Vivian Cheruiyot derrota a Ayana en 5.000 con récord olímpico
Río de Janeiro, EFE
La keniana Vivian Cheruiyot, dos veces campeona mundial, derrotó en la final de 5.000 metros con nuevo récord olímpico (14:26.17 a la gran favorita, la etíope Almaz Ayana, que buscaba el doblete del fondo pero midió mal sus fuerzas y terminó tercera.
El récord olímpico anterior pertenecía a la rumana Gabriela Szabo, campeona en Sydney 2000 con un crono de 14:14.79.
La medalla de plata fue para la keniana Hellen Obiri con 14:29.77 y Ayana hubo de conformarse con el bronce (14:33.59) después de haber liderado en solitario la carrera hasta el penúltimo giro.
Ayana, destinataria de la primera medalla de oro que entregó el atletismo en los Juegos de Río, la de 10.000 metros, no pudo rematar, una semana después, el doblete del fondo.
Solo la etíope Tirunesh Dibaba, en Pekín 2008 ha logrado esa combinación de oros (5.000-10.000) en unos Juegos Olímpicos.
La enorme superioridad que había exhibido en la carrera más larga en pista daba ganadora a Ayana en todos los pronósticos y se cruzaban apuestas sobre si ganaría con un nuevo récord del mundo.
La plusmarca mundial de 5.000 (14:11.15) lleva intacta ocho años en poder de otra etíope, Tirunesh Dibaba, que el primer día subió con Ayana al podio de 10.000 como tercera, cuando aspiraba a ser la primera mujer que ganaba tres oros consecutivos en una prueba individual.
Ayana se había quedado este año a un solo segundo del récord mundial con su registro victorioso de Roma (14:12.59), y si lo hizo en 10.000 en Río no había razones para descartar el récord en 5.000, si se había recuperado muscularmente de los 29:17.45 y de las series, disputadas hace sólo tres días.
La japonesa Miyuki Uehara ejerció de liebre para Ayana con un primer mil en 2:59.86 que desbrozó el paquete. Cheruiyot y Obiri -campeona mundial de 3.000 en sala en 2012- marchaban a espaldas de la favorita a la espera de acontecimientos.
Uehara aguantó delante un par de vueltas más, y cuando el marcador anunció que faltaban 8, Ayana metió una marcha más y se alejó de todas. Por detrás, la turca -nacida en Kenia- Yasemin Can, campeona de Europa, tiró del grupo pero la distancia con la fugada, lejos de disminuir, iba aumentando vuelta a vuelta.
Ayana cubrió los 2 km en 6:00.36 y el tercero en 8:47.80. Pero cuando la pequeña Cheruiyot asumió personalmente la caza la carrera cambió radicalmente. La tres kenianas se quedaron solas en la persecución y fueron resueltamente en busca de la etíope, cuyas fuerzas se extinguían a ojos vistas.
Cheruiyot atrapó a la etíope a 600 metros del final y la dejó clavada inmediatamente, desfondada y a merced de Obiri, que también la adelantó, aunque la etíope había cobrado tanta ventaja sobre las de atrás que pudo mantener el tercer puesto.
Etiopía, que hizo triplete el año pasado en los Mundiales de Pekín con Ayana, Senbere Teferi y Genzebe Dibaba, recibió una lección de sus grandes rivales, las kenianas, que esta vez midieron mejor sus fuerzas y no se dejaron impresionar por la demostración de la favorita a mitad de carrera.
La keniana Vivian Cheruiyot, dos veces campeona mundial, derrotó en la final de 5.000 metros con nuevo récord olímpico (14:26.17 a la gran favorita, la etíope Almaz Ayana, que buscaba el doblete del fondo pero midió mal sus fuerzas y terminó tercera.
El récord olímpico anterior pertenecía a la rumana Gabriela Szabo, campeona en Sydney 2000 con un crono de 14:14.79.
La medalla de plata fue para la keniana Hellen Obiri con 14:29.77 y Ayana hubo de conformarse con el bronce (14:33.59) después de haber liderado en solitario la carrera hasta el penúltimo giro.
Ayana, destinataria de la primera medalla de oro que entregó el atletismo en los Juegos de Río, la de 10.000 metros, no pudo rematar, una semana después, el doblete del fondo.
Solo la etíope Tirunesh Dibaba, en Pekín 2008 ha logrado esa combinación de oros (5.000-10.000) en unos Juegos Olímpicos.
La enorme superioridad que había exhibido en la carrera más larga en pista daba ganadora a Ayana en todos los pronósticos y se cruzaban apuestas sobre si ganaría con un nuevo récord del mundo.
La plusmarca mundial de 5.000 (14:11.15) lleva intacta ocho años en poder de otra etíope, Tirunesh Dibaba, que el primer día subió con Ayana al podio de 10.000 como tercera, cuando aspiraba a ser la primera mujer que ganaba tres oros consecutivos en una prueba individual.
Ayana se había quedado este año a un solo segundo del récord mundial con su registro victorioso de Roma (14:12.59), y si lo hizo en 10.000 en Río no había razones para descartar el récord en 5.000, si se había recuperado muscularmente de los 29:17.45 y de las series, disputadas hace sólo tres días.
La japonesa Miyuki Uehara ejerció de liebre para Ayana con un primer mil en 2:59.86 que desbrozó el paquete. Cheruiyot y Obiri -campeona mundial de 3.000 en sala en 2012- marchaban a espaldas de la favorita a la espera de acontecimientos.
Uehara aguantó delante un par de vueltas más, y cuando el marcador anunció que faltaban 8, Ayana metió una marcha más y se alejó de todas. Por detrás, la turca -nacida en Kenia- Yasemin Can, campeona de Europa, tiró del grupo pero la distancia con la fugada, lejos de disminuir, iba aumentando vuelta a vuelta.
Ayana cubrió los 2 km en 6:00.36 y el tercero en 8:47.80. Pero cuando la pequeña Cheruiyot asumió personalmente la caza la carrera cambió radicalmente. La tres kenianas se quedaron solas en la persecución y fueron resueltamente en busca de la etíope, cuyas fuerzas se extinguían a ojos vistas.
Cheruiyot atrapó a la etíope a 600 metros del final y la dejó clavada inmediatamente, desfondada y a merced de Obiri, que también la adelantó, aunque la etíope había cobrado tanta ventaja sobre las de atrás que pudo mantener el tercer puesto.
Etiopía, que hizo triplete el año pasado en los Mundiales de Pekín con Ayana, Senbere Teferi y Genzebe Dibaba, recibió una lección de sus grandes rivales, las kenianas, que esta vez midieron mejor sus fuerzas y no se dejaron impresionar por la demostración de la favorita a mitad de carrera.