Un fraude científico sacude al instituto que concede los Nobel de Medicina

El Gobierno sueco despide a la cúpula del prestigioso Instituto Karolinska por negligencias tras la muerte de dos pacientes


Nuño Domínguez
El País
Un caso de negligencia y malas prácticas científicas está provocando una de las peores crisis que ha vivido el prestigioso Instituto Karolinska de Suecia, que otorga el premio Nobel de Medicina.


El Gobierno sueco ha despedido a la cúpula directiva del Karolinska después de que una investigación externa sobre malas prácticas haya criticado duramente a la institución y la manera totalmente irregular en la que contrató y mantuvo en su puesto al cirujano italiano Paolo Macchiarini.

Macchiarini saltó a la fama mundial en Barcelona, donde realizó trasplantes pioneros. El médico no tardó en convertirse en una estrella en su campo. En 2010 fue contratado como investigador asociado por el Instituto Karolinska y también como cirujano por el Hospital Universitario Karolinska. En este segundo centro, el italiano realizó tres trasplantes de tráqueas sintéticas con una nueva técnica basada en células madre entre 2011 y 2012. Dos de los pacientes murieron tras las intervenciones, y otro sigue hospitalizado en EE UU.

El Gobierno sueco nombra a ocho miembros del consejo de Gobierno el Karolinska, incluido el presidente. La destitución de cuatro de ellos ya se anunció en abril y ayer se confirmó el relevo de otros tres, según ha confirmado el Karolinska a Materia. El presidente del consejo, Lars Leijonborg, anunció su renuncia hace unos días. Un portavoz de la institución señaló que el Karolinska va a estudiar ahora si debe indemnizar a las familias de los dos fallecidos y el tercer paciente que sigue hospitalizado.

Sten Heckscher, expresidente del Tribunal Supremo sueco, se ha declarado “atónito” por las malas prácticas que ha encontrado en el Karolinska

El caso es un duro golpe para el Karolinska, una de las instituciones más prestigiosas de Suecia, y para el premio Nobel de Medicina, el galardón más alto al que pueden aspirar médicos y científicos en este campo y que es otorgado por una asamblea compuesta por 50 profesores de la institución.

El escándalo se había cobrado ya la cabeza del mandamás del Karolinska, Anders Hamsten, y de Urban Lendahl, secretario general de la Asamblea del Nobel, que dimitieron por haber defendido al médico a pesar de las repetidas denuncias de que había falsificado su currículum y exagerado los resultados positivos de sus trasplantes. Además de Hamsten y Lendahl, otros dos miembros de la Asamblea del Nobel habían dejado sus cargos por la investigación del caso Macchiarini.

Sten Heckscher, expresidente del Tribunal Supremo sueco, se ha declarado “atónito” por las malas prácticas que ha encontrado en el Karolinska. Desde febrero, el prestigioso jurista ha dirigido una investigación independiente del caso que le encargó la propia cúpula de esta institución universitaria después de que un documental en la televisión pública sueca denunciase el escándalo médico. En su informe, publicado ayer, Heckscher y otros dos investigadores concluyen que Hamsten, entonces vicecanciller del Karolinska, forzó el fichaje de Macchiarini en 2010, se saltó las normas de contratación e ignoró las denuncias de posibles irregularidades que ya habían llegado a oídos de la institución.

“En mi vida he visto unas referencias tan malas”, aseguró ayer Heckscher en una rueda de prensa en la que se presentó el informe. A pesar de todas las alarmas sobre los datos cuestionables en sus estudios y currículo, resaltó, el Karolinska renovó al médico italiano en dos ocasiones, 2013 y 2015, con una “una sorprendente falta de interés de intentar averiguar más sobre su trabajo antes de ampliar su contrato”. El Instituto Karolinska "no puede ser absuelto de responsabilidad" en los trágicos resultados de las operaciones, concluye el informe.
"Un Chernóbil de la ética"

Una investigación similar realizada en el Hospital Universitario Karolinska, donde operó el cirujano caído en desgracia, ha denunciado que el caso solo fue posible gracias a una “cultura del silencio” que acalló sistemáticamente las críticas hacia cualquier superior e ignoró las denuncias de otros médicos.

Bo Risberg, profesor emérito de cirugía en la Universidad de Gotemburgo y experto en ética científica ha bautizado el caso como “un Chernóbil de la ética para el Karolinska”. En un artículo publicado en enero en la prensa sueca señaló que si el Nobel de Medicina quiere mantener su credibilidad, el premio no debería otorgarse durante dos años, como reconocimiento del escándalo y también por respeto a los fallecidos.

La Justicia sueca está investigando a Macchiarini por su supuesta negligencia médica relacionada con la muerte de los dos pacientes. Macchiarini dejó de estar vinculado al Instituto Karolinska en marzo de este año, cuando se acabó su contrato, y los responsables de la organización ignoran su paradero.

Macchiarini no ha respondido a las llamadas ni los correos electrónicos de Materia. Tampoco la organización de los Nobel, ni el CoMacchiarini.mité del Nobel de Medicina han respondido a las preguntas de este diario sobre el caso.

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