España / Los milagros de octubre
Los partidos creen que sólo tras los comicios vascos y gallegos podrá encontrarse una solución que parece remota para evitar las terceras elecciones
Fernando Garea
Madrid, El País
Los principales partidos están convencidos de que las dificultades de llegar a acuerdos que eviten las terceras elecciones no solo no se han reducido, sino que han crecido. Y están persuadidos de que si se abre alguna puerta para evitar esas elecciones será en octubre, después de los comicios vascos y catalanes del 25 de septiembre y como consecuencia de una rectificación de alguna parte, es decir, un milagro no previsto en este momento. Esta misma semana llegará al Congreso la proposición de ley del PSOE para acortar la campaña y que la hipotética tercera cita con las urnas sea el 18 de diciembre y no el 25.
Se mantienen casi inalterables los obstáculos que impidieron el acuerdo hace nueve meses, tras las elecciones generales del 20 de diciembre.
El milagro que esperan los partidos podría llegar como consecuencia del resultado de las elecciones vascas: que el PNV necesitara para gobernar en Euskadi los votos de PSOE y PP y, a cambio, los nacionalistas apoyaran en Madrid una investidura. Si fuera el PP haría falta un voto más en el Congreso para llegar a los 176. Podría llegar del diputado de Nueva Canaria, Pedro Quevedo, pero esto tampoco está asegurado. Sería la salida ideal para el PSOE, pero tiene el grave inconveniente de que requeriría reunir en el mismo sentido de voto a Ciudadanos y al PNV. La salida está favorecida por el sistema para designar lehendakari en el Parlamento vasco, porque no hay voto en contra, sino candidato alternativo. Íñigo Urkullu competiría contra un hipotético candidato de Bildu, haciendo más fácil la posición del PP. Todo depende de una carambola en los
Cualquier opción mantiene los mismos obstáculos de hace nueve meses
Otra opción de milagro en octubre es el apuntado, entre otros, por Felipe González: que Mariano Rajoy diera un paso a un lado y otro candidato optara a la investidura con apoyo de Ciudadanos, facilitando la abstención del PSOE. El inconveniente es que no pasa día en que Rajoy no insista en que no lo hará y que volverá a intentarlo y en el PP no hay mecanismo alguno ni fuerza para promover un cambio de líder.
Mar revuelto
Un milagro similar podría ocurrir en el PSOE y con eso sueña el PP: que Sánchez sea relevado al frente de los socialistas y un nuevo líder pase del no a la abstención. Explican los populares que esa salida podría estar favorecida por una debacle del PSOE en Galicia, que se apuntaría en el debe de Sánchez por la división interna que ha provocado por imposición de candidato y listas. En ese caso, dicen, la misma noche del 25 habría revuelta contra Sánchez.
El PP intentará frenar la actividad del Congreso a la espera de Gobierno
En este caso, el inconveniente es también el del procedimiento para remover a Sánchez, que tendría que ser como consecuencia de un Comité Federal adverso para el socialista y que un eventual sucesor asuma el discurso de proponer que se permita gobernar a Rajoy. Salvo opciones imaginativas no previstas de antemano, la última opción de milagro es que pueda salir adelante lo que Sánchez intentó en marzo con más diputados: el llamado Gobierno del cambio, con algún tipo de acuerdo de voto a favor o abstención de Podemos y Ciudadanos. Responde al llamamiento que hizo el socialista el viernes en el Congreso, pero necesita vencer muchos obstáculos. El primero el de la autorización del comité federal. El segundo el de los recelos entre PSOE y Podemos. Y el tercero el de la evidente incompatibilidad entre Podemos y Ciudadanos.
Para medir la magnitud del milagro hay que incluir el factor programático y, especialmente, el del derecho de autodeterminación y el referéndum en Cataluña que el partido de Pablo Iglesias mantiene y que ni el PSOE ni Ciudadanos pueden admitir.
Proceso en Cataluña
Sobre ese punto de desacuerdo, que se suma a otros muchos más muy debatidos desde diciembre, hay que sumar la posición de Podemos y cada una de sus confluencias en Galicia y País Vasco. También en Cataluña donde los socios de Iglesias mantienen el apoyo a la consulta y donde se celebrará a finales de septiembre la cuestión de confianza de Carles Puigdemont y el proceso independentista avanzará.
De hecho, los socialistas sospechan que Rajoy se detuvo especialmente en Cataluña en su discurso del martes para frenar cualquier acuerdo que, aunque sea de lejos, gire sobre la consulta.
A la espera de cualquiera de esos milagros, hoy es el día en que cualquier otro año se diría que arranca el curso político y el objetivo de todos ahora es llenar el vacío de actividad hasta octubre. El martes en la Mesa del Congreso se reabre el debate sobre lo que pueden hacer las Cortes sin Gobierno. El PSOE quiere que arranque la actividad y el PP pretende frenarla a la espera de la resolución del Tribunal Constitucional al recurso del Congreso contra el Gobierno por negarse a comparecer. Pero también esa incógnita se resolverá en octubre.
