La oposición siria acepta que El Asad siga en el poder durante un periodo transitorio
La hoja de ruta de los grupos rebeldes exige la salida del presidente tras un periodo de seis meses
Juan Carlos Sanz
Corresponsal en Oriente Próximo
Jerusalén, El País
La coordinadora que agrupa a los principales grupos de la oposición y milicias rebeldes de Siria ha aceptado que el presidente Bachar en el Asad pueda seguir en el poder durante un periodo transitorio de seis meses mientras se negocia la formación de un Gobierno de unidad nacional. La hoja de ruta para una salida política al conflicto civil ha sido presentada este martes por el Alto Comité para las Negociaciones (HNC, en sus siglas en inglés) antes de reunirse en Londres con el denominado Grupo de Amigos de Siria, en el que están representados tanto países aliados del régimen, como Rusia e Irán, como de la oposición, entre otros Estados Unidos, Arabia Saudí y Turquía.
Para que pueda hacerse efectivo este plan antes es preciso que las dos grandes potencias se comprometan a imponer un alto el fuego a las partes. Aunque los presidentes de EE UU, Barack Obama, y de Rusia, Vladímir Putin, no consiguieron alcanzar un acuerdo durante en la reciente cumbre del G-20 celebrada en China, las diplomacias de ambos países siguen trabajando en la búsqueda de un entendimiento. El reciente vuelco experimentado en el frente de Alepo y otros puntos de Siria en favor del régimen de Damasco parece haber dado al traste con las expectativas de un acuerdo inminente que se barajaban antes del fin de semana.
El documento Una visión para Siria presentado por la oposición prevé una primera fase de seis meses de negociaciones tras el cese de hostilidades durante los que El Asad mantendría sus actuales atribuciones. Tras la constitución de un Gobierno de unidad nacional de amplia base –con la misión de redactar una nueva Constitución y organizar elecciones libres en un plazo de 18 meses–, el presidente debería renunciar al cargo “junto con los miembros del régimen responsables de crímenes de guerra”, según dijo a la BBC el presidente del HNC, Riyad Hijab, ex primer ministro sirio que desertó en 2012 después del estallido de la guerra civil.
El frente rebelde había rechazado hasta ahora la presencia de El Asad durante el periodo transitorio fijado por la Declaración de Ginebra, en el primero de los tres intentos fallidos de negociación que han mantenido la oposición y el régimen en los cuatro últimos años. Algunos de sus aliados, como Turquía, que compartían el mismo veto radical, han cambiado de criterio para aceptar su continuidad al menos en una primera fase de las conversaciones de paz. El viceministro de Asuntos Exteriores sirio, Faisal Mekdad, puntualizó también a la emisora británica que la propuesta rebelde para que El Asad ceda el poder le parecía “loca” e “increíble”. “El pueblo sirio tiene que poder decir su propio futuro son condiciones previas sobre quién debe gobernar”, advirtió.
La hoja de ruta desvelada por la oposición sigue la estela del acuerdo de Viena suscrito por las grandes potencias el pasado noviembre y ratificado por el Consejo de Seguridad de la ONU un mes después. Una vez haya entrado en vigor una tregua en Siria –a expensas de lo que decidan los jefes de la diplomacia de Washington, John Kerry, y Moscú, Serguéi Lavrov, a partir de este jueves en Ginebra– las partes en conflicto deberán permitir el acceso de ayuda humanitaria a la población que ha permanecido cercada por los combates y tendrán que poner en libertad a los prisioneros de guerra.
Juan Carlos Sanz
Corresponsal en Oriente Próximo
Jerusalén, El País
La coordinadora que agrupa a los principales grupos de la oposición y milicias rebeldes de Siria ha aceptado que el presidente Bachar en el Asad pueda seguir en el poder durante un periodo transitorio de seis meses mientras se negocia la formación de un Gobierno de unidad nacional. La hoja de ruta para una salida política al conflicto civil ha sido presentada este martes por el Alto Comité para las Negociaciones (HNC, en sus siglas en inglés) antes de reunirse en Londres con el denominado Grupo de Amigos de Siria, en el que están representados tanto países aliados del régimen, como Rusia e Irán, como de la oposición, entre otros Estados Unidos, Arabia Saudí y Turquía.
Para que pueda hacerse efectivo este plan antes es preciso que las dos grandes potencias se comprometan a imponer un alto el fuego a las partes. Aunque los presidentes de EE UU, Barack Obama, y de Rusia, Vladímir Putin, no consiguieron alcanzar un acuerdo durante en la reciente cumbre del G-20 celebrada en China, las diplomacias de ambos países siguen trabajando en la búsqueda de un entendimiento. El reciente vuelco experimentado en el frente de Alepo y otros puntos de Siria en favor del régimen de Damasco parece haber dado al traste con las expectativas de un acuerdo inminente que se barajaban antes del fin de semana.
El documento Una visión para Siria presentado por la oposición prevé una primera fase de seis meses de negociaciones tras el cese de hostilidades durante los que El Asad mantendría sus actuales atribuciones. Tras la constitución de un Gobierno de unidad nacional de amplia base –con la misión de redactar una nueva Constitución y organizar elecciones libres en un plazo de 18 meses–, el presidente debería renunciar al cargo “junto con los miembros del régimen responsables de crímenes de guerra”, según dijo a la BBC el presidente del HNC, Riyad Hijab, ex primer ministro sirio que desertó en 2012 después del estallido de la guerra civil.
El frente rebelde había rechazado hasta ahora la presencia de El Asad durante el periodo transitorio fijado por la Declaración de Ginebra, en el primero de los tres intentos fallidos de negociación que han mantenido la oposición y el régimen en los cuatro últimos años. Algunos de sus aliados, como Turquía, que compartían el mismo veto radical, han cambiado de criterio para aceptar su continuidad al menos en una primera fase de las conversaciones de paz. El viceministro de Asuntos Exteriores sirio, Faisal Mekdad, puntualizó también a la emisora británica que la propuesta rebelde para que El Asad ceda el poder le parecía “loca” e “increíble”. “El pueblo sirio tiene que poder decir su propio futuro son condiciones previas sobre quién debe gobernar”, advirtió.
La hoja de ruta desvelada por la oposición sigue la estela del acuerdo de Viena suscrito por las grandes potencias el pasado noviembre y ratificado por el Consejo de Seguridad de la ONU un mes después. Una vez haya entrado en vigor una tregua en Siria –a expensas de lo que decidan los jefes de la diplomacia de Washington, John Kerry, y Moscú, Serguéi Lavrov, a partir de este jueves en Ginebra– las partes en conflicto deberán permitir el acceso de ayuda humanitaria a la población que ha permanecido cercada por los combates y tendrán que poner en libertad a los prisioneros de guerra.