Benedicto XVI explica su renuncia: “Nadie intentó chantajearme”

El Papa emérito asegura en un libro que no se fue por los escándalos en el Vaticano

Pablo Ordaz
Roma, El País
Nunca un papa tuvo la oportunidad de vivir para contarlo. Benedicto XVI, el primer pontífice que renuncia en el último milenio, ha explicado algunos detalles de sus casi ocho años al frente de la Iglesia católica (abril de 2005-febrero de 2013) a través de una larga entrevista recogida en el libro Últimas conversaciones, del periodista Peter Seewald. Joseph Ratzinger, de 89 años, asegura que su dimisión no se debió a ningún tipo de coacción: “Nadie intentó chantajearme. No lo habría permitido”. El papa alemán, quien desde su renuncia vive “apartado del mundo” en el interior del Vaticano, hace examen de conciencia: “Un punto débil es tal vez mi poca determinación para gobernar o tomar decisiones. El gobierno práctico no es mi fuerte y esto es ciertamente una debilidad. Pero no me considero un fracaso”.


Ratzinger explica que tomó la decisión de dimitir durante el verano de 2012, tras regresar “muy cansado” de su viaje a Cuba y México, pero que no escribió su renuncia –“en latín, porque una cosa tan importante se escribe en latín”—hasta dos semanas antes de hacerla pública. Benedicto XVI niega de plano que el escándalo Vatileaks –las luchas por el poder y el dinero entre altos representantes de la curia-- provocase su decisión tan drástica: “No, no es cierto en absoluto. Al contrario, las cosas ya estaban claras. Uno no puede dimitir cuando las cosas no están bien, pero sí cuando todo está tranquilo (…). No se trató de una retirada bajo la presión de los acontecimientos o de una fuga por la incapacidad de hacerles frente”.

Joseph Ratzinger sí admite que hubo tres momentos muy duros en su pontificado: “Basta pensar, por ejemplo, en el escándalo de la pederastia, el caso Wiliamson [un obispo británico al que Benedicto XVI levantó la excomunión a pesar de que había negado el holocausto judío] o también el escándalo Vatileaks”. A pesar de no contener grandes titulares, la larga entrevista es una mala noticia a quienes, todavía y de forma insistente, tratan de enarbolar la figura de Benedicto XVI –un papa ortodoxo, chapado a la antigua, como Dios manda—a la del “revolucionario” Francisco. Joseph Ratzinger asegura que la elección de Jorge Mario Bergoglio fue también para él “una gran sorpresa” y que la conoció por televisión: “La manera en que rezó por mí, el momento de recogimiento, después la cordialidad con la que saludó a la gente…”.

--¿Está contento con el resultado de la elección?

--Cuando escuché su nombre, al principio estaba inseguro. Pero cuando vi como hablaba por una parte con Dios y por la otra con los hombres, me puse verdaderamente contento. Y feliz.

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