Bolivia tilda de apresurada reacción de Brasil por llamado a su embajador
El canciller de Brasil, José Serra, señaló que Bolivia usa el conflicto político brasileño para distraer a su población de los problemas internos.
AFP
La cancillería boliviana calificó este lunes de "apresurada" y salida de control, la reacción del nuevo gobierno de Brasil que criticó la decisión de La Paz de llamar en consulta a su embajador, tras la destitución de Dilma Rousseff.
El ministro David Choquehuanca señaló a la AFP que "son apresuradas las declaraciones de nuestro hermano canciller" de Brasil, José Serra, quien señaló que Bolivia usa el conflicto político brasileño para distraer a su población de los problemas internos y que La Paz se dio un "tiro en el pie", al llamar a su embajador a consultas.
Bolivia criticó la destitución de Rousseff y se unió en coro a otros países que integran el ALBA, como Venezuela, Ecuador y Nicaragua, que expresaron su rechazo al proceso parlamentario que sacó del poder a la ahora exmandataria.
"Yo no sé, por qué estas declaraciones, todos los presidentes pueden llamar a sus embajadores en consulta, porque quieren tener información directa", señaló el jefe de la diplomacia boliviana, quien aclaró que su gobierno no retiró a su embajador en Brasilia, como lo hizo Venezuela.
El embajador boliviano José Kinn ya se encuentra en Bolivia, confirmó Choquehuanca, quien indicó que su despacho no dará ninguna explicación a su par vecino. "Nadie tiene que dar una ninguna explicación a nadie, no tenemos por qué nosotros, no tenemos por qué dar explicaciones a nadie, soberanamente los países deciden convocar a sus embajadores", remachó.
Sobre su colega Serra, Choquehuanca indicó: "a veces uno se emociona, no se controla, sale del control, eso nos pasa a todas las personas, a las autoridades, a los dirigentes de fútbol, de gremios (sindicatos) y luego recién reflexionan".
Ante la pregunta de la AFP si el nuevo escenario político en Brasil y las críticas de La Paz a la destitución de Rousseff afectaría la nueva negociación bilateral en marcha para ampliar un contrato de compra-venta de gas que fenece en 2019, Choquehuanca expresó sus deseos de no llegar a ese desenlace.
Bolivia y Brasil están unidos por una frontera común de 3.133 kilómetros y parte de los ingresos económicos bolivianos dependen de sus 30 millones de metros cúbicos diarios de gas que surte, principalmente, para Sao Paulo.
AFP
La cancillería boliviana calificó este lunes de "apresurada" y salida de control, la reacción del nuevo gobierno de Brasil que criticó la decisión de La Paz de llamar en consulta a su embajador, tras la destitución de Dilma Rousseff.
El ministro David Choquehuanca señaló a la AFP que "son apresuradas las declaraciones de nuestro hermano canciller" de Brasil, José Serra, quien señaló que Bolivia usa el conflicto político brasileño para distraer a su población de los problemas internos y que La Paz se dio un "tiro en el pie", al llamar a su embajador a consultas.
Bolivia criticó la destitución de Rousseff y se unió en coro a otros países que integran el ALBA, como Venezuela, Ecuador y Nicaragua, que expresaron su rechazo al proceso parlamentario que sacó del poder a la ahora exmandataria.
"Yo no sé, por qué estas declaraciones, todos los presidentes pueden llamar a sus embajadores en consulta, porque quieren tener información directa", señaló el jefe de la diplomacia boliviana, quien aclaró que su gobierno no retiró a su embajador en Brasilia, como lo hizo Venezuela.
El embajador boliviano José Kinn ya se encuentra en Bolivia, confirmó Choquehuanca, quien indicó que su despacho no dará ninguna explicación a su par vecino. "Nadie tiene que dar una ninguna explicación a nadie, no tenemos por qué nosotros, no tenemos por qué dar explicaciones a nadie, soberanamente los países deciden convocar a sus embajadores", remachó.
Sobre su colega Serra, Choquehuanca indicó: "a veces uno se emociona, no se controla, sale del control, eso nos pasa a todas las personas, a las autoridades, a los dirigentes de fútbol, de gremios (sindicatos) y luego recién reflexionan".
Ante la pregunta de la AFP si el nuevo escenario político en Brasil y las críticas de La Paz a la destitución de Rousseff afectaría la nueva negociación bilateral en marcha para ampliar un contrato de compra-venta de gas que fenece en 2019, Choquehuanca expresó sus deseos de no llegar a ese desenlace.
Bolivia y Brasil están unidos por una frontera común de 3.133 kilómetros y parte de los ingresos económicos bolivianos dependen de sus 30 millones de metros cúbicos diarios de gas que surte, principalmente, para Sao Paulo.