Así ha sido la guerra de EE UU contra el ISIS en Siria en el último mes

Mapeamos cada bombardeo de la coalición contra el grupo yihadista

ÓSCAR GUTIÉRREZ
Javier Galán
Madrid, El País
El parte de guerra difundido a diario por el Mando Central norteamericano (Centcom, en sus siglas en inglés) permite de un vistazo y siguiendo la serie temporal fijar el mapa de los dominios del Estado Islámico (ISIS, si se usan sus antiguas siglas en inglés), sus límites fronterizos y sus enclaves estratégicos. Un territorio que seguirá siendo golpeado por los proyectiles de la coalición liderada por Washington a pesar del cese de hostilidades y sobre todo por este alto el fuego -la tregua no afectará ni al ISIS ni al Frente de la Conquista, vinculado a Al Qaeda-. El gráfico que ilustra esta información permite sacar varias conclusiones: en primer lugar, la importancia de echar a los yihadistas de Manbij, en el noroeste sirio; en segundo lugar, la regularidad de la ofensiva en los dos bastiones yihadistas en el país árabe, Raqa y Deir Ezzor, y, por último, la insistencia de los bombardeos en una pequeña localidad cercana a la frontera turca: Marea.


En el último mes de bombardeos de la coalición anti-ISIS que participa en la ofensiva en Siria (Arabia Saudí, Australia, Bahréin, Canadá, Dinamarca, Emiratos Árabes, Estados Unidos, Francia, Jordania, Holanda, Turquía y Reino Unido) los aviones de combate, tripulados o no tripulados, han llevado a cabo más de 270 ataques. Esto no quiere decir, sin embargo, que hayan caído 270 proyectiles. En el lenguaje de la guerra al ISIS que lidera EE UU -Rusia, Turquía y el propio régimen sirio golpean también al grupo pero sin la misma regularidad-, un "ataque" suma un objetivo. Esto es, por ejemplo, el bombardeo de una sola unidad táctica del grupo, bien sea con un misil lanzado por un drone o con una lluvia de proyectiles llegados de un grupo de cazas al alimón.

La ciudad de Manbij (alrededor de 95.000 habitantes antes de la guerra) fue retomada por la nueva fuerza árabo-kurda apoyado por EE UU el pasado 13 de agosto. Aun así, los bombardeos continuaron. Sirva de ejemplo y según la información del Centcom, el pasado 25 de agosto, siete ataques alcanzaron seis unidades tácticas del grupo cerca de la localidad, destruyeron una de sus posiciones, un vehículo, un puesto de control y tres sistemas de lanzamiento de morteros. Manbij, crucial para la conexión del territorio ISIS y Turquía, centro de adiestramiento de combatientes extranjeros, se lleva la palma de la ofensiva aérea en los últimos 30 días con 111 bombardeos.

Al noroeste de Manbij, de camino hacia la frontera turca y aún en la provincia de Alepo, la ciudad de Marea (con unas 17.000 personas antes de la guerra), ocupa el segundo puesto en el listado de objetivos de los cazas de la coalición. Localidad hospedaje de los primeros reporteros llegados tras el estallido de las revueltas, hoy bajo control de las fuerzas rebeldes anti-Asad, Marea ha sufrido 45 ataques hasta el 11 de septiembre. La defensa de esta localidad, una suerte de frontera en el norte entre rebeldes y yihadistas, es vital para cortar el paso del grupo terrorista a uno de los pasos fronterizos más porosos.

El cinturón de bombardeos regulares lo completan las ciudades de Raqa (34 ataques), cuna del califato sirio del ISIS, y Deir Ezzor (32), capital de la provincia del mismo nombre, en la frontera con Irak y vital para el control de los hidrocarburos. El rebufo dejado por estos bombardeos desde la frontera turca hasta la iraquí coincide, no por azar, con el curso del Éufrates hasta su entrada en Irak. La información facilitada por el Centcom se refiere a los ataques coordinados por la coalición.

En estos partes de guerra no se incluyen, por ejemplo, operaciones como la que acabó el pasado 30 de agosto con el portavoz del ISIS, Mohamed al Adnani. El ataque tuvo lugar cerca de El Bab, de unos 63 habitantes antes de la guerra, aún controlada por los yihadistas. Si cae sería el segundo mayor enclave perdido por el grupo tras Manbij.

El frío parte de guerra de Washington no incluye el número de bajas civiles causadas por los bombardeos. Según el seguimiento hecho por el proyecto colaborativo Airwars, avalado por reporteros especializados en periodismo de datos y fuentes en el terreno, más de 30 civiles perdieron la vida por ataques de la coalición el pasado mes. No obstante, una de las ofensivas comandadas por EE UU más letales tuvo lugar el pasado 19 de julio cerca de Manbij. Washington admitió que entre 10 y 15 civiles podrían haber perdido la vida. Airwars elevó esa cifra a al menos 74 víctimas mortales.

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