El Celtic paga la ira del Barcelona

El equipo blaugrana liderado por un gran Messi (3 goles) no tiene piedad. También marcaron Neymar, Iniesta y Suárez (2). Ter Stegen paró un penalti con 1-0.


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Después de la tormenta que provocó el Alavés, llegó el huracán del Barcelona que debutó en la Champions arrasando al Celtic por 7-0 en un partido que se jugó al ritmo que marcó un Leo Messi que dominó el partido en todas sus facetas. El argentino regresó al equipo titular del Barcelona y a Europa con tres goles desde la posición de delantero centro, aunque su participación en el partido se fundamentó más en la sala de máquinas, desde donde dirigió todo el juego barcelonista. La ira del Barça por la derrota ante el Alavés destrozó al Celtic.


El fútbol, tan dado a las sorpresas, tiene sin embargo argumentos previsibles que se quiebran muy raramente. Uno de estos argumentos es el de que un equipo grande después de meter la pata se toma el siguiente partido como una cosa personal. Y ante esta circunstancia, al rival de turno le queda poca cosa más que santiguarse y rezar eso de “virgencita, que me quede como estoy”.

Después del batacazo ante el conjunto vitoriano, el Barcelona descontó las horas para volver a saltar al terreno de juego y remendar el borrón liguero. Lo hicieron los de Luis Enrique con una crueldad descarnada ante un Celtic que fue un guiñapo a merced de los barcelonistas. Tanto fue así, que incluso cuando tuvieron ocasión de marcar, de penalti claro cometido por Ter Stegen, el alemán tuvo la oportunidad de lucirse. El portero no volvió a intervenir en el resto de partido.

Donde en la Liga abundaron los inventos y las rotaciones, en la Champions se asentaron los valores seguros de la plantilla de Luis Enrique. Y si el asturiano pone sus mejores fichas en el tapete, hay muy pocos equipos en el mundo que puedan replicar el despliegue de talento que es capaz de sembrar el técnico asturiano sobre el césped.

Iniesta fue el único hipotético titular que se quedó en el banquillo respecto al mejor equipo que puede alinear el Barcelona dejando su sitio a un André Gomes que no desentonó, pero del que se espera más. La unidad de élite del Barcelona, comandada por un Messi sobradísimo, no dio cuartel al Celtic de Rodgers, que todavía no sabe muy bien a que juega. Las últimas experiencias positivas de los escoceses en el Camp Nou se basaron en un cerrojazo de tomo y lomo, pero la filosofía del técnico norirlandés es incompatible con este libreto que llevó al éxito a Martin O’Neill o a Neill Lennon en partidos anteriores. Rodgers es de los que quiere salir con la pelota jugada y dar espectáculo. Rodgers es de los que prefiere suicidarse dignamente y el Barça no evitó tal invitación. Les masacró.

Durante la primera parte, el Celtic trató de mantener el tipo a pesar de que Messi, a los tres minutos ya había encarrilado el partido tras una asistencia de Neymar, que acabaría firmando cuatro pases de gol. Con ventaja en el marcador, todo se le puso de cara al Barcelona, pero al Celtic se le abrió una grieta para sobrevivir y regresar al partido gracias a un penalti que Ter Stegen cometió y a continuación le paró a Dembélé. Del probable 1-1 se pasó al 2-0 gracias a otro gol de Leo a pase de Neymar y tras el descanso se desencadenó la tormenta blaugrana.

En el segundo tiempo, el Barça borró al Celtic y los barcelonistas empezaron a sumar goles casi por castigo. Neymar de falta, Iniesta llegando desde atrás, Messi y Suárez como arietes y así hasta culminar un castigo brutal que hace entrar al Barça en Europa liquidando una ira contenida desde el sábado.

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