Trump intentó hacer negocios en Cuba violando el embargo, según Newsweek

El republicano corteja el voto conservador cubanoamericano con un discurso endurecido hacia Cuba

Silvia Ayuso
Washington, El País
Que a Donald Trump le gustaría hacer negocios en Cuba, preferiblemente abrir un hotel, no es novedad. El propio candidato republicano lo ha dicho. Eso sí, precisó hace solo unos meses, “en el momento adecuado”. “Cuando esté permitido hacerlo”, añadió. Pero la revista Newsweek revela ahora que Trump, que está cortejando el voto más conservador de Florida con amenazas de revertir la normalización de relaciones con La Habana iniciada por el presidente Barack Obama, ya intentó hacer negocios en la isla a finales de los años 90, cuando estaba estrictamente prohibido.


En esa época, Fidel Castro estaba todavía en el poder y hacer ese tipo de negocios suponía una clara violación del embargo a la isla que Trump decía entonces, y también ahora, defender. La revelación de Newsweek podría alienar a ese electorado cubanoamericano más conservador de Florida que Trump intenta atraer en un intento de asegurarse ese Estado clave en las elecciones de noviembre.

El senador republicano por Florida Marco Rubio, su antiguo rival en las primarias y crítico con la normalización de relaciones con Cuba, ya ha pedido una aclaración de Trump.

“El artículo hace acusaciones muy graves y preocupantes. Voy a reservarme mi juicio hasta que conozcamos todos los hechos y se le haya dado a Donald la oportunidad de responder”, respondió Rubio a una pregunta de EL PAÍS. Pese a su derrota en las primarias, el senador, que ahora aspira a renovar su escaño en noviembre, es una influyente voz en el electorado cubanoameriano más conservador.

Según la publicación, en 1998 la empresa de Trump, que entonces se llamaba Trump Hotels & Casino Resorts, encargó a una empresa consultora, Seven Arrows Investment, que realizara un viaje a Cuba para explorar posibilidades de negocio. El embargo contra Cuba, vigente desde la presidencia de John F. Kennedy, se había endurecido dos años antes, con la ley Helms-Burton.

Newsweek, que ha revisado documentos de la época y cita a un antiguo ejecutivo de la empresa de Trump, afirma que la compañía del magnate devenido en político “vio una oportunidad” de posicionarse en Cuba para el caso de que se aliviara el embargo, después de que el entonces presidente, Bill Clinton, diera ese año algunos pasos conciliatorios, como permitir de nuevo los vuelos chárter a la isla. Por ello, la empresa consignó a la consultoría, “con conocimiento de Trump”, la exploración de posibles negocios. Los consultores “se reunieron con funcionarios del gobierno (cubano), banqueros y otros líderes empresariales para explorar posibles oportunidades para la empresa de casinos”.

“Trump participó en las discusiones sobre el viaje de Cuba y sabía que se realizó”, afirma la publicación citando al exempleado del magnate, cuyo nombre no revela. La factura que la consultoría devolvió al consorcio Trump con los gastos efectuados en la isla por un viaje, que aparentemente no contaba con ninguna autorización oficial, ascendió a 68.000 dólares.

En un intento de desmentir a la revista, la jefa de campaña de Trump, Kellyanne Conway, pareció confirmar este jueves sin embargo que hubo algún tipo de pago. El reportaje "empieza con un titular chillón de que (Trump) hizo negocios en Cuba. Pero resulta que decidió no invertir ahí. Pagaron dinero, entiendo, en 1998", dijo en la cadena ABC.
Un discurso contradictorio ya en los años 90

Unos meses después del viaje secreto a Cuba, Trump lanzó su primera carrera a la Casa Blanca. En noviembre de 1999, anunció la creación de un “comité exploratorio” para presentarse como candidato del Partido Reformista del millonario Ross Perot. El lugar que eligió para su primer discurso fue Miami, en la sede de la entonces influyente organización de cubanos en el exilio Fundación Nacional Cubano Americana.

“Recientemente he tenido muchas ofertas para ir a Cuba para hacer negocios inmobiliarios y los he rechazado en la base de que iré allí cuando Cuba sea libre”, aseguró Trump. “Invertir en Cuba ahora no va a los bolsillos de los cubanos, sino a los de Fidel Castro, que es un asesino, un tipo malo en todos los aspectos y el embargo contra Cuba tiene que permanecer si no es por otra razón de que si permanece, él (Fidel Castro) caerá”, agregó.

Más allá de las posibles implicaciones legales de la revelación de que la empresa de Trump pudo haber violado el embargo, las consecuencias del artículo sobre el pasado secreto del magnate, tan opuesto a su discurso político de la época y actual, podrían tener un efecto en la actual carrera presidencial.

Su rival, la demócrata Hillary Clinton, no ha dejado pasar esta oportunidad de atacar a Trump por sus "contradicciones" y sus "mentiras".

"Los negocios de Trump con Cuba parecen haber violado la ley e incumplido la política exterior estadounidense y contradicen sus declaraciones públicas", afirmó el asesor político de Clinton, Jack Sullivan. Las revelaciones de la revista "demuestran una vez más que Trump siempre antepondrá sus intereses económicos al interés nacional, y que no le importa mentir sobre ello", sostuvo.
Nuevos bandazos en la política hacia Cuba

Trump no podrá llegar a la Casa Blanca si no gana las elecciones en Florida. En un intento de asegurarse el voto cubanoamericano más conservador, el candidato republicano ha endurecido su posición sobre Cuba, una de las claves del voto floridano. Hace solo un año, Trump se distanciaba de sus rivales en las primarias republicanas, entre los que figuraban los senadores de origen cubano y firmes anticastristas Rubio y Ted Cruz, al respaldar la normalización de relaciones iniciada por Obama, argumentando que “50 años es suficiente”. Y en marzo todavía mantenía su deseo de poder abrir un día un hotel en la isla.

En sus últimas visitas a Florida, ha regresado a un discurso parecido al que sostuviera dos décadas atrás, afirmando que está dispuesto a revocar la normalización de relaciones diplomáticas con La Habana si esta no cumple con las “demandas de libertad religiosa y política para todos los cubanos”.

Para Madeleine Russak, directora de comunicaciones de Engage Cuba, una organización paraguas de empresas y organizaciones que presionan para el levantamiento del embargo, las revelaciones demuestran que “Trump, un hombre de negocios, hace tiempo que reconoció los beneficios económicos de interactuar con Cuba”.

“Resulta desafortunado que el nominado presidencial haya cambiado el tono respecto a Cuba, aparentemente para cortejar una percepción obsoleta del sentimiento cubanoamericano en Florida”, agregó, recordando que el 63% de los cubanos en Miami apoyan el levantamiento del embargo.

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