Mercosur impide la presidencia de Venezuela y amenaza con expulsarla
Los cuatro países fundadores optan por la posición de Brasil, que exigía dureza con Maduro
Carlos E. Cué
Buenos Aires, El País
Michel Temer ha ganado su primera gran batalla diplomática y Nicolás Maduro la ha perdido, al menos de momento. Venezuela no presidirá Mercosur, al contrario de lo que estaba previsto por el turno rotatorio. No solo eso, en un comunicado conjunto de los cuatro fundadores de esta alianza comercial y económica de Sudamérica -Argentina, Uruguay, Paraguay y Brasil- se expresa una clara amenaza de expulsar a Venezuela si en menos de tres meses no cumple los compromisos que había alcanzado. La presión de los cuatro socios sobre el régimen de Maduro es muy evidente, como pretendía Brasil con el apoyo firme de Paraguay y algo más ambiguo de Argentina. Uruguay se había mostrado en todo momento más favorable a entregar la presidencia de Mercosur a Venezuela. De hecho, Uruguay dejó la presidencia en julio, cuando acababa su mandato, y Maduro la asumió, aunque Paraguay y Brasil se negaron a aceptar ese movimiento, lo que generó una crisis sin precedentes y un vació de poder en el grupo precisamente en un momento clave de las negociaciones del tratado UE-Mercosur.
"Tenemos a bien informar que, a partir del día de hoy, la República Bolivariana de Venezuela asumirá con beneplácito el ejercicio de la Presidencia Pro Tempore del Mercosur, con fundamento en el artículo 12 del tratado de Asunción y en correspondencia con el artículo 5 del Protocolo Ouro Preto", aseguraba la carta enviada en julio por el Gobierno de Maduro. Desde entonces hubo múltiples intentos de desbloqueo pero Argentina mantenía una posición ambigua que algunos analistas en Buenos Aires atribuían al intento de la canciller Susana Malcorra por hacerse con la secretaría general de la ONU, un puesto para el que necesitaba contar con el apoyo o al menos la neutralidad de Venezuela. Malcorra tiene cada día menos posibilidades de lograr ese objetivo y está siendo relegada en las últimas votaciones, y ahora llega esta declaración de guerra en lenguaje diplomático de Mercosur a Venezuela, el último de los países en incorporarse a este grupo, algo que sucedió en 2013 en plena crisis por la expulsión de Paraguay tras la destitución de su presidente.
El texto pactado por Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay señala: "Esta declaración refleja el consenso alcanzado por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay para facilitar el funcionamiento del MERCOSUR y para coordinar las negociaciones con otros países y grupos de países, así como los pasos a seguir para asegurar el equilibrio de derechos y obligaciones en el proceso de adhesión de Venezuela, atento a que este país no ha incorporado normativa esencial del MERCOSUR en su legislación nacional. Por este motivo, se decidió otorgar un plazo complementario a fin de que la República Bolivariana de Venezuela de cumplimiento a las obligaciones asumidas en su Protocolo de Adhesión al MERCOSUR".
El escrito es deliberadamente ambiguo pero fue el canciller brasileño, José Serra, el que se encargó de interpretarlo con gran entusiasmo ante la evidente victoria diplomática de su posición: "Venezuela no asumirá la presidencia de Mercosur, que será ejercida por una comisión coordinadora formada por representantes de los cuatro fundadores. Si el 2 de diciembre Venezuela no cumple los compromisos que asumió cuando ingresó, será suspendida de Mercosur", señalaba victorioso.
Ahora habrá que esperar la respuesta de Venezuela pero ambos países ya tienen rotas sus relaciones diplomáticas desde la aprobación definitiva del impeachment contra Dilma Rousseff, por lo que la situación difícilmente podrá empeorar.
Carlos E. Cué
Buenos Aires, El País
Michel Temer ha ganado su primera gran batalla diplomática y Nicolás Maduro la ha perdido, al menos de momento. Venezuela no presidirá Mercosur, al contrario de lo que estaba previsto por el turno rotatorio. No solo eso, en un comunicado conjunto de los cuatro fundadores de esta alianza comercial y económica de Sudamérica -Argentina, Uruguay, Paraguay y Brasil- se expresa una clara amenaza de expulsar a Venezuela si en menos de tres meses no cumple los compromisos que había alcanzado. La presión de los cuatro socios sobre el régimen de Maduro es muy evidente, como pretendía Brasil con el apoyo firme de Paraguay y algo más ambiguo de Argentina. Uruguay se había mostrado en todo momento más favorable a entregar la presidencia de Mercosur a Venezuela. De hecho, Uruguay dejó la presidencia en julio, cuando acababa su mandato, y Maduro la asumió, aunque Paraguay y Brasil se negaron a aceptar ese movimiento, lo que generó una crisis sin precedentes y un vació de poder en el grupo precisamente en un momento clave de las negociaciones del tratado UE-Mercosur.
"Tenemos a bien informar que, a partir del día de hoy, la República Bolivariana de Venezuela asumirá con beneplácito el ejercicio de la Presidencia Pro Tempore del Mercosur, con fundamento en el artículo 12 del tratado de Asunción y en correspondencia con el artículo 5 del Protocolo Ouro Preto", aseguraba la carta enviada en julio por el Gobierno de Maduro. Desde entonces hubo múltiples intentos de desbloqueo pero Argentina mantenía una posición ambigua que algunos analistas en Buenos Aires atribuían al intento de la canciller Susana Malcorra por hacerse con la secretaría general de la ONU, un puesto para el que necesitaba contar con el apoyo o al menos la neutralidad de Venezuela. Malcorra tiene cada día menos posibilidades de lograr ese objetivo y está siendo relegada en las últimas votaciones, y ahora llega esta declaración de guerra en lenguaje diplomático de Mercosur a Venezuela, el último de los países en incorporarse a este grupo, algo que sucedió en 2013 en plena crisis por la expulsión de Paraguay tras la destitución de su presidente.
El texto pactado por Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay señala: "Esta declaración refleja el consenso alcanzado por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay para facilitar el funcionamiento del MERCOSUR y para coordinar las negociaciones con otros países y grupos de países, así como los pasos a seguir para asegurar el equilibrio de derechos y obligaciones en el proceso de adhesión de Venezuela, atento a que este país no ha incorporado normativa esencial del MERCOSUR en su legislación nacional. Por este motivo, se decidió otorgar un plazo complementario a fin de que la República Bolivariana de Venezuela de cumplimiento a las obligaciones asumidas en su Protocolo de Adhesión al MERCOSUR".
El escrito es deliberadamente ambiguo pero fue el canciller brasileño, José Serra, el que se encargó de interpretarlo con gran entusiasmo ante la evidente victoria diplomática de su posición: "Venezuela no asumirá la presidencia de Mercosur, que será ejercida por una comisión coordinadora formada por representantes de los cuatro fundadores. Si el 2 de diciembre Venezuela no cumple los compromisos que asumió cuando ingresó, será suspendida de Mercosur", señalaba victorioso.
Ahora habrá que esperar la respuesta de Venezuela pero ambos países ya tienen rotas sus relaciones diplomáticas desde la aprobación definitiva del impeachment contra Dilma Rousseff, por lo que la situación difícilmente podrá empeorar.