Charlotte se prepara para otra jornada de tensión tras las protestas que dejaron un herido grave
La agente que mató a otro negro desarmado en Tulsa, acusada de homicidio imprudente
Silvia Ayuso
Washington, El País
La ciudad de Charlotte permanecía este jueves en una tensa calma, con las fuerzas de la Guardia Nacional desplegadas por esta ciudad de Carolina del Norte tras una noche de violentas protestas que dejaron un herido muy grave y decenas de detenidos. Las autoridades locales hicieron un llamamiento a la contención y prometieron una investigación “completa y transparente” tanto de los incidentes como de su detonante, la muerte de un hombre negro a manos de la policía el pasado martes. Pero siguen negándose a publicar el vídeo que registró cómo falleció.
Aunque por el momento no se contempla declarar un toque de queda, las autoridades se reservan este recurso si las concentraciones que se espera vuelvan a repetirse esta noche a se tornaran una vez más violentas.
“No vemos en estos momentos la necesidad de cerrar completamente la ciudad”, dijo el jefe de la policía local, Kerr Putney, en rueda de prensa este jueves.
La declaración del estado de emergencia dictada la pasada noche por el gobernador de Carolina del Norte, Pat McCrory, ha proporcionado a la ciudad suficientes fuerzas de seguridad —Guardia Nacional y miembros de la patrulla de carretera— como para controlar por el momento la situación y evitar nuevas escenas de vandalismo y violencia como las de la pasada noche, aseguró Putney. “No podemos tolerar ningún tipo de violencia contra nuestros ciudadanos ni de destrucción de propiedad”, sostuvo el propio gobernador cuando horas más tarde compareció también ante la prensa. No obstante, la situación es fluida y la decisión de declarar un toque de queda podría darse si se llega a considerar necesario. “La declaración de emergencia nos da esa autoridad”, declaró la alcaldesa de Charlotte, Jennifer Roberts, a la cadena ABC.
Las protestas de la noche del miércoles, que se prolongaron hasta bien entrada la madrugada, dejaron un saldo de 44 detenidos por vandalismo y nueve civiles heridos. El más grave es un hombre que recibió un disparo y que sigue en estado crítico. Aunque la alcaldesa Roberts y el jefe de policía Putney comparecieron en rueda de prensa este jueves, no dieron nuevos detalles sobre la identidad de la víctima ni sobre quién efectuó el disparo, algo que se continúa investigando, dijeron. En un principio, las autoridades habían dicho que el responsable era otro civil, pero este jueves se abrieron a la posibilidad de que la bala procediera del arma de un agente.
“Hay mucha información circulando sobre quién disparó. Estamos revisando los vídeos y estamos investigando cuáles de nuestros agentes estaban ahí, porque hay quienes dicen que fue uno de nuestros oficiales. Estamos aquí para averiguar la verdad y estamos investigándolo todo, para hallar la verdad absoluta”, dijo Putney.
Otro vídeo clave
Una de las claves para contener las protestas es aclarar el suceso que las detonó: la muerte la noche del martes de Keith Lamont Scott, un hombre negro de 43 años que murió de un disparo de un agente de policía, también afroamericano, en el aparcamiento de un complejo residencial.
La versión oficial ha sido hasta ahora que Scott iba armado y que se negó a tirar la pistola como le ordenó el oficial de forma reiterada, pero su familia ha sostenido de manera consistente que la víctima tenía solo un libro entre sus manos mientras esperaba la llegada de su hijo.
Putney dio hoy un posible giro clave a la línea de investigación al admitir que no puede afirmar con plena certeza que Scott llevara un arma.
“El vídeo no me da una prueba visual absoluta, definitiva, que confirme que una persona está apuntando con un arma, no vi eso en las imágenes que he visto”, reconoció el jefe policial. No obstante, se apresuró a matizar sus declaraciones afirmando que “con el resto de las pruebas recopiladas” en la escena del incidente, la versión oficial sobre la secuencia de eventos que llevaron a la muerte de Scott “se sostiene”.
El jefe policial reiteró su negativa a hacer público el vídeo, tal como han pedido algunos activistas locales y hasta la organización de derechos civiles ACLU.
“No voy a publicar el vídeo ahora. Lo haremos cuando consideremos que hay una razón convincente”, replicó Putney. Una de las razones que dio para esta actitud es el respeto a los familiares de la víctima. Lo que la policía sí está dispuesta a hacer, agregó, es permitir que sus familiares accedan a las imágenes que tiene. “La familia ha pedido ver el vídeo y estamos trabajando para ello”, declaró.
Un abogado de la familia de Scott, William Bamberg, dijo que esta se pronunciará sobre la necesidad o no de hacer públicas las imágenes cuando las haya visto.