Fernando Garea
Madrid, El País
Los principales partidos están convencidos de que las dificultades de llegar a acuerdos que eviten las terceras elecciones no solo no se han reducido, sino que han crecido. Y están persuadidos de que si se abre alguna puerta para evitar esas elecciones será en octubre, después de los comicios vascos y catalanes del 25 de septiembre y como consecuencia de una rectificación de alguna parte, es decir, un milagro no previsto en este momento. Esta misma semana llegará al Congreso la proposición de ley del PSOE para acortar la campaña y que la hipotética tercera cita con las urnas sea el 18 de diciembre y no el 25.
Se mantienen casi inalterables los obstáculos que impidieron el acuerdo hace nueve meses, tras las elecciones generales del 20 de diciembre.
El milagro que esperan los partidos podría llegar como consecuencia del resultado de las elecciones vascas: que el PNV necesitara para gobernar en Euskadi los votos de PSOE y PP y, a cambio, los nacionalistas apoyaran en Madrid una investidura. Si fuera el PP haría falta un voto más en el Congreso para llegar a los 176. Podría llegar del diputado de Nueva Canaria, Pedro Quevedo, pero esto tampoco está asegurado. Sería la salida ideal para el PSOE, pero tiene el grave inconveniente de que requeriría reunir en el mismo sentido de voto a Ciudadanos y al PNV. La salida está favorecida por el sistema para designar lehendakari en el Parlamento vasco, porque no hay voto en contra, sino candidato alternativo. Íñigo Urkullu competiría contra un hipotético candidato de Bildu, haciendo más fácil la posición del PP. Todo depende de una carambola en los
Cualquier opción mantiene los mismos obstáculos de hace nueve meses
Otra opción de milagro en octubre es el apuntado, entre otros, por Felipe González: que Mariano Rajoy diera un paso a un lado y otro candidato optara a la investidura con apoyo de Ciudadanos, facilitando la abstención del PSOE. El inconveniente es que no pasa día en que Rajoy no insista en que no lo hará y que volverá a intentarlo y en el PP no hay mecanismo alguno ni fuerza para promover un cambio de líder.
Mar revuelto
Un milagro similar podría ocurrir en el PSOE y con eso sueña el PP: que Sánchez sea relevado al frente de los socialistas y un nuevo líder pase del no a la abstención. Explican los populares que esa salida podría estar favorecida por una debacle del PSOE en Galicia, que se apuntaría en el debe de Sánchez por la división interna que ha provocado por imposición de candidato y listas. En ese caso, dicen, la misma noche del 25 habría revuelta contra Sánchez.
El PP intentará frenar la actividad del Congreso a la espera de Gobierno
En este caso, el inconveniente es también el del procedimiento para remover a Sánchez, que tendría que ser como consecuencia de un Comité Federal adverso para el socialista y que un eventual sucesor asuma el discurso de proponer que se permita gobernar a Rajoy. Salvo opciones imaginativas no previstas de antemano, la última opción de milagro es que pueda salir adelante lo que Sánchez intentó en marzo con más diputados: el llamado Gobierno del cambio, con algún tipo de acuerdo de voto a favor o abstención de Podemos y Ciudadanos. Responde al llamamiento que hizo el socialista el viernes en el Congreso, pero necesita vencer muchos obstáculos. El primero el de la autorización del comité federal. El segundo el de los recelos entre PSOE y Podemos. Y el tercero el de la evidente incompatibilidad entre Podemos y Ciudadanos.
Para medir la magnitud del milagro hay que incluir el factor programático y, especialmente, el del derecho de autodeterminación y el referéndum en Cataluña que el partido de Pablo Iglesias mantiene y que ni el PSOE ni Ciudadanos pueden admitir.
Proceso en Cataluña
Sobre ese punto de desacuerdo, que se suma a otros muchos más muy debatidos desde diciembre, hay que sumar la posición de Podemos y cada una de sus confluencias en Galicia y País Vasco. También en Cataluña donde los socios de Iglesias mantienen el apoyo a la consulta y donde se celebrará a finales de septiembre la cuestión de confianza de Carles Puigdemont y el proceso independentista avanzará.
De hecho, los socialistas sospechan que Rajoy se detuvo especialmente en Cataluña en su discurso del martes para frenar cualquier acuerdo que, aunque sea de lejos, gire sobre la consulta.
A la espera de cualquiera de esos milagros, hoy es el día en que cualquier otro año se diría que arranca el curso político y el objetivo de todos ahora es llenar el vacío de actividad hasta octubre. El martes en la Mesa del Congreso se reabre el debate sobre lo que pueden hacer las Cortes sin Gobierno. El PSOE quiere que arranque la actividad y el PP pretende frenarla a la espera de la resolución del Tribunal Constitucional al recurso del Congreso contra el Gobierno por negarse a comparecer. Pero también esa incógnita se resolverá en octubre.