El Oporto remonta y gana con gol de penalti en el descuento

Vossen adelantó al equipo local en el 12'. Layún en el 68' y Silva en el 93', de penalti, firmaron la remontada del equipo portugués.

Jesús Colino
As
En un grupo de lo más asequible, el Oporto pasó en hora y media de estar casi eliminado a ver el pase a los octavos muy de cara. Sufrió, pudo perderlo todo en la primera mitad, se estrelló en la segunda y acabó ganando en el minuto 92 de penalti. En la media liguilla que queda, se jugará el pase con el Copenhague. Reto accesible. Al Brujas, mientras, se le escapó de entre los dedos su primer punto y parece condenado al último puesto.


El Oporto fue justo vencedor, pero tardó casi una hora en demostrar su superioridad. De inicio, pasó muchos apuros en el Jan Breydel. Casillas le paró la primera a Vossen y la segunda, más difícil, a Van Rhijn, en un libre directo que pegó en la barrera. A la tercera, el gol fue inevitable. Limbombe desbordó a Layún y tocó atrás para Vanaken, que chutó contra un defensa; de nuevo Layún no acertó a despejar y Vossen, con el interior, marcó el 1-0. El primer asalto fue claramente belga.

Óliver y Herrera tardaron en hacerse con el balón, pero a poco que enlazaban cuatro o cinco toques, los portugueses creaban peligro. El propio Herrera probó a Butelle desde lejos y luego Marcano y Otávio, ambos de cabeza, rozaron el empate. El Oporto asedió la portería del Brujas, sin éxito.

Y así fue la segunda mitad. Vormer tuvo una clarísima nada más empezar, pero ante Casillas cruzó demasiado. Fue su última oportunidad, porque el resto del partido se jugó alrededor del área de Butelle. La entrada a la vez de Brahimi y Corona dio aún más velocidad al Oporto y las ocasiones se amontonaron: Brahimi dos veces, Layún... El mexicano, flojo en el 1-0, se redimió en el 68': contra veloz del Oporto, Otavio toca para Layún y el lateral, desde la frontal, saca un zapatazo a la escuadra.

El 1-1 atenazó al Brujas definitivamente. El Oporto se volcó, pero pareció que se repetiría lo del Copenhague: asedio con mucho corazón para acabar 1-1. Pero en el añadido llegó el úlimo chispazo. Corona dribló a Claudemir, que le zancadilleó en el área: penalti. André Silva no vaciló, agarró el balón y engañó a Butelle para hacer el 1-2 y catapultar al Oporto, que sigue sin brillar, pero ve el panorama con otros ojos.

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