NATACION / Katie Ledecky, una nadadora sin límites

Javier Villanueva
Río de Janeiro, EFE
"Sólo me gusta nadar...... rápido, no pienso en la distancia", una frase que explica mejor que nada la versatilidad de la estadounidense Katie Ledecky, una nadadora capaz tanto de destrozar cualquier récord en las pruebas de fondo como de competir de tú a tú con las velocistas más rápidas del planeta.


Una versatilidad que permitió a Ledecky, de tan sólo 19 años, emular hoy en Río la gesta protagonizada por una de las grandes leyendas de la natación mundial, su compatriota Debbie Meyer, en los Juegos Olímpicos de 1968, tras colgarse el oro en los 200, 400 y 800 libre.

Triunfos, a los que sumar el oro conquistado en el 4x200 y la plata cosechada en el 4x100 libre en la ciudad brasileña, que magnifican la figura de una nadadora a la que día de hoy nadie se atreve a poner limites.

Ledecky es capaz de competir con las velocistas puras, como demuestran los 53.75 segundos que ha firmado este año en los 100 metros, así como de destrozar a la grandes fondistas, como atestigua el 15:25.48 que posee como récord del mundo en los 1.500 metros.

Un amplio abanico de pruebas que nadie podía prever que la estadounidense pudiera dominar, tras darse a conocer hace cuatro años como una excepcional fondista al colgarse, con apenas 15 años, en los Juegos Olímpicos de Londres.

Centrada hasta entonces en pulverizar una y otra vez los récords del Mundo de los 400, 800 y 1.500 libre, sorprendió el pasado verano cuando se atrevió a desafiar a las velocistas con su presencia en la prueba de los 200 metros en los Mundiales de Kazan (Rusia).

Un reto que Ledecky superó y con nota tras colgarse el oro ante especialistas como la italiana Federica Pellegrini o su compatriota Missy Franklin. Un triunfo que abrió una nueva dimensión en la carrera de la estadounidense.

Una carrera para la que la estadounidense parece haberse fijado un nuevo reto en los próximos años, ampliar su programa olímpico también a la prueba de los 100 libre.

Desafío titánico que permitiría a Katie Ledecky tratar de emular en los Juegos de Río a la australiana Shane Gould, que se colgó una medalla en cada una de las pruebas de estilo libre de los Juegos Olímpicos de Múnich 1972, y lograr subir en la capital japonesa al podio en los 100, 200, 400 y 800 libre.

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