Empanada de Ter Stegen
Cantó en el primer gol del Celta y regaló el 4-2 cuando el Barça había logrado levantarse tras un 3-0 doloroso en el primer tiempo. Ni Piqué, con dos goles, pudo salvar la papeleta.
Santi Giménez
As
Nadie como Ter Stegen para resumir el estado de un Barcelona esquizofrénico que fue una catástrofe en la primera mitad y que se quedó a mitad de una remontada heroica de la mano de un Piqué épico que se vio frustrada por una gansada del portero alemán, que vive tan al límite con la pelota como su entrenador en los planteamientos.
Cayó el Barcelona por 4-3 en Balaídos en un encuentro sensacional para el espectador que se jugó a la ruleta rusa, pero con el tambor del revólver con cinco balas en vez de una.
Luis Enrique, tan exigente con sus jugadores en las previas, donde les exige máxima concentración, volvió a dibujar un equipo sin centro del campo que se vio aplastado por un Celta mucho más metido en el partido. Fue reconocible el Barcelona apenas diez minutos, pero a partir de entonces la primera mitad fue un calvario para los de Luis Enrique, que repitieron todos los errores cometidos ante el Sporting y el Borussia. La diferencia está en que en esos dos partidos, los blaugrana llegaron a tiempo para remontar y deshacer el entuerto. Ante el Celta no se llegó a tiempo porque lo gallegos, aparte de desnudar al Barça en un primer tiempo sensacional, encontraron en el portero blaugrana un aliado providencial cuando estaban siendo desarbolados por un Barça que seguía sin jugar a nada, pero donde Iniesta había puesto cordura y Piqué un espíritu encomiable.
El naufragio del Barcelona en el primer acto se escenificó en once minutos de rodillo celeste ante un Barça que era un guiñapo. Una mala salida de pelota de Ter Stegen provocó el fallo de Busquets (otro que está irreconocible) para que Sisto marcara el 1-0 tras la gran asistencia de Iago Aspas, un gigante durante todo el partido.
Diez minutos después, una pelota perdida por Suárez en el área del Celta provocó un contragolpe en el que Iago Aspas superó a Piqué y Ter Stegen con un golazo de chut cruzado. Con el Barcelona groggy el Celta olió sangre y no perdonó en busca del tercero. Una nueva pérdida de un Busquets irreconocible provocó un centro al área que Mathieu marcó en propia portería.
Quedaban 45 minutos, no para remontar, sino para al menos lavar la imagen de un equipo que estaba por el suelo. La entrada de Iniesta por Rafinha aportó cierto control, aunque el Barça se vino arriba gracias al coraje de un Piqué grandioso, que jugó de todo. De central, de organizador, de delantero centro y de entrenador. Un líder con todas las de la ley. A pase del manchego Gerard marcó el primero del Barça y al Celta le empezaron a entrar unos temblores que se intensificaron cuando el árbitro juzgó como penalti una caída de André Gomes en el área. Discutible, pero Neymar no perdonó.
Con 20 minutos por delante, la remontada parecía al alcance de la mano. A Neymar le hicieron un penalti mucho más claro que el primero, que el colegiado no señaló y con el Celta atrincherado, en una de sus escasísimas salidas al ataque, Ter Stegen tiró por la borda todo el trabajo de sus compañeros al arriesgar en un balón que Pablo Hernández tras presionarle, marcó de cabeza.
Aún así, Piqué siguió tirando del carro marcando el tercer tanto y Neymar tuvo el cuarto en su testa. Pero el balón salió desviado por poco. ya no hubo tiempo para más. La empanada alemana sentó fatal a un Barça que se despertó tarde otra vez.
Santi Giménez
As
Nadie como Ter Stegen para resumir el estado de un Barcelona esquizofrénico que fue una catástrofe en la primera mitad y que se quedó a mitad de una remontada heroica de la mano de un Piqué épico que se vio frustrada por una gansada del portero alemán, que vive tan al límite con la pelota como su entrenador en los planteamientos.
Cayó el Barcelona por 4-3 en Balaídos en un encuentro sensacional para el espectador que se jugó a la ruleta rusa, pero con el tambor del revólver con cinco balas en vez de una.
Luis Enrique, tan exigente con sus jugadores en las previas, donde les exige máxima concentración, volvió a dibujar un equipo sin centro del campo que se vio aplastado por un Celta mucho más metido en el partido. Fue reconocible el Barcelona apenas diez minutos, pero a partir de entonces la primera mitad fue un calvario para los de Luis Enrique, que repitieron todos los errores cometidos ante el Sporting y el Borussia. La diferencia está en que en esos dos partidos, los blaugrana llegaron a tiempo para remontar y deshacer el entuerto. Ante el Celta no se llegó a tiempo porque lo gallegos, aparte de desnudar al Barça en un primer tiempo sensacional, encontraron en el portero blaugrana un aliado providencial cuando estaban siendo desarbolados por un Barça que seguía sin jugar a nada, pero donde Iniesta había puesto cordura y Piqué un espíritu encomiable.
El naufragio del Barcelona en el primer acto se escenificó en once minutos de rodillo celeste ante un Barça que era un guiñapo. Una mala salida de pelota de Ter Stegen provocó el fallo de Busquets (otro que está irreconocible) para que Sisto marcara el 1-0 tras la gran asistencia de Iago Aspas, un gigante durante todo el partido.
Diez minutos después, una pelota perdida por Suárez en el área del Celta provocó un contragolpe en el que Iago Aspas superó a Piqué y Ter Stegen con un golazo de chut cruzado. Con el Barcelona groggy el Celta olió sangre y no perdonó en busca del tercero. Una nueva pérdida de un Busquets irreconocible provocó un centro al área que Mathieu marcó en propia portería.
Quedaban 45 minutos, no para remontar, sino para al menos lavar la imagen de un equipo que estaba por el suelo. La entrada de Iniesta por Rafinha aportó cierto control, aunque el Barça se vino arriba gracias al coraje de un Piqué grandioso, que jugó de todo. De central, de organizador, de delantero centro y de entrenador. Un líder con todas las de la ley. A pase del manchego Gerard marcó el primero del Barça y al Celta le empezaron a entrar unos temblores que se intensificaron cuando el árbitro juzgó como penalti una caída de André Gomes en el área. Discutible, pero Neymar no perdonó.
Con 20 minutos por delante, la remontada parecía al alcance de la mano. A Neymar le hicieron un penalti mucho más claro que el primero, que el colegiado no señaló y con el Celta atrincherado, en una de sus escasísimas salidas al ataque, Ter Stegen tiró por la borda todo el trabajo de sus compañeros al arriesgar en un balón que Pablo Hernández tras presionarle, marcó de cabeza.
Aún así, Piqué siguió tirando del carro marcando el tercer tanto y Neymar tuvo el cuarto en su testa. Pero el balón salió desviado por poco. ya no hubo tiempo para más. La empanada alemana sentó fatal a un Barça que se despertó tarde otra vez.