La investigación del FBI a Clinton: olvidos y un teléfono roto con martillo
La ex secretaria de Estado dijo desconocer, tras la conmoción cerebral que sufrió, todas las sesiones sobre el uso de información sensible
Joan Faus
Corresponsal en Estados Unidos
Washington, El País
La expresión “Clinton no recuerda” aparece decenas de veces en los documentos del FBI, difundidos este viernes, sobre la entrevista que hicieron investigadores de la agencia a Hillary Clinton por su uso de un correo electrónico privado como secretaria de Estado. En la entrevista, realizada a principios de julio, la candidata demócrata a las elecciones presidenciales dijo desconocer un sinfín de asuntos relacionados con la seguridad del servidor que tenía en su residencia y consideró haber llevado a cabo de forma segura sus comunicaciones.
Clinton explicó a los investigadores que, tras sufrir en 2012 una conmoción cerebral, no recordaba todas las sesiones que recibió sobre el uso de información sensible cuando inició su salida del Departamento de Estado, en 2013. La oposición republicana ha utilizado el golpe en la cabeza de Clinton para cuestionar la salud de la candidata demócrata.
El FBI, señalan los documentos, no encontró pruebas de que piratas informáticos accedieran a los correos de Clinton, pero no pudo llegar a una conclusión definitiva al no poder obtener todo el equipamiento tecnológico usado por la exjefa de la diplomacia estadounidense.
En el interrogatorio, Clinton admitió que no pidió explícitamente permiso al Departamento de Estado para utilizar su propio email privado para sus comunicaciones oficiales, aunque esgrimió que no buscaba con ello esquivar las leyes sobre el archivo de datos del Gobierno y dijo desconocer si alguien la advirtió sobre el uso del correo. También explicó que no recibió instrucciones sobre la preservación de sus registros durante la transición para dejar de ser secretaria de Estado.
La difusión de los documentos -dos resúmenes de la entrevista y de la investigación del FBI sobre los correos- llega tras las peticiones judiciales de varios medios de comunicación y garantiza que el caso de los emails, que ha alimentado las acusaciones de secretismo contra el matrimonio Clinton, siga vivo a dos meses de los comicios a la Casa Blanca en los que la demócrata parte con ventaja frente al republicano Donald Trump.
Tras la entrevista, el FBI consideró que no había motivos suficientes para presentar cargos contra la ex primera dama, pero la acusó de ser “extremadamente descuidada” con su correo. Siguiendo la recomendación del FBI, el Departamento de Justicia cerró en julio su investigación a Clinton.
Los documentos dan algunas pistas sobre los motivos que pudieron llevar al FBI a hacer ese reproche. En el resumen de la investigación, se asegura que Clinton cambiaba con frecuencia de modelo de teléfono móvil BlackBerry y que dos asesores suyos explicaron que era “frecuente” que se desconocieran dónde estaban los aparatos antiguos mientras se le instalaba uno nuevo. También explicaron que en, al menos dos ocasiones, los antiguos móviles eran destruidos con un golpe de martillo o rompiéndolos con la mano por la mitad.
En la entrevista, Clinton reitera lo que ha venido diciendo desde que se destapó el caso hace más de un año: que decidió usar solo un correo privado -y no el del Departamento de Estado- por motivos de comodidad y que confió en la seguridad del servidor privado, con el que estaba conectado el correo, que había instalado su marido Bill en su residencia en Nueva York.
Según anunció el FBI en julio, la ex primera dama envió o recibió 110 correos que contenían información clasificada, pero la mayoría de ellos no tenían entonces el distintivo de clasificados.
“Clinton no recordaba haber recibido ningún email que ella creyera que no debía estar en un sistema no clasificado", dicen los documentos. "Ella confiaba en el juicio de los funcionarios del [Departamento de] Estado cuando le escribían a ella, y no podía recordar a nadie manifestando preocupación respecto a la sensibilidad de la información que recibió en su dirección de correo”.
Joan Faus
Corresponsal en Estados Unidos
Washington, El País
La expresión “Clinton no recuerda” aparece decenas de veces en los documentos del FBI, difundidos este viernes, sobre la entrevista que hicieron investigadores de la agencia a Hillary Clinton por su uso de un correo electrónico privado como secretaria de Estado. En la entrevista, realizada a principios de julio, la candidata demócrata a las elecciones presidenciales dijo desconocer un sinfín de asuntos relacionados con la seguridad del servidor que tenía en su residencia y consideró haber llevado a cabo de forma segura sus comunicaciones.
Clinton explicó a los investigadores que, tras sufrir en 2012 una conmoción cerebral, no recordaba todas las sesiones que recibió sobre el uso de información sensible cuando inició su salida del Departamento de Estado, en 2013. La oposición republicana ha utilizado el golpe en la cabeza de Clinton para cuestionar la salud de la candidata demócrata.
El FBI, señalan los documentos, no encontró pruebas de que piratas informáticos accedieran a los correos de Clinton, pero no pudo llegar a una conclusión definitiva al no poder obtener todo el equipamiento tecnológico usado por la exjefa de la diplomacia estadounidense.
En el interrogatorio, Clinton admitió que no pidió explícitamente permiso al Departamento de Estado para utilizar su propio email privado para sus comunicaciones oficiales, aunque esgrimió que no buscaba con ello esquivar las leyes sobre el archivo de datos del Gobierno y dijo desconocer si alguien la advirtió sobre el uso del correo. También explicó que no recibió instrucciones sobre la preservación de sus registros durante la transición para dejar de ser secretaria de Estado.
La difusión de los documentos -dos resúmenes de la entrevista y de la investigación del FBI sobre los correos- llega tras las peticiones judiciales de varios medios de comunicación y garantiza que el caso de los emails, que ha alimentado las acusaciones de secretismo contra el matrimonio Clinton, siga vivo a dos meses de los comicios a la Casa Blanca en los que la demócrata parte con ventaja frente al republicano Donald Trump.
Tras la entrevista, el FBI consideró que no había motivos suficientes para presentar cargos contra la ex primera dama, pero la acusó de ser “extremadamente descuidada” con su correo. Siguiendo la recomendación del FBI, el Departamento de Justicia cerró en julio su investigación a Clinton.
Los documentos dan algunas pistas sobre los motivos que pudieron llevar al FBI a hacer ese reproche. En el resumen de la investigación, se asegura que Clinton cambiaba con frecuencia de modelo de teléfono móvil BlackBerry y que dos asesores suyos explicaron que era “frecuente” que se desconocieran dónde estaban los aparatos antiguos mientras se le instalaba uno nuevo. También explicaron que en, al menos dos ocasiones, los antiguos móviles eran destruidos con un golpe de martillo o rompiéndolos con la mano por la mitad.
En la entrevista, Clinton reitera lo que ha venido diciendo desde que se destapó el caso hace más de un año: que decidió usar solo un correo privado -y no el del Departamento de Estado- por motivos de comodidad y que confió en la seguridad del servidor privado, con el que estaba conectado el correo, que había instalado su marido Bill en su residencia en Nueva York.
Según anunció el FBI en julio, la ex primera dama envió o recibió 110 correos que contenían información clasificada, pero la mayoría de ellos no tenían entonces el distintivo de clasificados.
“Clinton no recordaba haber recibido ningún email que ella creyera que no debía estar en un sistema no clasificado", dicen los documentos. "Ella confiaba en el juicio de los funcionarios del [Departamento de] Estado cuando le escribían a ella, y no podía recordar a nadie manifestando preocupación respecto a la sensibilidad de la información que recibió en su dirección de correo”.