Bale marca de cabeza pero Gales lo pasó mal con Georgia
Carlos Forjanes
As
Cardiff pasó de loar las hazañas de Bale a ver como Georgia ponía a la selección del Dragón en serios apuros. El madridista fue lo mejor de Gales, gol incluido de cabeza (el número 22 en 34 internacionalidades), pero no puede hacerlo todo. Atacó por el cielo, exprimiendo sus fibras de atleta en esláloms con el balón, hasta poniendo de nuevo sus poderosos saques de banda que tan buen resultado le dieron contra Austria (2-2). Pero, al final, fue el georgiano Okriashvili el que robó el show del 11 blanco y a punto estuvo de ponerle el Mundial a Gales en el filo de la navaja. Un empate final (1-1) que empieza a deshinchar en parte la burbuja de aquel equipo galés que hizo historia en la Eurocopa.
Bien es cierto que sin Joe Allen, Bale fue el norte y el sur de Gales. Todo pasó por él y el madridista hizo su trabajo. Pero Coleman no logró arroparle con escuderos solventes. Y tras su gol, lo que parecía una tarde luminosa en Cardiff acabó en oleadas del fútbol imprevisible y anárquicamente vistoso de una Georgia que con Okriashvili y Kazaishvili empezó a acosar a Hennessey. Entre ambos salió el gol de la exrepública soviética en el57’. Luego Mchedlidze perdonó el 1-2 en el 74’ en una pérdida de balón de Bale cerca de su área y de nuevo Kazaishvili atenazó a la hinchada galesa con un chut al travesaño en el 80’. Un repaso a una Gales descompuesta que sólo emergió en un arreón final de orgullo comandado por Bale y ejecutado con la entrada de Robson-Kanu, que tuvo el triunfo en un remate flojo que sacó con apuros Loria.
En todo caso, un susto para Gales, que recibirá el 12 de noviembre a Serbia en un partido en el que Bale y los suyos definirán muchas de sus bazas para acabar siendo los campeones del Grupo D y estar así en Rusia 2018.
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Cardiff pasó de loar las hazañas de Bale a ver como Georgia ponía a la selección del Dragón en serios apuros. El madridista fue lo mejor de Gales, gol incluido de cabeza (el número 22 en 34 internacionalidades), pero no puede hacerlo todo. Atacó por el cielo, exprimiendo sus fibras de atleta en esláloms con el balón, hasta poniendo de nuevo sus poderosos saques de banda que tan buen resultado le dieron contra Austria (2-2). Pero, al final, fue el georgiano Okriashvili el que robó el show del 11 blanco y a punto estuvo de ponerle el Mundial a Gales en el filo de la navaja. Un empate final (1-1) que empieza a deshinchar en parte la burbuja de aquel equipo galés que hizo historia en la Eurocopa.
Bien es cierto que sin Joe Allen, Bale fue el norte y el sur de Gales. Todo pasó por él y el madridista hizo su trabajo. Pero Coleman no logró arroparle con escuderos solventes. Y tras su gol, lo que parecía una tarde luminosa en Cardiff acabó en oleadas del fútbol imprevisible y anárquicamente vistoso de una Georgia que con Okriashvili y Kazaishvili empezó a acosar a Hennessey. Entre ambos salió el gol de la exrepública soviética en el57’. Luego Mchedlidze perdonó el 1-2 en el 74’ en una pérdida de balón de Bale cerca de su área y de nuevo Kazaishvili atenazó a la hinchada galesa con un chut al travesaño en el 80’. Un repaso a una Gales descompuesta que sólo emergió en un arreón final de orgullo comandado por Bale y ejecutado con la entrada de Robson-Kanu, que tuvo el triunfo en un remate flojo que sacó con apuros Loria.
En todo caso, un susto para Gales, que recibirá el 12 de noviembre a Serbia en un partido en el que Bale y los suyos definirán muchas de sus bazas para acabar siendo los campeones del Grupo D y estar así en Rusia 2018.