Los grandes ejecutivos de EE UU presionan a la UE para evitar la multa a Apple

El Departamento del Tesoro limita los créditos fiscales a las multinacionales para evitar que la multa la pague el contribuyente

Sandro Pozzi
Nueva York, El País
El principal grupo empresarial de Estados Unidos hace piña en torno a Apple, movilizándose en tromba para presionar a los líderes de la Unión Europea por la decisión del regulador de la competencia de castigar la tácticas fiscales del fabricante del iPhone y hacerle devolver 13.000 millones a Irlanda en impuestos no pagados. Y lo hace utilizando los mismos argumentos con los que el Departamento del Tesoro cuestionó el poder de Bruselas al aplicar un impuesto con carácter retroactivo.


La Business Roundtable, la organización más influyente en el mundo corporativo, está mandado cartas a todos los Gobiernos europeos para intervengan, incluida la canciller Angela Merkel. El lobby está integrado por 185 compañías, como Caterpillar, Walmart o Dow Chemical. Apple está al margen. Pero su consejero delegado, Tim Cook, ya dijo que la maniobra de la Comisión Europea es “pura basura política”.

John Engler, presidente de la asociación empresarial, califica la actuación de la autoridad de la competencia europea como un “acto de agresión” contra las multinacionales estadounidenses y la soberanía de EE UU. “Cumplir la ley ya no es suficiente para las empresas americanas”, advierte señalando que con esta decisión unilateral, la comisaria Margrethe Vestager crea un impuesto con el que no contaban.

Engler ya mostró su decepción el pasado 30 de agosto, en respuesta al anuncio de Bruselas contra Apple e Irlanda. Entonces emplazó al regulador europeo a que diera marcha atrás ante lo que considera como “una nueva forma peligrosa de proteccionismo”. El grupo empresarial estadounidense también advierte de que este tipo de acciones pueden acabar mermando la inversión extranjera por toda Europa.

La posición de la Business Roundtable repite al pie de la letra la tesis del Tesoro de EE UU en esta nueva batalla transatlántica. Pero el departamento que dirige Jack Lew participa en dos bailes a la vez, porque al tiempo que defiende los intereses de sus multinacionales debe evitar que con estas artimañas de ingeniería contable sigan dejando de pagar todos los impuestos que deberían.
Límites a los créditos

Este mismo jueves, la Administración que preside Barack Obama adoptó una nueva acción para limitar que las empresas se beneficien de los créditos que se aplican a las operaciones en el exterior. La medida busca así taponar otra vía de escape en el impuesto de sociedades. Se suma a las que se adoptaron para dificultar las fusiones que tiene como objetivo establecer la sede fiscal en otro país.

La última acción vuelve a mostrar la frustración de Washington. Pero en paralelo trata de impedir que Apple puede utilizar estos créditos para cubrir el coste de la reprimenda de la Comisión Europea y evitar que el fardo recaiga al final sobre el contribuyente. También preocupa que las multinacionales puedan reducir artificialmente el pago de impuestos como consecuencia de las reclamaciones de Bruselas.

Las espadas llevan en alto desde hace años. Los ejecutivos de las grandes empresas, con Cisco Systems, Apple, Google y General Electric como abanderadas, están de acuerdo en que “hay que arreglar el régimen fiscal”. Pero para empezar a repatriar el dinero aparcado en el exterior piden que se reduzca el impuesto de sociedades del 35% actual a algo más próximo al 25% que se paga en los países de la OCDE.

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