La ultraderecha toma las calles de México para defender la familia tradicional
Sectores ultraconservadores llaman a manifestarse en 120 ciudades del país contra el matrimonio igualitario
Luis Pablo Beauregard
Guadalajara (México), El País
Hace un par de años, Fernando Pliego Carrasco, un doctor en ciencias sociales y profesor de la Universidad Nacional, presentó ante una asociación de derechas un libro sobre la importancia de la familia tradicional. Al evento acudieron diputados del PRI y el PAN, que escucharon al sociólogo citar estudios tremendistas. Uno de ellos afirmaba que los niños que viven con padres en unión libre son 19 veces más propensos a ser víctimas de abusos sexuales. El sociólogo afirmó en otro momento que las mujeres no casadas por la iglesia están más expuestas a la violencia. “Los homicidios se disparan seis veces más en las mujeres en unión libre”, dijo.
Pliego es el académico de cabecera para las decenas de asociaciones ultraconservadoras que han convocado este sábado a manifestarse contra la iniciativa de matrimonio igualitario presentada por el presidente Enrique Peña Nieto. Estos sectores, vinculados al ala más radical de la iglesia católica, marcharán por las calles de 120 ciudades para quejarse de la “ideología de género” que se enseña en las escuelas y exigir al Congreso no modificar el artículo 4 de la Constitución, que permitiría las bodas entre personas del mismo sexo en todo el país. Otra gran movilización se plantea para el 24 de septiembre en la Ciudad de México.
El Frente Nacional por la Familia es el gran paraguas bajo el que se protegen centenares de grupos vinculados a evangélicos, cristianos y católicos. La Iglesia católica, que ha sido muy crítica con la propuesta presidencial de los matrimonios igualitarios y con el Gobierno de Peña Nieto, ha visto con buenos ojos las movilizaciones. En varios Estados del país, obispos han ayudado en la convocatoria. Esto aumentó la tensión porque mostraba visos de la intromisión de los religiosos en la vida política. A finales de agosto, la Archidiócesis de México se vio obligada a deslindarse de las protestas.
Será importante ver quien sale a las calles este sábado. El sociólogo Bernardo Barranco, experto en temas de religión en México, ha dicho que las movilizaciones serán una buena oportunidad para calibrar el músculo de la iglesia. La marcha será también un termómetro político. Según Barranco, los sectores conservadores han aprovechado las horas bajas del Gobierno de Peña Nieto para hacer avanzar su agenda. “Están asestando un golpe y están colocando al Estado en una posición muy incómoda”, dijo.
Algunos de los integrantes del Frente Nacional por la Familia están vinculados a los sectores más extremos del Partido Acción Nacional (PAN, derechas). Rodrigo Iván Cortés, uno de los voceros del movimiento, fue diputado federal y es cercano a expresidentes del partido que simpatizan con el Yunque, una facción de ultra derecha nacida en el Estado de Puebla a mediados del siglo pasado. A finales de agosto, Cortés estuvo en el Vaticano, donde informó al papa Francisco en una breve audiencia sobre las manifestaciones que se llevarán a cabo en México.
Estos gestos se suman a un largo rastro que las organizaciones conservadoras han ido dejando desde mayo, poco después de que Peña Nieto presentara en Los Pinos su propuesta de reforma constitucional. Ese anuncio fue la gota que colmó el vaso para los católicos, que se aglutinaron en plataformas que llamaron a la acción política y a manifestarse en las urnas contra la agenda progresista del mandatario. El resultado llegó en las elecciones locales del 7 de junio, donde la derecha derrotó al PRI despojándolo de algunos de sus bastiones. Hasta la fecha no se ha demostrado si la iglesia operó en favor del PAN en algunas entidades o si el PRI fue castigado por las polémicas de corrupción de algunos de sus gobernantes.
Los colectivos LGTBI han considerado las marchas de este sábado discriminatorias. El Consejo nacional para prevenir la discriminación (Conapred) ha emitido un pronunciamiento recordando la gran diversidad que conforma a la sociedad mexicana. En el país existen cerca de 29 millones de hogares, de los cuales solo el 40% está conformado por parejas heterosexuales casadas y con hijos de ambos cónyuges. “No existe un solo tipo de familia a la que el Estado mexicano esté obligado a proteger”, ha señalado el consejo. La Corte Suprema mexicana ha respaldado esta idea con un fallo de 2015. A pesar de esto, el 53% de los mexicanos se opone al matrimonio igualitario, según un sondeo reciente.
En marzo de 2014, el doctor Pliego hablaba de Modern Family, la exitosa comedia estadounidense que muestra la convivencia entre varios tipos de familia. Ante los integrantes de Red Familia, el académico afirmaba que la gente que no comparte esa visión se siente “denostada” y “temerosa” de expresar su punto de vista. Dos años después, estos sectores han perdido la vergüenza. Hoy tomarán las calles.
