May da luz verde a una planta nuclear con capital chino en Reino Unido
La primera ministra paralizó durante dos meses el visto bueno de su precedesor
Pablo Guimón
Londres, El País
La primera ministra británica, Theresa May, ha dado luz verde a la construcción de la primera central nuclear que se levanta en el país en 20 años, y que contará con participación de la empresa estatal nuclear china. La aprobación del controvertido proyecto conocido como Hinkley Point C, con un coste de 18.000 millones de libras (21.204 millones de euros), se produce seis semanas después de que la primera ministra decidiera congelarlo para revisar las condiciones aprobadas por su predecesor, David Cameron.
La paralización temporal del proyecto provocó tensiones con China, país con el que el anterior Gobierno británico quiso abrir una “edad dorada” en sus relaciones comerciales y diplomáticas. May ha destacado que la definitiva aprobación se produce tras introducir “nuevas y significativas salvaguardas” para asegurar que la insólita participación de China en un sector tan estratégico no compromete la seguridad nacional.
"Después de una exhaustiva revisión del proyecto Hinkley Point C, y un acuerdo revisado con EDF, el Gobierno ha decidido proceder con la nueva planta de energía nuclear", ha indicado el Gobierno en un comunicado. Se establecerá, ha añadido, un nuevo marco legal que regirá las futuras inversiones extranjeras en el Reino Unido cuando se trate de infraestructuras muy importantes.
El ministro de Empresa, Energía e Industria, Greg Clark, ha dicho que, habiendo revisado al proyecto, van a "introducir una serie de medidas para aumentar la seguridad y asegurar que Hinkley no cambie de manos sin un acuerdo con el Gobierno".
La central será construida por la compañía pública francesa EDF con 6.000 millones de libras (una tercera parte del total) de inversión china. Tanto la empresa gala como la china han mostrado su satisfacción por el desbloqueo de un acuerdo que incluye una progresiva participación en la infraestructura de energía nuclear británica, con la construcción de nuevas centrales en el futuro. “Confiamos usar nuestras tres décadas de rica experiencia en construir y operar plantas nucleares para desempeñar un papel importante en la satisfacción futuras de energía baja en carbono de Reino Unido”, ha dicho la compañía publica china.
A la vez que daba luz verde al polémico proyecto, el Gobierno ha anunciado también que endurecerá en el futuro los controles para la inversión extranjera en sectores clave. “Habrá reformas en la estrategia del Gobierno sobre la propiedad y control de infraestructuras críticas, para asegurar que todas las implicaciones de la titularidad extranjera son examinados por motivos de seguridad nacional”, ha dicho el Ejecutivo en un comunicado. El Gobierno se reserva la facultad de impedir que EDF venda su participación sin su aprobación
Hinkley Point es un proyecto de una envergadura colosal, que se espera satisfaga el 7% de la demanda doméstica de electricidad del país. Poco después de llegar a Downing Street el pasado mes de julio, Theresa May decidió suspender el proyecto para analizar las preocupaciones expresadas por diversos críticos, acerca de la participación china, las dudas de que la central esté realmente finalizada para 2025, y el alto coste de la energía generada.
Tras revisarlo durante el verano, el Gobierno mantiene a EDF el precio garantizado de 92,5 libras por megavatio/hora, un valor que duplica con creces el precio del mercado actual. May considera que Hinkley Point es crucial para garantizar la demanda energética del país y reducir las emisiones de carbono, a medida que las infraestructuras que garantizan más de la mitad de la capacidad de generación existente entrarán en decadencia en los próximos 15 años. El plan aprobado incluye la futura construcción de otra central nuclear, en Essex, con capital chino y francés y tecnología china. El Gobierno británico se reserva una acción de oro para garantizar que China no aumente más de lo deseable su control sobre el suministro de energía en Reino Unido.
El aporte chino había sido aprobado durante la visita que hizo el presidente de China, Xi Jinping, a Reino Unido en octubre del año pasado. La aportación francesa había sido aprobada por la junta de administración de EDF el pasado julio. La decisión de May, en el último momento, de suspender su aprobación final creó una gran incertidumbre sobre si el proyecto sería o no construido. May señaló durante su reciente visita a China para participar en la cumbre del G20 (países industrializados y emergentes) que su decisión respondió a su "manera de trabajar" y que quería evaluar en profundidad el proyecto antes de aprobarlo.
Los sindicatos británicos recibieron con satisfacción el visto bueno del Gobierno por considerar que la planta, ubicada en Somerset (oeste inglés) permitirá crear unos 25.000 empleos.
El responsable del área energética del sindicato general Unite, Kevin Coyne, ha declarado a la prensa que los empleados están deseosos de "empezar a trabajar en la primera planta nuclear del país en una generación". "Es una noticia excelente que la incertidumbre causada por la decisión de Theresa May de suspender Hinkley Point ha quedado ahora disipada y que el Gobierno reconoce la función nuclear en la economía", ha señalado. "Esto significa que la luz permanecerá en el Reino Unido durante décadas y anuncia el renacimiento económico del oeste del país, con la creación de miles de empleos cualificados y los efectos positivos para la cadena de suministro en todo el Reino Unido", ha añadido.
La firma estatal china ha mostrado interés por construir otras plantas de energía nuclear en el Reino Unido, incluida una Bradwell, en Essex, en el sureste de Inglaterra.
