El Madrid salva un mal trago

Un sensacional partido del Celta le tuvo al borde del empate. Un disparo de Kroos desde fuera del área decidió el duelo. Primer gol oficial de Morata.


Luis Nieto
As
El Madrid acabó ganando al sprint un partido bien cocinado por el Celta, que vadeando sus dificultades se agrandó en el Bernabéu hasta donde le alcanzaron las fuerzas. Perdió porque se le hizo largo el partido y porque el galope final del Madrid, con un James hambriento a la cabeza, es casi irresistible.


Equipos como el de Berizzo le recuerdan al Madrid que está en una Liga mayor, repleta de rivales bien equipados y de peligros. Y también que jugar sin Cristiano no es cualquier cosa. Sus goles no quedan sólo para su egoteca sino que despejan partidos como este.

El Celta, también dolorido por las bajas y por esa derrota sofocante en el estreno ante el Leganés, tuvo hombría desde el comienzo. Agrupado en torno al carácter y oficio de Hernández, en permanente desafío con Casemiro, y buscando la emboscada con una presión altísima y a menudo efectiva, le estropeó la fiesta al Madrid, que llegaba de una semana de condecoraciones en Mónaco y de sobredosis de autocomplacencia en su baby boom. Pero ni Asensio ni Morata fueron los de Anoeta. En especial el balear, el empleado del mes, que ni cuando profundizó por su banda ni cuando la abandonó en busca de tierra más fertil resultó productivo. En general, los tres puntas del Madrid vivieron en otra dimensión, patología recurrente en las últimas temporadas.

El Madrid, que recuperó su meseta central con el regreso de Modric, tuvo un dominio precario. Fue el croata quien más hizo por concretarlo, con dos cañonazos brutales desde fuera del área repelidos, en este orden, por el larguero y por Sergio Álvarez. Pero en conjunto el equipo de Zidane firmó un primer tiempo poco agraciado, con Bale asomando muy de cuando en cuando a la superficie y con Carvajal pasando un mal rato ante Bongonda.

A los gallegos sólo les faltó llevar ese oleaje más cerca de Casilla. Amagaron mucho para pegar muy poco. Y gastaron demasiado en ese encomiable empeño de ponerse a la altura del Madrid.

Así que con el paso de los minutos el Madrid se convirtió en una verdadera fuerza de ocupación. Bale comenzó a ser el solista que se espera. Y aquellas acometidas a la velocidad del sonido fueron cada vez peor defendidas por el Celta hasta que apareció el gol. Sergio Álvarez, que estuvo estupendo con las manos, mostró pies de madera. En su tercer error en el despeje encontró Morata su primer gol del curso, rectificando el error de Asensio, que se nubló ante el meta. Más se equivocó el árbitro, que se merendó el fuera de juego de un metro del ariete, que sin tocar el balón obstaculizó el despeje de Jonny. Parecieron desatarse el Madrid y Morata, que estrelló en el palo una arrancada soberbia. Pero un zapatazo de Orellana interrumpió la carrera del Madrid, que en su furia final, liderada por un James que no parece dispuesto a tirarse de este tren en marcha, encontró premio. Lucas Vázquez, un alborotador, vocacional, le abrió el camino a Kroos y este decidió con un remate que tiene registrado, con el interior, raso, colocado al palo. Un pase a la red que dio ganador al Madrid en la foto-finish.

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