El servicio secreto de Israel apunta a la cooperación internacional en Gaza

El Shin Bet acusa al director de una ONG cristiana de desviar fondos para el ala militar de Hamás

Juan Carlos Sanz
Jerusalén, El País
El ingeniero palestino Mohamed el Halabi, de 38 años, director de la ONG cristiana internacional World Vision en Gaza desde 2010, fue detenido el pasado 15 de junio en la frontera de Erez cuando regresaba a la Franja desde Israel. Siete semanas después, durante las que ha sido interrogado por el Sin Beth (servicio secreto interior) sin asistencia letrada durante los primeros 25 días, El Halabi ha sido formalmente acusado por los servicios de seguridad israelíes de desviar más de 43 millones de dólares de los fondos de su ONG para financiar a la brigadas Ezedim al Qasan, el brazo de armado de Hamás.


Un portavoz de World Vision aseguró el jueves, tras conocerse los cargos contra El Halabi, que “con la información disponible hasta ahora, no hay razones para creer que las imputaciones sean ciertas”. El movimiento islamista, que gobierna de facto en Gaza desde hace nueve, años dijo también que el director de la ONG “no mantiene ninguna relación con Hamás” y responsabiliza al Shabak (como también es conocido el Shin Bet) de “impedir que la cooperación internacional llegue al pueblo palestino”.

Más de dos terceras partes de los 1,8 millones de habitantes del enclave costero —que ha vivido tres guerras con Israel entre 2008 y 2014— dependen de la ayuda internacional para sobrevivir. World Vision, que asegura proporcionar asistencia a 40.000 palestinos, está presente en Gaza desde 1975, donde colabora con los proyectos de asistencia de Naciones Unidas.

La acusación presentada contra el director de la ONG resalta las sombras de duda que las autoridades israelíes vienen proyectando sobre la cooperación internacional en la Franja. El Gobierno de Australia, que canaliza a través de World Vision parte de su ayuda a los territorios palestinos (4,3 millones de dólares en los tres últimos años), ha suspendido la financiación a la organización humanitaria mientras se aclara el caso.

El Shin Bet sostiene que El Halabi fue captado en 2004 por el brazo armado de Hamás con el propósito de que se infiltrara en una ONG internacional “para actuar en secreto al servicio de los intereses de Ezedin al Qasam” y cumplir misiones asignadas por su líder, Mohamed Deif. Después de haber sido contratado por World Vision en 2005, el ingeniero palestino fue nombrado en 2010 director de la organización en Gaza. Desde entonces desvió, según la seguridad interior israelí, un 60% de los fondos que manejaba en favor de Hamás, a razón de 7,2 millones dólares anuales, que fueron destinados a la excavación de túneles para atacar a Israel e incluso a la construcción de un cuartel para su ala militar. El Halabi está también acusado de diseñar un programa de invernaderos con el fin de ocultar las bocas de los túneles de Hamás.

El general Yoav Mordejai, jefe del departamento de asuntos civiles del Ejército israelí para los territorios de Gaza y Cisjordania, entregó a responsables de World Vision una copia de la confesión de El Halabi y les informó sobre la investigación después de que se hicieran públicos los cargos contra el director de la ONG en Gaza. Mohamed Mahmud, abogado del detenido, ha manifestado al diario Haaretz que toda la franja de Gaza esta bajo control absoluto de Hamás. “Israel puede vincular con el movimiento islamista a cualquiera que viva allí”, advierte el letrado, “y El Halabi ha declarado ante las autoridades israelíes que hombres armados de Hamás se apoderaron por la fuerza de bienes en los almacenes de su ONG”. Durante los interrogatorios dijo además, según ha revelado el Shin Bet, que cargamentos de ayuda para la población civil fueron desviados a miembros de Hamás y sus familias. El servicio secreto también le imputa por haber entregado sobres con hasta 50.000 dólares a dirigentes islamistas del enclave.

La viceministra de Asuntos Exteriores, Tzipi Hotovely, asegura que este caso revela una situación de la que Israel es consciente desde hace tiempo. “Hamás se está financiando con fondos de las organizaciones humanitarias”, advirtió la responsable diplomática en declaraciones a The Jerusalem Post. Hotovely se mostró partidaria de incrementar la supervisión sobre las donaciones procedentes de las ONG para garantizar que los fondos se destinan correctamente. Un alto cargo del Shin Bet citado por Haartez ha desvelado que durante la investigación sobre el director de World Vision en Gaza se han destapado otros casos de trabajadores palestinos de las organizaciones humanitarias, incluido personal al servicio de Naciones Unidas, que se han servido de sus puestos para beneficiar a Hamás.

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