Un joven negro desarmado muere por disparos de la policía en Chicago
Tres de los agentes implicados han sido suspendidos por haber "violado" los protocolos del cuerpo
EFE
Washington
La Policía de Chicago (EE UU) ha difundido un vídeo que muestra los momentos previos y posteriores a la muerte de un joven negro por disparos de varios agentes, el pasado 28 de julio. La víctima se llamaba Paul O'Neal, tenía 18 años y estaba desarmado. Había robado un vehículo y trataba de escapar de las autoridades por las calles de la ciudad estadounidense. Tres de los policías implicados han sido suspendidos de sus funciones por haber "violado" los protocolos del cuerpo.
Dos agentes dispararon contra el vehículo conducido por O'Neal, que terminó impactando contra otra patrulla policial. Tras la colisión, el joven abandonó el coche y corrió hacia el jardín trasero de una casa mientras varios policías le perseguían y disparaban. Cuando ya estaba detenido y tendido en el suelo malherido, uno de los agentes comenzó a gritar a la víctima: "Nos han disparado, ¿cierto?". A lo que otro añadió: "Ahora voy a pasar 30 jodidos días en un escritorio".
El superintendente de la Policía de Chicago, Eddie Johnson, prometió que los agentes tendrán que "rendir cuentas" por el suceso si se determina que actuaron de forma indebida. El abogado de la familia O'Neal, Michael Oppenheimer, manifestó además que la muerte del joven fue un acto "a sangre fría" y que los policías "se tomaron la justicia callejera por sus manos".
EFE
Washington
La Policía de Chicago (EE UU) ha difundido un vídeo que muestra los momentos previos y posteriores a la muerte de un joven negro por disparos de varios agentes, el pasado 28 de julio. La víctima se llamaba Paul O'Neal, tenía 18 años y estaba desarmado. Había robado un vehículo y trataba de escapar de las autoridades por las calles de la ciudad estadounidense. Tres de los policías implicados han sido suspendidos de sus funciones por haber "violado" los protocolos del cuerpo.
Dos agentes dispararon contra el vehículo conducido por O'Neal, que terminó impactando contra otra patrulla policial. Tras la colisión, el joven abandonó el coche y corrió hacia el jardín trasero de una casa mientras varios policías le perseguían y disparaban. Cuando ya estaba detenido y tendido en el suelo malherido, uno de los agentes comenzó a gritar a la víctima: "Nos han disparado, ¿cierto?". A lo que otro añadió: "Ahora voy a pasar 30 jodidos días en un escritorio".
El superintendente de la Policía de Chicago, Eddie Johnson, prometió que los agentes tendrán que "rendir cuentas" por el suceso si se determina que actuaron de forma indebida. El abogado de la familia O'Neal, Michael Oppenheimer, manifestó además que la muerte del joven fue un acto "a sangre fría" y que los policías "se tomaron la justicia callejera por sus manos".