Farah vuelve a reinar en el 10.000 camino de un nuevo doblete del fondo

José Antonio Diego
Río de Janeiro, EFE
El atleta británico Mo Farah procedió a la enésima ejecución de sus rivales africanos en la última vuelta de la final de 10.000 metros y consiguió la primera parte del segundo doblete olímpico del fondo que se ha propuesto conseguir en los Juegos de Río.


Cuatro años después de su victoria en Londres 2012, Farah ha repetido la escena. Dejó hacer a sus adversarios y apareció en cabeza a tres vueltas del final para imponer su último mil demoledor.

Desde que fue vencido por el etíope Ibrahim Jeilan en los Mundiales de Daegu 2011, Mo Farah ha ganado todos los grandes campeonatos en los que ha participado, ya sean olímpicos, mundiales o europeos.

En los últimos años, tan solo el keniano Geoffrey Kamworor, campeón mundial de cross y de medio maratón, se había atrevido a plantarle cara, aunque siempre ha perdido el combate. La última vez, en el mundial de Pekín 2015.

Para los kenianos, humillados una y otra vez por Farah en una prueba que hasta no hace mucho consideraban "suya", la final olímpica constituía un nuevo desafío.

La escuadra keniana era la misma que en Pekín. Kamworor tenía a su lado a Paul Tanui y a Bedan Karoki, que sobre el papel estaban destinados al sacrificio, tirando del grupo para castigar a Farah en aras de un remate del campeón mundial de cross.

Los etíopes aportaban tres atletas de cuidado: el primero (Yigrem Demelash, 26:51.11), el cuarto (Tamirat Tola) y el quinto (Abadi Hadis) de un ránking mundial en el que Farah era segundo con 26:53.71.

Fue curioso observar a Farah perdido en la cola del grupo en las cinco primeras vueltas de la final, como si quisiera mandar a kenianos y etíopes el mensaje rotundo de que no le causaban la menor preocupación y que llegaría al frente en cuanto se lo propusiera.

Sólo cuando el contador de vueltas marcó 19 para el final se dignó adelantar posiciones. En un solo giro alcanzó el primer puesto, sólo para dejar las tareas de tiro a los etíopes Demelash y Tola, que cambiaron la fisonomía de la carrera con el cuarto kilómetro en 2:42 minutos.

Farah se vio envuelto en una caída a 15 vueltas, pero se reincorporó inmediatamente, al tiempo que el grupo se estiraba al ritmo marcado por Tola, a quien escoltaban Tanui y Kamworor.

La armada keniana irrumpió en cabeza a partir del quinto km, a 11 giros del final, y Muchiri lanzó el primer ataque serio en el sexto. Farah se pegó al trío keniano, la escena más repetida en los últimos tiempos, y cuando le dejaron pasar delante unos segundos, Demelash y Tola volvieron a la carga para aligerar el paquete delantero.

Del trío keniano sólo quedó Tanui. Farah se permitió tomar la cabeza a 3 vueltas, en un quinteto con Tanui, Demelash, Tola y su compañero de entrenamientos el estadounidense Galen Rupp.

Tanui tiró con fuerza en el último giro pero Mo no cedió un milímetro y, acto seguido, procedió en la recta final a su ejecución. El británico venció con 27:05.17, seguido de Paul Tanui (27:05.64) y de Tamirat Tola (27:06.26).

A sus 33 años, el británico nacido en Mogadiscio ha logrado hacerse con el primado mundial del fondo y ha salido aparentemente indemne de las sospechas de dopaje que se han cernido sobre su entrenador, el estadounidense Alberto Salazar, y sobre su amigo el entrenador somalí Jama Aden, detenido el mes pasado en Sabadell (España) en una operación policial contra el dopaje.

El miércoles por la mañana, Farah tiene una cita con la primera ronda de 5.000. El doble-doble olímpico del fondo está más cerca.

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