Simone Biles lleva a Estados Unidos hasta el oro
Las estadounidenses, con una superioridad aplastante, baten a rusas y chinas y abren la cuenta de medallas de la gimnasta que lo ha revolucionado todo
Amaya Iríbar
Madrid, El País
Simone Biles, la asombrosa gimnastas estadounidense, ha logrado su primer oro olímpico, el de equipos con Estados Unidos. Y ha sido un oro tan aplastante, pues un abismo de ocho puntos separó a las chicas de Martha Karolyi de las rusas (184,897 puntos frente a 176,688), que habla de una diferencia insalvable y promete un dominio prolongado y abrumador en la gimnasia femenina.
Hace cuatro años, en Londres, EE UU sacó cinco puntos a las rusas. Pero allí no estaba Biles. Este martes, la bomba de Texas ha competido en los cuatro aparatos, como la líder que es. Y no ha fallado en ninguno de ellos, aunque estuvo menos precisa que el primer día de competición. Sobre todo en la barra de equilibrios, donde se desequilibró al final de su serie de mortales en plancha. Eso no impidió que lograra la nota más alta de las participantes (15,300) en ese aparato. Y en suelo (15,800) y en salto (15,933).
Así están las cosas con Estados Unidos y Biles. A mitad de competición las americanas ya eran inalcanzables, merced a su gran actuación y al fallo de Melnikova en la barra. Su gimnasia se fabrica en todos los puntos del país con miles de niñas entusiastas y entrenadores preparados, muchos de ellos emigrados desde la antigua Unión Soviética y los países de su esfera política, y se pone a punto cada mes en El Rancho, el complejo que levantaron los entrenadores de Nadia Comaneci cuando decidieron instalarse en Texas. Allí se perfeccionan movimientos y, sobre todo, se diseñan estrategias porque la gimnasia también tiene mucho de táctica. Y la de Estados Unidos resulta perfecta en los últimos años.
El resultado son gimnastas acostumbradas a competir al máximo nivel solo para hacerse un hueco en el equipo; con una presencia física imponente a pesar de su corta estatura; llenas de energía, con ejercicios espectaculares, que raramente fallan y suelen clavar los ejercicios como si un imán las atrajera hacia el tapiz. Además en esta ocasión, Karolyi ha logrado el perfecto equilibrio: una estrella imponente como Biles; dos veteranas con galones, la campeona olímpica en Londres, Gabby Douglas, y la de suelo, Aly Raisman; una jovencita con la máxima proyección, Lauren Hernández y una especialista en paralelas, el aparato que más se le resiste, Madison Kocian.
La final ha vivido la mejor despedida: una pletórica Biles se ha quedado sola con su ejercicio de suelo para que el público pudiera disfrutar de esta maravilla de 19 años que se estrena en unos Juegos Olímpicos. El oro por equipos es solo el primero de los que pretende. Aún le quedan cuatro.
Amaya Iríbar
Madrid, El País
Simone Biles, la asombrosa gimnastas estadounidense, ha logrado su primer oro olímpico, el de equipos con Estados Unidos. Y ha sido un oro tan aplastante, pues un abismo de ocho puntos separó a las chicas de Martha Karolyi de las rusas (184,897 puntos frente a 176,688), que habla de una diferencia insalvable y promete un dominio prolongado y abrumador en la gimnasia femenina.
Hace cuatro años, en Londres, EE UU sacó cinco puntos a las rusas. Pero allí no estaba Biles. Este martes, la bomba de Texas ha competido en los cuatro aparatos, como la líder que es. Y no ha fallado en ninguno de ellos, aunque estuvo menos precisa que el primer día de competición. Sobre todo en la barra de equilibrios, donde se desequilibró al final de su serie de mortales en plancha. Eso no impidió que lograra la nota más alta de las participantes (15,300) en ese aparato. Y en suelo (15,800) y en salto (15,933).
Así están las cosas con Estados Unidos y Biles. A mitad de competición las americanas ya eran inalcanzables, merced a su gran actuación y al fallo de Melnikova en la barra. Su gimnasia se fabrica en todos los puntos del país con miles de niñas entusiastas y entrenadores preparados, muchos de ellos emigrados desde la antigua Unión Soviética y los países de su esfera política, y se pone a punto cada mes en El Rancho, el complejo que levantaron los entrenadores de Nadia Comaneci cuando decidieron instalarse en Texas. Allí se perfeccionan movimientos y, sobre todo, se diseñan estrategias porque la gimnasia también tiene mucho de táctica. Y la de Estados Unidos resulta perfecta en los últimos años.
El resultado son gimnastas acostumbradas a competir al máximo nivel solo para hacerse un hueco en el equipo; con una presencia física imponente a pesar de su corta estatura; llenas de energía, con ejercicios espectaculares, que raramente fallan y suelen clavar los ejercicios como si un imán las atrajera hacia el tapiz. Además en esta ocasión, Karolyi ha logrado el perfecto equilibrio: una estrella imponente como Biles; dos veteranas con galones, la campeona olímpica en Londres, Gabby Douglas, y la de suelo, Aly Raisman; una jovencita con la máxima proyección, Lauren Hernández y una especialista en paralelas, el aparato que más se le resiste, Madison Kocian.
La final ha vivido la mejor despedida: una pletórica Biles se ha quedado sola con su ejercicio de suelo para que el público pudiera disfrutar de esta maravilla de 19 años que se estrena en unos Juegos Olímpicos. El oro por equipos es solo el primero de los que pretende. Aún le quedan cuatro.