Al Qaeda.
Después de haber conseguido avances limitados en su ofensiva general sobre Alepo oriental, el régimen sirio ha reducido la intensidad de los bombardeos en las últimas horas y ha ofrecido corredores seguros de salida para los más de 250.000 civiles, entre ellos unos 100.000 niños, que quieran abandonar el sitio. “Mírenme a los ojos”, pido De Mistura a los yihadistas a través de las cámaras de televisión. “Si deciden retirarse, con dignidad y con sus propias armas, yo personalmente estoy dispuesto a acompañarles físicamente. No puedo ofrecer mayor garantía que mi propio cuerpo”, propuso el mediador de la ONU, quien acusó a los yihadistas de mantener como rehenes a los habitantes del este de la ciudad.
Desde que se inició la ofensiva general contra Alepo oriental, el pasado 22 de septiembre, han muerto 376 personas y más de 1.200 han resultado heridas. El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos calcula que solo unos 400 de los 15.000 combatientes rebeldes atrapados en el asedio forman parte del llamado Frente de la Conquista de Levante. El fracaso de la tregua pactada por Estados Unidos y Rusia apenas una semana después de su entrada en vigor, el 13 de septiembre, y la suspensión del diálogo directo sobre Siria entre Washington y Moscú, el pasado día 4, han supuesto un formidable revés para las esperanzas de paz en el país árabe.
En una entrevista con el canal de televisión danés TV2, el presiente El Asad advirtió a los rebeldes de que sus tropas les expulsarán de Alepo salvo que pacten su retirada con el Gobierno. “No tienen ninguna otra opción”, enfatizó, tras referirse a los llamados “acuerdos de reconciliación”, como los aplicados en otras zonas del país para permitir las salida de los insurgentes sitiados y de sus familias tras un alto el fuego provisional con el régimen.