En su peor momento y obligado a aclarar que no se baja, Trump debate con Hillary
Está muy golpeado por un video en el que habla de modo vulgar sobre las mujeres. Trump dijo que es cero la posibilidad de dejar la campaña. Pero crece el número de republicanos que le piden que de un paso al costado.
Clarín
Donald Trump se enfrentará el domingo por la noche a Hillary Clinton en el segundo debate presidencial, envuelto esta vez en un gravísimo escándalo de impacto nacional que puede hacer esfumar sus chances de llegar a la Casa Blanca. El candidato republicano se vio obligado a negar que piense dar un paso al costado y salir a pedir perdón tras la difusión de un video en el que se jacta lascivamente de que él puede manosear y “hacer lo que quiera con las mujeres” porque es una estrella.
Desde su candidato a vicepresidente, Mike Pence, hasta su mujer Melania criticaron esas expresiones de gruesa vulgaridad. El cara a cara del domingo con Hillary, que se presumía que iba a tener menor interés que el de hace 15 días, volverá a atrapar la atención del mundo.
Una conversación de Trump fue grabada sin su consentimiento hace 10 años en un ómnibus, cuando llega a un programa de teve. El magnate cuenta al presentador sus intentos por mantener relaciones sexuales con una mujer. “Me fui hacia ella como a una perra, pero no pude llegar a eso. Y estaba casada”, afirmó.
Además, presume de cómo las mujeres lo dejan besarlas y manosearlas porque es famoso. “Cuando eres una estrella, ellas te dejan hacerlo. Uno puede hacer lo que quiera”. Y luego agrega: “puedes agarrarla de la c ..., hacer lo que sea”. Después se refiere a la actriz que estaba por recibirlo: “Debía comer unos Tic-Tac (mentas) en caso de que comenzara a besarla”, dijo Trump. “Me siento atraído automáticamente por las bellas. las beso enseguida, como un imán. Yo las abrazo, sin siquiera esperar”, dijo.
Tras 10 horas de la aparición del video, cuando en EE.UU. no se hablaba de otra cosa y las malas palabras rebotaban en las redes sociales y en la CNN, los líderes republicanos repudiaron al candidato y Trump decidió pedir perdón. Pero a su estilo. “He dicho y hecho cosas que lamento”, dijo. “Cualquiera que me conozca sabe que esas palabras no reflejan quien soy. Lo dije, estuve mal y me disculpo”. “Fueron chistes de vestuario, una conversación privada de hace años ... me disculpo”, se justificó.
Pero, contra el consejo de sus asesores, atacó a Hillary y Bill Clinton al decir que el ex presidente había dicho y hecho cosas peores y que ella maltrataba a las amantes de su marido. Cerró con una amenaza: “Vamos a hablar más sobre esto. Nos vemos mañana en el debate”.
Varios de los líderes del partido, que a regañadientes apoyaron a Trump, ahora lo criticaron. “Estoy enfermo por lo que escuché hoy”, dijo el líder de la bancada republicana, Paul Ryan, que suspendió un acto que tenía ayer con el magnate. “Las mujeres deben ser defendidas y reverenciadas, no ser tratadas como objetos. Espero que Trump trate esta situación con la seriedad que se merece y trabaje para demostrarle al país que él tiene un mayor respeto por las mujeres que lo que este video sugiere”, añadió.
La figura más prestigiosa que abandonó a Trump fue ayer el senador John McCain. “Su comportamiento hace imposible que lo siga apoyando”, dijo en un comunicado. Otro famoso, el actor y ex gobernador de California Arnold Schwarzeneger también le bajo el pulgar al magnate y anunció que por primera vez en su historia no votará republicanos. Ayer se sumó a la deserción la ex canciller de George W. Bush, Condoleezza Rice. Además, varios legisladores le pidieron que Trump deje la carrera, y que el Partido Republicano busque “un relevo de emergencia”.
En este contexto, Trump llega debilitado al segundo debate. Hillary aprovecha el escándalo y tuitea: “Esto es horrible. No podemos permitir que este hombre sea presidente”. Y difundió un compilado de varias frases denigrantes de su rival hacia las mujeres.
Trump ya había perdido el primer debate del 26 de septiembre, donde se lo vio poco preparado, errático, agresivo y sin propuestas claras. Luego tuvo 2 semanas donde su caída se acentuó, entre peleas con una ex miss Universo a la que trató de “gorda” y su resistencia a divulgar sus impuestos. Las encuestas ya no lo favorecen. Esta noche, en St Louis, Missouri, es quizás su última chance de remontar la espiral. La tarea parece casi imposible.