Luis Pablo Beauregard
Guadalajara (México), El País
Hace un par de años, Fernando Pliego Carrasco, un doctor en ciencias sociales y profesor de la Universidad Nacional, presentó ante una asociación de derechas un libro sobre la importancia de la familia tradicional. Al evento acudieron diputados del PRI y el PAN, que escucharon al sociólogo citar estudios tremendistas. Uno de ellos afirmaba que los niños que viven con padres en unión libre son 19 veces más propensos a ser víctimas de abusos sexuales. El sociólogo afirmó en otro momento que las mujeres no casadas por la iglesia están más expuestas a la violencia. “Los homicidios se disparan seis veces más en las mujeres en unión libre”, dijo.
Pliego es el académico de cabecera para las decenas de asociaciones ultraconservadoras que han convocado este sábado a manifestarse contra la iniciativa de matrimonio igualitario presentada por el presidente Enrique Peña Nieto. Estos sectores, vinculados al ala más radical de la iglesia católica, marcharán por las calles de 120 ciudades para quejarse de la “ideología de género” que se enseña en las escuelas y exigir al Congreso no modificar el artículo 4 de la Constitución, que permitiría las bodas entre personas del mismo sexo en todo el país. Otra gran movilización se plantea para el 24 de septiembre en la Ciudad de México.
El Frente Nacional por la Familia es el gran paraguas bajo el que se protegen centenares de grupos vinculados a evangélicos, cristianos y católicos. La Iglesia católica, que ha sido muy crítica con la propuesta presidencial de los matrimonios igualitarios y con el Gobierno de Peña Nieto, ha visto con buenos ojos las movilizaciones. En varios Estados del país, obispos han ayudado en la convocatoria. Esto aumentó la tensión porque mostraba visos de la intromisión de los religiosos en la vida política. A finales de agosto, la Archidiócesis de México se vio obligada a deslindarse de las protestas.
Será importante ver quien sale a las calles este sábado. El sociólogo Bernardo Barranco, experto en temas de religión en México, ha dicho que las movilizaciones serán una buena oportunidad para calibrar el músculo de la iglesia. La marcha será también un termómetro político. Según Barranco, los sectores conservadores han aprovechado las horas bajas del Gobierno de Peña Nieto para hacer avanzar su agenda. “Están asestando un golpe y están colocando al Estado en una posición muy incómoda”, dijo.
Algunos de los integrantes del Frente Nacional por la Familia están vinculados a los sectores más extremos del Partido Acción Nacional (PAN, derechas). Rodrigo Iván Cortés, uno de los voceros del movimiento, fue diputado federal y es cercano a expresidentes del partido que simpatizan con el Yunque, una facción de ultra derecha nacida en el Estado de Puebla a mediados del siglo pasado. A finales de agosto, Cortés estuvo en el Vaticano, donde informó al papa Francisco en una breve audiencia sobre las manifestaciones que se llevarán a cabo en México.
Estos gestos se suman a un largo rastro que las organizaciones conservadoras han ido dejando desde mayo, poco después de que Peña Nieto presentara en Los Pinos su propuesta de reforma constitucional. Ese anuncio fue la gota que colmó el vaso para los católicos, que se aglutinaron en plataformas que llamaron a la acción política y a manifestarse en las urnas contra la agenda progresista del mandatario. El resultado llegó en las elecciones locales del 7 de junio, donde la derecha derrotó al PRI despojándolo de algunos de sus bastiones. Hasta la fecha no se ha demostrado si la iglesia operó en favor del PAN en algunas entidades o si el PRI fue castigado por las polémicas de corrupción de algunos de sus gobernantes.
Los colectivos LGTBI han considerado las marchas de este sábado discriminatorias. El Consejo nacional para prevenir la discriminación (Conapred) ha emitido un pronunciamiento recordando la gran diversidad que conforma a la sociedad mexicana. En el país existen cerca de 29 millones de hogares, de los cuales solo el 40% está conformado por parejas heterosexuales casadas y con hijos de ambos cónyuges. “No existe un solo tipo de familia a la que el Estado mexicano esté obligado a proteger”, ha señalado el consejo. La Corte Suprema mexicana ha respaldado esta idea con un fallo de 2015. A pesar de esto, el 53% de los mexicanos se opone al matrimonio igualitario, según un sondeo reciente.
En marzo de 2014, el doctor Pliego hablaba de Modern Family, la exitosa comedia estadounidense que muestra la convivencia entre varios tipos de familia. Ante los integrantes de Red Familia, el académico afirmaba que la gente que no comparte esa visión se siente “denostada” y “temerosa” de expresar su punto de vista. Dos años después, estos sectores han perdido la vergüenza. Hoy tomarán las calles.