“Nos hemos insensibilizado ante las muertes en este país, y esos vídeos han contribuido a ello”, dijo en referencia a los numerosos difundidos en los últimos tiempos sobre negros abatidos por policías.
La muerte de Scott se une a numerosos casos de afroamericanos, en muchos casos desarmados, abatidos por policías que se han venido repitiendo en los últimos años y que han provocado un aumento de la tensión racial y en las relaciones con las fuerzas del orden en el país. Scott de hecho murió un día después de que se conociera que otro hombre negro, Terence Crutcher, murió el viernes en Tulsa, Oklahoma, por disparos de la policía a pesar de que estaba desarmado y con las manos en alto.
El fiscal de distrito de Tulsa, Steve Kunzweiler, anunció este jueves que ha presentado cargos por homicidio imprudente en primer grado contra la agente que mató a Crutcher, Betty Shelby. La policía, una mujer blanca, disparó contra Crutcher cuando, después de alzar este las manos, avanzó hacia su coche, que se había quedado parado en medio de la carretera, y se apoyó en él, según muestran las imágenes grabadas. La policía de Tulsa ha admitido que Crutcher no iba armado y que tampoco había un arma en su vehículo, pero la defensa de Shelby argumenta que el hombre actuaba de forma errática y que intentó meter una mano en el vehículo, lo que la agente interpretó como un intento de agarrar un arma y por eso disparó. Los abogados de la familia de la víctima mostraron sin embargo fotos a la prensa que demuestra que la ventanilla del coche de Crutcher estaba cerrada, destacó The New York Times.
Uno de los abogados de Crutcher es Benjamin Crump, que representó a los familiares de Michael Brown, el adolescente negro desarmado abatido hace dos años en Ferguson por un policía blanco, desatando la primera oleada de protestas que se han replicado en todo el país y, ahora, han llegado hasta Charlotte.
“Es importante que tengamos una investigación completa y transparente del incidente” que llevó a la muerte de Scott, reconoció la alcaldesa de Charlotte.
Congresistas negros marcharon el jueves hasta el Departamento de Justicia en Washington para reclamar de la fiscal general Loretta Lynch, también afroamericana, transparencia e investigaciones “exhaustivas” de estos casos, para frenar de una vez la muerte de negros desarmados a manos de policías. Lynch aseguró que tanto su oficina como el FBI están "monitorizando" la situación y anunció que ha enviado a Charlotte a cuatro integrantes del equipo encargado de las relaciones entre las autoridades y las comunidades para apoyar la interacción entre los agentes y los manifestantes.
Silvia Ayuso
Washington, El País
La ciudad de Charlotte permanecía este jueves en una tensa calma, con las fuerzas de la Guardia Nacional desplegadas por esta ciudad de Carolina del Norte tras una noche de violentas protestas que dejaron un herido muy grave y decenas de detenidos. Las autoridades locales hicieron un llamamiento a la contención y prometieron una investigación “completa y transparente” tanto de los incidentes como de su detonante, la muerte de un hombre negro a manos de la policía el pasado martes. Pero siguen negándose a publicar el vídeo que registró cómo falleció.
Aunque por el momento no se contempla declarar un toque de queda, las autoridades se reservan este recurso si las concentraciones que se espera vuelvan a repetirse esta noche a se tornaran una vez más violentas.
“No vemos en estos momentos la necesidad de cerrar completamente la ciudad”, dijo el jefe de la policía local, Kerr Putney, en rueda de prensa este jueves.
La declaración del estado de emergencia dictada la pasada noche por el gobernador de Carolina del Norte, Pat McCrory, ha proporcionado a la ciudad suficientes fuerzas de seguridad —Guardia Nacional y miembros de la patrulla de carretera— como para controlar por el momento la situación y evitar nuevas escenas de vandalismo y violencia como las de la pasada noche, aseguró Putney. “No podemos tolerar ningún tipo de violencia contra nuestros ciudadanos ni de destrucción de propiedad”, sostuvo el propio gobernador cuando horas más tarde compareció también ante la prensa. No obstante, la situación es fluida y la decisión de declarar un toque de queda podría darse si se llega a considerar necesario. “La declaración de emergencia nos da esa autoridad”, declaró la alcaldesa de Charlotte, Jennifer Roberts, a la cadena ABC.
Las protestas de la noche del miércoles, que se prolongaron hasta bien entrada la madrugada, dejaron un saldo de 44 detenidos por vandalismo y nueve civiles heridos. El más grave es un hombre que recibió un disparo y que sigue en estado crítico. Aunque la alcaldesa Roberts y el jefe de policía Putney comparecieron en rueda de prensa este jueves, no dieron nuevos detalles sobre la identidad de la víctima ni sobre quién efectuó el disparo, algo que se continúa investigando, dijeron. En un principio, las autoridades habían dicho que el responsable era otro civil, pero este jueves se abrieron a la posibilidad de que la bala procediera del arma de un agente.
