Trump promete un refuerzo militar para disipar las dudas sobre su estrategia de seguridad

El republicano acusa a Clinton de tener “el gatillo fácil y ser muy inestable” en política exterior

Joan Faus
Corresponsal en Estados Unidos
Washington, El País
Si se tienen en cuenta las declaraciones del republicano Donald Trump y la demócrata Hillary Clinton, el futuro presidente de Estados Unidos estará incapacitado para ser el comandante en jefe de la primera potencia militar y el país se adentrará en una espiral dramática. Ambos candidatos se acusan mutuamente de carecer del juicio necesario en materia de seguridad nacional. La semana pasada lo hizo Clinton y este miércoles Trump.


En un discurso en Filadelfia, el magnate inmobiliario intentó contrarrestar los intentos de la ex secretaria de Estado de apelar, con un mensaje de firmeza en seguridad, a votantes conservadores. Trump prometió reforzar las Fuerzas Armadas y ser contundente con los enemigos.

Los incrementos, cuyo coste total Trump no detalló, se financiarían con la eliminación de los límites al gasto militar impuestos por el Congreso, una reforma presupuestaria y un incremento de la recaudación fiscal

En el discurso, Trump defendió aumentar el gasto militar a la vez que reiteró su reticencia intervencionista. Fue un intento de aproximación al concepto disuasorio de “paz a través de la fuerza” del ex presidente republicano Ronald Reagan, icono de la derecha estadounidense y que contribuyó al fin de la Guerra Fría.

“A diferencia de mi rival, mi política exterior enfatizará la diplomacia, no la destrucción”, dijo Trump. Acusó a la candidata demócrata de tener “el gatillo fácil y ser muy inestable”. “A veces, parecía que no había un país en Oriente Próximo que Hillary Clinton no quisiera invadir, intervenir en él o derrocar”, dijo en referencia a su etapa como jefa de la diplomacia estadounidense en el primer mandato de Barack Obama entre 2009 y 2013. Le reprochó, por ejemplo, dejar un legado de “sufrimiento y muerte” en países como Irak, Libia y Siria.

Trump, que al inicio de su campaña prometía borrar del mapa al Estado Islámico, sonó en Filadelfia más cauto en su retórica belicista. Recordó todavía más a la cautela del demócrata Obama, al que el republicano acusa de haber debilitado la impronta estadounidense en el mundo pero con el que comparte el recelo a un intervencionismo idealista y a que EE UU sea el policía del mundo. Trump se aleja así de la doctrina republicana, mientras que Clinton se acerca a ella al defender la semana pasada la prevalencia del llamado excepcionalismo americano.

El candidato republicano, que recibió el martes el apoyo de 88 ex altos cargos militares, busca con el discurso y su intervención esta noche en un foro sobre seguridad nacional disipar las dudas que suscita en círculos conservadores su doctrina en política exterior. La estrategia de Trump mezcla mensajes de dureza con otros aislacionistas y promesas que rompen con el consenso de las últimas décadas, como incumplir la cláusula de defensa colectiva de la OTAN si los países miembros no aportan más fondos a la organización.

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