AT&T se reinventa con la compra de Time Warner
El operador de telecomunicaciones paga 85.000 millones de dólares por el conglomerado de entretenimiento
Sandro Pozzi
Nueva York, El País
La rápida evolución de la distribución de contenido audiovisual está obligando a las compañías tradicionales de medios y telecomunicaciones en Estados Unidos a transformarse. Time Warner, una de la mayores fábricas de producción de películas y programas televisivos, decide ponerse así en manos del operador de móviles AT&T, una de las principales empresas que controla el acceso a Internet y a los canales de televisión de pago. La operación está valorada en 108.700 millones de dólares cuando se incluye la deuda.
Jeff Bewkes, consejero delegado del conglomerado de entretenimiento, llevaba tiempo abierto a negociar siempre que la oferta fuese justa. AT&T valora con su propuesta a Time Warner en unos 85.400 millones de dólares (78.000 millones de euros). En concreto, paga 107,5 dólares por título, a partes iguales en efectivo y acciones. Además asume 24.000 millones de deuda. Así Bewkes procede a forjar la operación empresarial más importante del año, que supera los 66.000 millones que desembolsó Bayer por el control de Monsanto.
AT&T, por su parte, mueve ficha para evitar que tecnológicas como Apple o Alphabet le tomen la delantera en un momento crucial y en su mayor compra desde Bell South en 2006. La firma electrónica de Cupertino ya se aproximó a Time Warner hace unos meses. Como hizo Comcast con la compra de NBC Universal, la compañía de telecomunicaciones de Dallas tendrá acceso a cadenas como la CNN, TNT o la HBO. También contará con sus propios estudios de producción de películas y series, con Warner Brothers.
Las informaciones que circulan desde el jueves sobre la maniobra de AT&T hizo que el valor de las acciones de Time Warner superara los 85 dólares que puso sobre la mesa Rupert Murdoch hace dos años para fusionarla con 21st Century Fox tras separarla de News Corporation. No se espera que Apple, Alphabet o Fox vayan a mover ficha en esta ocasión. Entre otros motivos, porque AT&T lleva casi tres décadas forjando acuerdos y es por lo tanto con la que mejor encaje tiene.
La fusión convertirá la segunda mayor compañía de telefonía móvil de EE UU en un conglomerado de medios y entretenimiento que ofrecerá a la vez servicios de conexión a Internet en los hogares y programas de televisión. El camino lo abrió Randall Stephenson hace un año, con la compra del proveedor de televisión de pago vía satélite DirectTV. Time Warner era el mejor activo que tenía ante sí para cumplir su plan de transformar AT&T.
Respuesta a los cambios
Las dos compañías llevan un siglo respondiendo a los cambios que viven sus respectivas industrias. AT&T, fundada en 1885, fue partida hace tres décadas para repartir el monopolio de las telecomunicaciones. Pero desde hace unos años, los operadores tradicionales están sumidos en un proceso contrario de consolidación. Cada vez más consumidores consumen entretenimiento a través de sus móviles y de dispositivos en sus televisiones conectados a Internet.
La misma combinación se observa en los proveedores de televisión de pago, que lidera AT&T con cerca de 25 millones de abonados. Le sigue Comcast y Charter Communications, que acaba de adquirir Time Warner Cable por 56.000 millones, antigua filial de Time Warner hasta que se separó en 2009. Cablevisión se fusionó también este año con la europea Altice, mientras que Viacom está en conversaciones con CBS para integrar sus respectivas plataformas.
Todas estas maniobras entrecruzadas entre operadores de telecomunicaciones y distribuidores de contenido buscan prevenir que los abonados se descuelguen de sus servicios por alternativas más baratas que encuentran en la red como Netflix o Amazon. AT&T, como Comcast y Verizon, será así propietaria del contenido que podrá emitir tanto por la conexión del cable o en los teléfonos móviles.
La amenaza de Trump
La operación tendrá que ser aprobada por los reguladores. AT&T ya se vio forzada hace unos años a abandonar la compra de su rival T-Mobile USA. Ese bloqueo la obligó a buscar alternativas para poder crecer, integrando otros negocios como el de la televisión y medios digitales. Verizon optó en paralelo por hacerse con AOL y Yahoo. Las nuevas normas para garantizar el acceso neutral a la red dan sentido, además, a la combinación de contenido y distribución.
El candidato republicano a las presidenciales, Donald Trump, amenazó este sábado en un mitin de campaña en Pensilvania con bloquear la operación si el 8 de noviembre llega a la Casa Blanca. Considera que este tipo de transacciones “destruyen la democracia”, al concentrar “tanto poder en unas pocas manos”. En este sentido, hizo referencia a la fusión de Comcast con la NBC Universal, que “nunca debió ser autorizada”.
AT&T tenía el viernes una valoración de mercado próxima a los 230.000 millones. La operación, sin embargo, provocará que se endeude todavía más un año después de desembolsar 48.500 millones por DirectTV. Su apalancamiento asciende a los 120.000 millones, a los que se suman los 24.000 millones de Time Warner. La compañía tiene ya la tercera nota crediticia más baja. Para esquivar la categoría de bono basura y conservar liquidez, podría rebajar el dividendo a los accionistas.