“Hay mucha información circulando sobre quién disparó. Estamos revisando los vídeos y estamos investigando cuáles de nuestros agentes estaban ahí, porque hay quienes dicen que fue uno de nuestros oficiales. Estamos aquí para averiguar la verdad y estamos investigándolo todo, para hallar la verdad absoluta”, dijo Putney.
Otro vídeo clave
Una de las claves para contener las protestas es aclarar el suceso que las detonó: la muerte la noche del martes de Keith Lamont Scott, un hombre negro de 43 años que murió de un disparo de un agente de policía, también afroamericano, en el aparcamiento de un complejo residencial.
La versión oficial ha sido hasta ahora que Scott iba armado y que se negó a tirar la pistola como le ordenó el oficial de forma reiterada, pero su familia ha sostenido de manera consistente que la víctima tenía solo un libro entre sus manos mientras esperaba la llegada de su hijo.
Putney dio hoy un posible giro clave a la línea de investigación al admitir que no puede afirmar con plena certeza que Scott llevara un arma.
“El vídeo no me da una prueba visual absoluta, definitiva, que confirme que una persona está apuntando con un arma, no vi eso en las imágenes que he visto”, reconoció el jefe policial. No obstante, se apresuró a matizar sus declaraciones afirmando que “con el resto de las pruebas recopiladas” en la escena del incidente, la versión oficial sobre la secuencia de eventos que llevaron a la muerte de Scott “se sostiene”.
El jefe policial reiteró su negativa a hacer público el vídeo, tal como han pedido algunos activistas locales y hasta la organización de derechos civiles ACLU.
“No voy a publicar el vídeo ahora. Lo haremos cuando consideremos que hay una razón convincente”, replicó Putney. Una de las razones que dio para esta actitud es el respeto a los familiares de la víctima. Lo que la policía sí está dispuesta a hacer, agregó, es permitir que sus familiares accedan a las imágenes que tiene. “La familia ha pedido ver el vídeo y estamos trabajando para ello”, declaró.
Un abogado de la familia de Scott, William Bamberg, dijo que esta se pronunciará sobre la necesidad o no de hacer públicas las imágenes cuando las haya visto.
“Nos hemos insensibilizado ante las muertes en este país, y esos vídeos han contribuido a ello”, dijo en referencia a los numerosos difundidos en los últimos tiempos sobre negros abatidos por policías.
La muerte de Scott se une a numerosos casos de afroamericanos, en muchos casos desarmados, abatidos por policías que se han venido repitiendo en los últimos años y que han provocado un aumento de la tensión racial y en las relaciones con las fuerzas del orden en el país. Scott de hecho murió un día después de que se conociera que otro hombre negro, Terence Crutcher, murió el viernes en Tulsa, Oklahoma, por disparos de la policía a pesar de que estaba desarmado y con las manos en alto.
El fiscal de distrito de Tulsa, Steve Kunzweiler, anunció este jueves que ha presentado cargos por homicidio imprudente en primer grado contra la agente que mató a Crutcher, Betty Shelby. La policía, una mujer blanca, disparó contra Crutcher cuando, después de alzar este las manos, avanzó hacia su coche, que se había quedado parado en medio de la carretera, y se apoyó en él, según muestran las imágenes grabadas. La policía de Tulsa ha admitido que Crutcher no iba armado y que tampoco había un arma en su vehículo, pero la defensa de Shelby argumenta que el hombre actuaba de forma errática y que intentó meter una mano en el vehículo, lo que la agente interpretó como un intento de agarrar un arma y por eso disparó. Los abogados de la familia de la víctima mostraron sin embargo fotos a la prensa que demuestra que la ventanilla del coche de Crutcher estaba cerrada, destacó The New York Times.
Uno de los abogados de Crutcher es Benjamin Crump, que representó a los familiares de Michael Brown, el adolescente negro desarmado abatido hace dos años en Ferguson por un policía blanco, desatando la primera oleada de protestas que se han replicado en todo el país y, ahora, han llegado hasta Charlotte.
“Es importante que tengamos una investigación completa y transparente del incidente” que llevó a la muerte de Scott, reconoció la alcaldesa de Charlotte.
Congresistas negros marcharon el jueves hasta el Departamento de Justicia en Washington para reclamar de la fiscal general Loretta Lynch, también afroamericana, transparencia e investigaciones “exhaustivas” de estos casos, para frenar de una vez la muerte de negros desarmados a manos de policías. Lynch aseguró que tanto su oficina como el FBI están "monitorizando" la situación y anunció que ha enviado a Charlotte a cuatro integrantes del equipo encargado de las relaciones entre las autoridades y las comunidades para apoyar la interacción entre los agentes y los manifestantes.