El Barça golea en un día gris
Suárez, Rafinha, Neymar (2) y Arda solucionan un partido en el que Sergi Roberto dio un máster y en el que el Sporting se descompuso tras la roja a Lora. Iniesta y Rakitic descansaron.
Santi Giménez
As
Superó el Barcelona su primer día sin Leo ganando en el Molinón por 0-5 en un encuentro en el que el equipo de Luis Enrique fue mucho más efectivo que brillante. En un día gris y espeso, el Barça volvió a tirar de rotaciones y cuatro latigazos en momentos clave fueron más suficiente para desarbolar a un Sporting con mucha ilusión pero muy blandito en ambas áreas.
Luis Enrique aprovechó la visita a su tierra para seguir insistiendo en la idea del fondo de armario, que quedó tocada hace dos semanas en el Camp Nou en el naufragio ante el Alavés. En previsión del partido de Champions ante el Borussia de la próxima semana, al asturiano no le tembló el pulso a la hora de confeccionar el equipo.
Dejó a Mascherano, Jordi Alba, Iniesta y Rakitic en el banquillo y el experimento le salió bien con matices. A nivel de resultado, nada que objetar, pero a nivel de juego, el Barcelona ofreció una actuación espesa a más no poder. Irreconocible en el juego de posición y en la elaboración, únicamente cuando intervenía en el juego Sergi Roberto se vislumbraba el estilo Barça. El canterano, que está en un estado de forma sensacional, se está erigiendo en el guardián de unas esencias que hicieron legendario al equipo y que en ocasiones como por ejemplo ayer, se diluyen de manera preocupante.
Si algo tiene el Sporting es ilusión, una afición entregada y valentía. De estos tres argumentos tiró el equipo de Abelardo de salida para presionar al Barcelona y hacerle pasar un mal rato al equipo blaugrana, que no se encontraba en ninguna de las dos orillas del campo. Ante la portería de Cuéllar todo se fiaba a que a Neymar le saliera la jugada de la jornada en un uno contra todos de manual, mientras que en área propia, Ter Stegen no contribuía a calmar las cosas. El portero alemán creó el caos en un par de acciones temerarias, especialmente cuando en el minuto 26 se pasó de frenada al ir a buscar un balón y salió del área provocando una falta sobre la frontal.
Cuando el Sporting empezaba a crecerse y parecía que el Barcelona era incapaz e dar con la tecla adecuada para darle marcha al partido, en un minuto cambió todo. La capacidad de pegada del equipo catalán, encarnada por Luis Suárez castigó a los locales. Una pelota perdida en el centro del campo, permitió a Arda colocar un pase en profundidad que el uruguayo convirtió en el primer gol. Ese tanto desconcertó a los asturianos, que un minuto después recibían del mazazo del segundo tanto al rematar Rafinha una de las impecables subidas por la banda de Sergi Roberto.
Tras el descanso, el Sporting tiró de nuevo de orgullo e ilusión aprovechando que el Barcelona, con bastante razón, daba ya el partido por liquidado. La iniciativa volvía a ser local, pero Piqué, que es de los pocos del Barça que da la impresión de disfrutar en cada partido, era un muro demasiado alto para que lo saltasen los asturianos.
Con el partido en su último tramo, Luis Enrique y Abelardo empezaron a reservar jugadores. El del Barça hizo los cambios pensando más en dar descanso a piezas clave (se retiraron Suárez y Busquets) que en aumentar el marcador, pero el arreón final del Barça fue demoledor.
De la mano del incansable Sergi Roberto, Neymar marcó el tercero y Arda el cuarto. El brasileño repitió a dos minutos del final a pase de Denis culminando una goleada pirotécnica que demuestra que este equipo, incluso en sus días malos, sin Messi y con rotaciones, sigue teniendo una potencia de fuego que está muy lejos de la capacidad de respuesta del Sporting.
Santi Giménez
As
Superó el Barcelona su primer día sin Leo ganando en el Molinón por 0-5 en un encuentro en el que el equipo de Luis Enrique fue mucho más efectivo que brillante. En un día gris y espeso, el Barça volvió a tirar de rotaciones y cuatro latigazos en momentos clave fueron más suficiente para desarbolar a un Sporting con mucha ilusión pero muy blandito en ambas áreas.
Luis Enrique aprovechó la visita a su tierra para seguir insistiendo en la idea del fondo de armario, que quedó tocada hace dos semanas en el Camp Nou en el naufragio ante el Alavés. En previsión del partido de Champions ante el Borussia de la próxima semana, al asturiano no le tembló el pulso a la hora de confeccionar el equipo.
Dejó a Mascherano, Jordi Alba, Iniesta y Rakitic en el banquillo y el experimento le salió bien con matices. A nivel de resultado, nada que objetar, pero a nivel de juego, el Barcelona ofreció una actuación espesa a más no poder. Irreconocible en el juego de posición y en la elaboración, únicamente cuando intervenía en el juego Sergi Roberto se vislumbraba el estilo Barça. El canterano, que está en un estado de forma sensacional, se está erigiendo en el guardián de unas esencias que hicieron legendario al equipo y que en ocasiones como por ejemplo ayer, se diluyen de manera preocupante.
Si algo tiene el Sporting es ilusión, una afición entregada y valentía. De estos tres argumentos tiró el equipo de Abelardo de salida para presionar al Barcelona y hacerle pasar un mal rato al equipo blaugrana, que no se encontraba en ninguna de las dos orillas del campo. Ante la portería de Cuéllar todo se fiaba a que a Neymar le saliera la jugada de la jornada en un uno contra todos de manual, mientras que en área propia, Ter Stegen no contribuía a calmar las cosas. El portero alemán creó el caos en un par de acciones temerarias, especialmente cuando en el minuto 26 se pasó de frenada al ir a buscar un balón y salió del área provocando una falta sobre la frontal.
Cuando el Sporting empezaba a crecerse y parecía que el Barcelona era incapaz e dar con la tecla adecuada para darle marcha al partido, en un minuto cambió todo. La capacidad de pegada del equipo catalán, encarnada por Luis Suárez castigó a los locales. Una pelota perdida en el centro del campo, permitió a Arda colocar un pase en profundidad que el uruguayo convirtió en el primer gol. Ese tanto desconcertó a los asturianos, que un minuto después recibían del mazazo del segundo tanto al rematar Rafinha una de las impecables subidas por la banda de Sergi Roberto.
Tras el descanso, el Sporting tiró de nuevo de orgullo e ilusión aprovechando que el Barcelona, con bastante razón, daba ya el partido por liquidado. La iniciativa volvía a ser local, pero Piqué, que es de los pocos del Barça que da la impresión de disfrutar en cada partido, era un muro demasiado alto para que lo saltasen los asturianos.
Con el partido en su último tramo, Luis Enrique y Abelardo empezaron a reservar jugadores. El del Barça hizo los cambios pensando más en dar descanso a piezas clave (se retiraron Suárez y Busquets) que en aumentar el marcador, pero el arreón final del Barça fue demoledor.
De la mano del incansable Sergi Roberto, Neymar marcó el tercero y Arda el cuarto. El brasileño repitió a dos minutos del final a pase de Denis culminando una goleada pirotécnica que demuestra que este equipo, incluso en sus días malos, sin Messi y con rotaciones, sigue teniendo una potencia de fuego que está muy lejos de la capacidad de respuesta del Sporting.