El Ejército mexicano investiga a los hijos de El Chapo por la emboscada a un convoy militar
El ataque, con fusiles de asalto y granadas, deja a cinco militares muertos y eleva el nivel de violencia en una Sinaloa partida por una incipiente guerra entre narcos
David Marcial Pérez
México, El País
Un convoy militar fue atacado durante la madrugada de este viernes en una de las carretas de entrada a Culiacán, capital de Sinaola, el territorio del cartel más poderoso de México. La caravana del Ejército escoltaba a una ambulancia desde Badiraguato, el pueblo natal del Chapo, que llevaba detenido a un herido tras realizar un operativo en esta zona serrana. Antes de entrar en la ciudad, un grupo de ocho furgonetas negras blindadas les cortó el paso, descargando la munición de fusiles de asalto y granadas. Cinco militares murieron en el ataque y el detenido fue liberado por el comando. Las autoridades sospechan que detrás de la masacre están los hijos del Chapo.
Otros ocho militares permanecen en el hospital en estado grave. El coordinador de Seguridad Pública del Estado, Moisés Melo García, confirmó que dos camiones militares Hummer quedaron calcinados y que los asaltantes, cerca de 40, secuestraron la ambulancia con el detenido dentro. "Es muy probable que sean los hijos del Chapo", anunció Melo esta tarde en la rueda de prensa posterior a un suceso que eleva un escalón más la crecida de violencia que vive la zona durante los últimos meses. La recaptura de Guzmán Loera a principios de año y la salida de la cárcel del legendario capo Rafael Caro Quintero, en junio, están haciendo saltar las costuras del mapa del crimen organizado en el corazón de Sinaloa.
El asalto a balazos este verano a la casa de la madre del Chapo, un castillo fortificado en las laderas de las montañas, fue el cañonazo de salida para lo que parece ser una nueva guerra entre narcos. El hasta hace poco líder indiscutible del cartel de Sinaloa tiene las horas contadas para su extradición a EE UU y el equilibrio de poder dentro del organización del narcotráfico más poderosa del planeta se ha roto. Según la inteligencia militar mexicana, Rafael Caro Quintero, capo del primigenio cartel de Guadalajara, jefe de jefes de la droga en los años ochenta, se habría aliado tras su excarcelación con facciones rivales del Chapo –entre ellos, los debilitados pero aún activos, Beltrán Leyva– y está dispuesto a recuperar el cetro del narco.
Uno de los hijos de Loera fue secuestrado en agosto en un lujoso restaurante de Culiacan y liberado a los pocos días. Las autoridades responsabilizaron de la acción al cartel Jalisco Nueva Generación, un grupo de nuevo cuño que en pocos años se ha convertido en la máxima amenaza para la hegemonía del Cartel de Sinaloa.
Los enfrentamientos entre bandas rivales en las inmediaciones de Badiraguato han sido una constante durante las últimas semanas, provocando un reguero de muertes y el desplazamiento de centenares de vecinos de esta zona pobre la Sierra Madre Occidental. La ola de violencia ha obligado a los responsables educativos a suspender las clases en los colegios.
David Marcial Pérez
México, El País
Un convoy militar fue atacado durante la madrugada de este viernes en una de las carretas de entrada a Culiacán, capital de Sinaola, el territorio del cartel más poderoso de México. La caravana del Ejército escoltaba a una ambulancia desde Badiraguato, el pueblo natal del Chapo, que llevaba detenido a un herido tras realizar un operativo en esta zona serrana. Antes de entrar en la ciudad, un grupo de ocho furgonetas negras blindadas les cortó el paso, descargando la munición de fusiles de asalto y granadas. Cinco militares murieron en el ataque y el detenido fue liberado por el comando. Las autoridades sospechan que detrás de la masacre están los hijos del Chapo.
Otros ocho militares permanecen en el hospital en estado grave. El coordinador de Seguridad Pública del Estado, Moisés Melo García, confirmó que dos camiones militares Hummer quedaron calcinados y que los asaltantes, cerca de 40, secuestraron la ambulancia con el detenido dentro. "Es muy probable que sean los hijos del Chapo", anunció Melo esta tarde en la rueda de prensa posterior a un suceso que eleva un escalón más la crecida de violencia que vive la zona durante los últimos meses. La recaptura de Guzmán Loera a principios de año y la salida de la cárcel del legendario capo Rafael Caro Quintero, en junio, están haciendo saltar las costuras del mapa del crimen organizado en el corazón de Sinaloa.
El asalto a balazos este verano a la casa de la madre del Chapo, un castillo fortificado en las laderas de las montañas, fue el cañonazo de salida para lo que parece ser una nueva guerra entre narcos. El hasta hace poco líder indiscutible del cartel de Sinaloa tiene las horas contadas para su extradición a EE UU y el equilibrio de poder dentro del organización del narcotráfico más poderosa del planeta se ha roto. Según la inteligencia militar mexicana, Rafael Caro Quintero, capo del primigenio cartel de Guadalajara, jefe de jefes de la droga en los años ochenta, se habría aliado tras su excarcelación con facciones rivales del Chapo –entre ellos, los debilitados pero aún activos, Beltrán Leyva– y está dispuesto a recuperar el cetro del narco.
Uno de los hijos de Loera fue secuestrado en agosto en un lujoso restaurante de Culiacan y liberado a los pocos días. Las autoridades responsabilizaron de la acción al cartel Jalisco Nueva Generación, un grupo de nuevo cuño que en pocos años se ha convertido en la máxima amenaza para la hegemonía del Cartel de Sinaloa.
Los enfrentamientos entre bandas rivales en las inmediaciones de Badiraguato han sido una constante durante las últimas semanas, provocando un reguero de muertes y el desplazamiento de centenares de vecinos de esta zona pobre la Sierra Madre Occidental. La ola de violencia ha obligado a los responsables educativos a suspender las clases en los colegios.