GIMNASIA / China amenaza con un nuevo título, Japón cede los puestos de podio
Natalia Arriaga
Río de Janeiro, EFE
La vigente campeona China, con una superioridad apabullante en anillas y paralelas, se clasificó para la final masculina por equipos de los Juegos de Río en una ronda previa plagada de sorpresas, la mayor de las cuales fue la cuarta posición de Japón, campeón del mundo.
Junto a China (270,461 puntos) pasaron a la final Estados Unidos (270,405), Rusia (269,612), Japón (269,294), Gran Bretaña (268,670), Brasil (268,078), Ucrania (263,002) y Alemania (261,518), que se jugarán las medallas el lunes, sin arrastrar esas notas.
También se decidieron este sábado los finalistas individuales. El seis veces campeón mundial y actual campeón olímpico, el japonés Kohei Uchimura, cedió su habitual puesto de privilegio al ucraniano Oleg Verniaiev, casi punto y medio por encima.
El campeón europeo, de 22 años, se postula como relevo del cambio generacional en la gimnasia y Río puede ser el escenario del traspaso de poderes.
El renovado equipo chino, con Chenlong Zhang como único con experiencia olímpica, vuelve a erigirse como enemigo de todos. Metió en la final individual a Deng Shudi y a Lin Chaopan y la lucha con estadounidenses, rusos y japoneses promete sobresaltos rotación a rotación.
Estados Unidos no gana el oro olímpico desde Los Ángeles 1984. Ahora tendrá que hacer frente al recuerdo de lo ocurrido hace cuatro años en Londres, cuando comandó la fase de clasificación pero luego terminó quinto en la final, tras errores de bulto.
Tres de quienes vivieron aquella aventura, Sam Mikulak, Jake Dalton y Danell Leyva, están ahora en Río para intentar olvidarla. La mezcla de estos tres veteranos con los debutantes Chris Brooks y Alex Naddour ha cuajado bien, pero la prueba definitiva será la final.
Japón tiene margen de mejora. Uchimura y Kenzo Shirai sufrieron caídas que no son habituales y el equipo se crece siempre en las finales, lo mismo que el propio Uchimura, con su habitual estilo de no significarse antes de que sea estrictamente necesario.
El equipo británico, subcampeón mundial y bronce olímpico, dio un paso atrás con la quinta plaza de hoy, mientras que Rusia, sexta en los dos últimos Juegos y que empezó de forma desastrosa en la barra, reaccionó a tiempo y vuelve a optar al podio.
Brasil exhibió un nivel próximo a la elite. Se tuteó con Japón en la primera subdivisión y se presentó extramotivado ante su público. Otra lucha cerrada que prometen estos Juegos es la del título de anillas, tras actuaciones como la del vigente campeón, el local Arthur Zanetti.
Las opciones de los alemanes de entrar en la final casi quedan enterradas por la lesión de Andreas Toba, que se retiró sin poder acabar su ejercicio de suelo cuando estaba llamado a hacer el concurso completo.
Pero las de Francia se vinieron abajo de manera trágica con el grave percance sufrido por Samir Ait Said. Todo el estadio pudo observarle tumbado en el suelo con la pierna izquierda partida, tras caerse en la llegada de un salto.
Fue inmovilizado y retirado del Arena entre una gran ovación que no pudo confortar a sus compañeros, que ya no levantaron cabeza
Río de Janeiro, EFE
La vigente campeona China, con una superioridad apabullante en anillas y paralelas, se clasificó para la final masculina por equipos de los Juegos de Río en una ronda previa plagada de sorpresas, la mayor de las cuales fue la cuarta posición de Japón, campeón del mundo.
Junto a China (270,461 puntos) pasaron a la final Estados Unidos (270,405), Rusia (269,612), Japón (269,294), Gran Bretaña (268,670), Brasil (268,078), Ucrania (263,002) y Alemania (261,518), que se jugarán las medallas el lunes, sin arrastrar esas notas.
También se decidieron este sábado los finalistas individuales. El seis veces campeón mundial y actual campeón olímpico, el japonés Kohei Uchimura, cedió su habitual puesto de privilegio al ucraniano Oleg Verniaiev, casi punto y medio por encima.
El campeón europeo, de 22 años, se postula como relevo del cambio generacional en la gimnasia y Río puede ser el escenario del traspaso de poderes.
El renovado equipo chino, con Chenlong Zhang como único con experiencia olímpica, vuelve a erigirse como enemigo de todos. Metió en la final individual a Deng Shudi y a Lin Chaopan y la lucha con estadounidenses, rusos y japoneses promete sobresaltos rotación a rotación.
Estados Unidos no gana el oro olímpico desde Los Ángeles 1984. Ahora tendrá que hacer frente al recuerdo de lo ocurrido hace cuatro años en Londres, cuando comandó la fase de clasificación pero luego terminó quinto en la final, tras errores de bulto.
Tres de quienes vivieron aquella aventura, Sam Mikulak, Jake Dalton y Danell Leyva, están ahora en Río para intentar olvidarla. La mezcla de estos tres veteranos con los debutantes Chris Brooks y Alex Naddour ha cuajado bien, pero la prueba definitiva será la final.
Japón tiene margen de mejora. Uchimura y Kenzo Shirai sufrieron caídas que no son habituales y el equipo se crece siempre en las finales, lo mismo que el propio Uchimura, con su habitual estilo de no significarse antes de que sea estrictamente necesario.
El equipo británico, subcampeón mundial y bronce olímpico, dio un paso atrás con la quinta plaza de hoy, mientras que Rusia, sexta en los dos últimos Juegos y que empezó de forma desastrosa en la barra, reaccionó a tiempo y vuelve a optar al podio.
Brasil exhibió un nivel próximo a la elite. Se tuteó con Japón en la primera subdivisión y se presentó extramotivado ante su público. Otra lucha cerrada que prometen estos Juegos es la del título de anillas, tras actuaciones como la del vigente campeón, el local Arthur Zanetti.
Las opciones de los alemanes de entrar en la final casi quedan enterradas por la lesión de Andreas Toba, que se retiró sin poder acabar su ejercicio de suelo cuando estaba llamado a hacer el concurso completo.
Pero las de Francia se vinieron abajo de manera trágica con el grave percance sufrido por Samir Ait Said. Todo el estadio pudo observarle tumbado en el suelo con la pierna izquierda partida, tras caerse en la llegada de un salto.
Fue inmovilizado y retirado del Arena entre una gran ovación que no pudo confortar a sus compañeros, que ya no levantaron cabeza