Pablo Guimón
Londres, El País
La primera ministra británica, Theresa May, ha dado luz verde a la construcción de la primera central nuclear que se levanta en el país en 20 años, y que contará con participación de la empresa estatal nuclear china. La aprobación del controvertido proyecto conocido como Hinkley Point C, con un coste de 18.000 millones de libras (21.204 millones de euros), se produce seis semanas después de que la primera ministra decidiera congelarlo para revisar las condiciones aprobadas por su predecesor, David Cameron.
La paralización temporal del proyecto provocó tensiones con China, país con el que el anterior Gobierno británico quiso abrir una “edad dorada” en sus relaciones comerciales y diplomáticas. May ha destacado que la definitiva aprobación se produce tras introducir “nuevas y significativas salvaguardas” para asegurar que la insólita participación de China en un sector tan estratégico no compromete la seguridad nacional.
"Después de una exhaustiva revisión del proyecto Hinkley Point C, y un acuerdo revisado con EDF, el Gobierno ha decidido proceder con la nueva planta de energía nuclear", ha indicado el Gobierno en un comunicado. Se establecerá, ha añadido, un nuevo marco legal que regirá las futuras inversiones extranjeras en el Reino Unido cuando se trate de infraestructuras muy importantes.
El ministro de Empresa, Energía e Industria, Greg Clark, ha dicho que, habiendo revisado al proyecto, van a "introducir una serie de medidas para aumentar la seguridad y asegurar que Hinkley no cambie de manos sin un acuerdo con el Gobierno".
La central será construida por la compañía pública francesa EDF con 6.000 millones de libras (una tercera parte del total) de inversión china. Tanto la empresa gala como la china han mostrado su satisfacción por el desbloqueo de un acuerdo que incluye una progresiva participación en la infraestructura de energía nuclear británica, con la construcción de nuevas centrales en el futuro. “Confiamos usar nuestras tres décadas de rica experiencia en construir y operar plantas nucleares para desempeñar un papel importante en la satisfacción futuras de energía baja en carbono de Reino Unido”, ha dicho la compañía publica china.
A la vez que daba luz verde al polémico proyecto, el Gobierno ha anunciado también que endurecerá en el futuro los controles para la inversión extranjera en sectores clave. “Habrá reformas en la estrategia del Gobierno sobre la propiedad y control de infraestructuras críticas, para asegurar que todas las implicaciones de la titularidad extranjera son examinados por motivos de seguridad nacional”, ha dicho el Ejecutivo en un comunicado. El Gobierno se reserva la facultad de impedir que EDF venda su participación sin su aprobación
Hinkley Point es un proyecto de una envergadura colosal, que se espera satisfaga el 7% de la demanda doméstica de electricidad del país. Poco después de llegar a Downing Street el pasado mes de julio, Theresa May decidió suspender el proyecto para analizar las preocupaciones expresadas por diversos críticos, acerca de la participación china, las dudas de que la central esté realmente finalizada para 2025, y el alto coste de la energía generada.
Tras revisarlo durante el verano, el Gobierno mantiene a EDF el precio garantizado de 92,5 libras por megavatio/hora, un valor que duplica con creces el precio del mercado actual. May considera que Hinkley Point es crucial para garantizar la demanda energética del país y reducir las emisiones de carbono, a medida que las infraestructuras que garantizan más de la mitad de la capacidad de generación existente entrarán en decadencia en los próximos 15 años. El plan aprobado incluye la futura construcción de otra central nuclear, en Essex, con capital chino y francés y tecnología china. El Gobierno británico se reserva una acción de oro para garantizar que China no aumente más de lo deseable su control sobre el suministro de energía en Reino Unido.
El aporte chino había sido aprobado durante la visita que hizo el presidente de China, Xi Jinping, a Reino Unido en octubre del año pasado. La aportación francesa había sido aprobada por la junta de administración de EDF el pasado julio. La decisión de May, en el último momento, de suspender su aprobación final creó una gran incertidumbre sobre si el proyecto sería o no construido. May señaló durante su reciente visita a China para participar en la cumbre del G20 (países industrializados y emergentes) que su decisión respondió a su "manera de trabajar" y que quería evaluar en profundidad el proyecto antes de aprobarlo.
Los sindicatos británicos recibieron con satisfacción el visto bueno del Gobierno por considerar que la planta, ubicada en Somerset (oeste inglés) permitirá crear unos 25.000 empleos.
El responsable del área energética del sindicato general Unite, Kevin Coyne, ha declarado a la prensa que los empleados están deseosos de "empezar a trabajar en la primera planta nuclear del país en una generación". "Es una noticia excelente que la incertidumbre causada por la decisión de Theresa May de suspender Hinkley Point ha quedado ahora disipada y que el Gobierno reconoce la función nuclear en la economía", ha señalado. "Esto significa que la luz permanecerá en el Reino Unido durante décadas y anuncia el renacimiento económico del oeste del país, con la creación de miles de empleos cualificados y los efectos positivos para la cadena de suministro en todo el Reino Unido", ha añadido.
La firma estatal china ha mostrado interés por construir otras plantas de energía nuclear en el Reino Unido, incluida una Bradwell, en Essex, en el sureste de Inglaterra.