Japón pone en alerta a su Ejército ante la amenaza norcoreana

La nueva ministra de Defensa ordena a las fuerzas armadas que estén listas para interceptar cualquier misil procedente del país
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Xavier Fontdeglòria
Pekín, El País
Días después de su nombramiento oficial, la nueva ministra de Defensa japonesa ha empezado a mostrar sus cartas. Tomomi Inada ha decidido poner en alerta a las Fuerzas de Autodefensa durante los próximos tres meses para interceptar misiles procedentes de Corea del Norte. No hay indicios de un lanzamiento de forma inminente, sino que se trata de una medida preventiva ante la cada vez mayor dificultad de prever los movimientos del régimen liderado por Kim Jong-un.


La decisión, de la que se han hecho eco varios medios del país pero que no se confirmó de forma oficial, se debería a los continuos ensayos de misiles balísticos de corto y medio alcance por parte de Corea del Norte. El incidente más reciente ocurrió la semana pasada, cuando Pyongyang disparó dos cohetes Rodong, de medio alcance, uno de los cuales cayó por primera vez en aguas controladas por Japón, a unos 250 kilómetros de la costa.

Las pruebas norcoreanas son uno de los mayores quebraderos de cabeza para el país. El régimen norcoreano ha incrementado su número de lanzamientos de misiles desde que fue objeto de las sanciones por parte de Naciones Unidas por haber llevado a cabo ensayos nucleares. Varios de estos últimos disparos se han realizado desde plataformas móviles y hasta desde un submarino, lo que dificulta enormemente la capacidad de los países cercanos de prever y detectar la actividad de su imprevisible vecino. No es la primera vez que Japón pone en alerta a su Ejército por este motivo, pero en casos anteriores era porque había evidencias de que Pyongyang estaba ultimando un lanzamiento. En tres meses la orden de alerta se revisará para decidir si es necesario mantenerla en vigor.

Las crecientes capacidades militares de Corea del Norte no solamente han alarmado a Japón, sino también a Corea del Sur, principal objetivo de la retórica belicista del régimen de Kim. Para responder a la amenaza, hace un mes Seúl llegó a un acuerdo con Estados Unidos para desplegar un sistema antimisiles que permitirá detectar y alcanzar cualquier cohete a miles de kilómetros y que cubrirá dos tercios del territorio surcoreano. La decisión provocó el rechazo de China -que teme que la instalación estadounidense sea capaz de hacerse con información militar- y la ira de Corea del Norte, que multiplicó sus amenazas hacia su vecino, con el que sigue técnicamente en guerra.

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