Sandro Pozzi
Nueva York, El País
La rápida evolución de la distribución de contenido audiovisual está obligando a las compañías tradicionales de medios y telecomunicaciones en Estados Unidos a transformarse. Time Warner, una de la mayores fábricas de producción de películas y programas televisivos, decide ponerse así en manos del operador de móviles AT&T, una de las principales empresas que controla el acceso a Internet y a los canales de televisión de pago. La operación está valorada en 108.700 millones de dólares cuando se incluye la deuda.
Jeff Bewkes, consejero delegado del conglomerado de entretenimiento, llevaba tiempo abierto a negociar siempre que la oferta fuese justa. AT&T valora con su propuesta a Time Warner en unos 85.400 millones de dólares (78.000 millones de euros). En concreto, paga 107,5 dólares por título, a partes iguales en efectivo y acciones. Además asume 24.000 millones de deuda. Así Bewkes procede a forjar la operación empresarial más importante del año, que supera los 66.000 millones que desembolsó Bayer por el control de Monsanto.
AT&T, por su parte, mueve ficha para evitar que tecnológicas como Apple o Alphabet le tomen la delantera en un momento crucial y en su mayor compra desde Bell South en 2006. La firma electrónica de Cupertino ya se aproximó a Time Warner hace unos meses. Como hizo Comcast con la compra de NBC Universal, la compañía de telecomunicaciones de Dallas tendrá acceso a cadenas como la CNN, TNT o la HBO. También contará con sus propios estudios de producción de películas y series, con Warner Brothers.
Las informaciones que circulan desde el jueves sobre la maniobra de AT&T hizo que el valor de las acciones de Time Warner superara los 85 dólares que puso sobre la mesa Rupert Murdoch hace dos años para fusionarla con 21st Century Fox tras separarla de News Corporation. No se espera que Apple, Alphabet o Fox vayan a mover ficha en esta ocasión. Entre otros motivos, porque AT&T lleva casi tres décadas forjando acuerdos y es por lo tanto con la que mejor encaje tiene.
La fusión convertirá la segunda mayor compañía de telefonía móvil de EE UU en un conglomerado de medios y entretenimiento que ofrecerá a la vez servicios de conexión a Internet en los hogares y programas de televisión. El camino lo abrió Randall Stephenson hace un año, con la compra del proveedor de televisión de pago vía satélite DirectTV. Time Warner era el mejor activo que tenía ante sí para cumplir su plan de transformar AT&T.
Respuesta a los cambios
Las dos compañías llevan un siglo respondiendo a los cambios que viven sus respectivas industrias. AT&T, fundada en 1885, fue partida hace tres décadas para repartir el monopolio de las telecomunicaciones. Pero desde hace unos años, los operadores tradicionales están sumidos en un proceso contrario de consolidación. Cada vez más consumidores consumen entretenimiento a través de sus móviles y de dispositivos en sus televisiones conectados a Internet.
La misma combinación se observa en los proveedores de televisión de pago, que lidera AT&T con cerca de 25 millones de abonados. Le sigue Comcast y Charter Communications, que acaba de adquirir Time Warner Cable por 56.000 millones, antigua filial de Time Warner hasta que se separó en 2009. Cablevisión se fusionó también este año con la europea Altice, mientras que Viacom está en conversaciones con CBS para integrar sus respectivas plataformas.
Todas estas maniobras entrecruzadas entre operadores de telecomunicaciones y distribuidores de contenido buscan prevenir que los abonados se descuelguen de sus servicios por alternativas más baratas que encuentran en la red como Netflix o Amazon. AT&T, como Comcast y Verizon, será así propietaria del contenido que podrá emitir tanto por la conexión del cable o en los teléfonos móviles.
La amenaza de Trump
La operación tendrá que ser aprobada por los reguladores. AT&T ya se vio forzada hace unos años a abandonar la compra de su rival T-Mobile USA. Ese bloqueo la obligó a buscar alternativas para poder crecer, integrando otros negocios como el de la televisión y medios digitales. Verizon optó en paralelo por hacerse con AOL y Yahoo. Las nuevas normas para garantizar el acceso neutral a la red dan sentido, además, a la combinación de contenido y distribución.
El candidato republicano a las presidenciales, Donald Trump, amenazó este sábado en un mitin de campaña en Pensilvania con bloquear la operación si el 8 de noviembre llega a la Casa Blanca. Considera que este tipo de transacciones “destruyen la democracia”, al concentrar “tanto poder en unas pocas manos”. En este sentido, hizo referencia a la fusión de Comcast con la NBC Universal, que “nunca debió ser autorizada”.
AT&T tenía el viernes una valoración de mercado próxima a los 230.000 millones. La operación, sin embargo, provocará que se endeude todavía más un año después de desembolsar 48.500 millones por DirectTV. Su apalancamiento asciende a los 120.000 millones, a los que se suman los 24.000 millones de Time Warner. La compañía tiene ya la tercera nota crediticia más baja. Para esquivar la categoría de bono basura y conservar liquidez, podría rebajar el dividendo a los accionistas.