Clarín
Donald Trump se enfrentará el domingo por la noche a Hillary Clinton en el segundo debate presidencial, envuelto esta vez en un gravísimo escándalo de impacto nacional que puede hacer esfumar sus chances de llegar a la Casa Blanca. El candidato republicano se vio obligado a negar que piense dar un paso al costado y salir a pedir perdón tras la difusión de un video en el que se jacta lascivamente de que él puede manosear y “hacer lo que quiera con las mujeres” porque es una estrella.
Desde su candidato a vicepresidente, Mike Pence, hasta su mujer Melania criticaron esas expresiones de gruesa vulgaridad. El cara a cara del domingo con Hillary, que se presumía que iba a tener menor interés que el de hace 15 días, volverá a atrapar la atención del mundo.
Una conversación de Trump fue grabada sin su consentimiento hace 10 años en un ómnibus, cuando llega a un programa de teve. El magnate cuenta al presentador sus intentos por mantener relaciones sexuales con una mujer. “Me fui hacia ella como a una perra, pero no pude llegar a eso. Y estaba casada”, afirmó.
Además, presume de cómo las mujeres lo dejan besarlas y manosearlas porque es famoso. “Cuando eres una estrella, ellas te dejan hacerlo. Uno puede hacer lo que quiera”. Y luego agrega: “puedes agarrarla de la c ..., hacer lo que sea”. Después se refiere a la actriz que estaba por recibirlo: “Debía comer unos Tic-Tac (mentas) en caso de que comenzara a besarla”, dijo Trump. “Me siento atraído automáticamente por las bellas. las beso enseguida, como un imán. Yo las abrazo, sin siquiera esperar”, dijo.
Tras 10 horas de la aparición del video, cuando en EE.UU. no se hablaba de otra cosa y las malas palabras rebotaban en las redes sociales y en la CNN, los líderes republicanos repudiaron al candidato y Trump decidió pedir perdón. Pero a su estilo. “He dicho y hecho cosas que lamento”, dijo. “Cualquiera que me conozca sabe que esas palabras no reflejan quien soy. Lo dije, estuve mal y me disculpo”. “Fueron chistes de vestuario, una conversación privada de hace años ... me disculpo”, se justificó.
Pero, contra el consejo de sus asesores, atacó a Hillary y Bill Clinton al decir que el ex presidente había dicho y hecho cosas peores y que ella maltrataba a las amantes de su marido. Cerró con una amenaza: “Vamos a hablar más sobre esto. Nos vemos mañana en el debate”.
Varios de los líderes del partido, que a regañadientes apoyaron a Trump, ahora lo criticaron. “Estoy enfermo por lo que escuché hoy”, dijo el líder de la bancada republicana, Paul Ryan, que suspendió un acto que tenía ayer con el magnate. “Las mujeres deben ser defendidas y reverenciadas, no ser tratadas como objetos. Espero que Trump trate esta situación con la seriedad que se merece y trabaje para demostrarle al país que él tiene un mayor respeto por las mujeres que lo que este video sugiere”, añadió.
La figura más prestigiosa que abandonó a Trump fue ayer el senador John McCain. “Su comportamiento hace imposible que lo siga apoyando”, dijo en un comunicado. Otro famoso, el actor y ex gobernador de California Arnold Schwarzeneger también le bajo el pulgar al magnate y anunció que por primera vez en su historia no votará republicanos. Ayer se sumó a la deserción la ex canciller de George W. Bush, Condoleezza Rice. Además, varios legisladores le pidieron que Trump deje la carrera, y que el Partido Republicano busque “un relevo de emergencia”.
En este contexto, Trump llega debilitado al segundo debate. Hillary aprovecha el escándalo y tuitea: “Esto es horrible. No podemos permitir que este hombre sea presidente”. Y difundió un compilado de varias frases denigrantes de su rival hacia las mujeres.
Trump ya había perdido el primer debate del 26 de septiembre, donde se lo vio poco preparado, errático, agresivo y sin propuestas claras. Luego tuvo 2 semanas donde su caída se acentuó, entre peleas con una ex miss Universo a la que trató de “gorda” y su resistencia a divulgar sus impuestos. Las encuestas ya no lo favorecen. Esta noche, en St Louis, Missouri, es quizás su última chance de remontar la espiral. La tarea parece casi imposible.