El Estado Islámico triplica su capacidad operativa alrededor del mundo
Un informe de agencias de seguridad sauditas afirma que el grupo terrorista ya se expandió a 18 países
George Chaya
Infobae
Según un documento filtrado desde agencias de seguridad de Arabia Saudita, el Estado Islámico cuenta con células que disponen de plena capacidad operativa en 18 países. En otras palabras, esto significa que el grupo terrorista ha triplicado su expansión en áreas donde ha está funcionando a nivel mundial.
No hace mucho tiempo se informó que el Estado islámico (ISIS, por sus siglas en ingles) estaba preparando un plan de acción ante una eventual -y muy posible- pérdida del califato geográfico que hoy domina debido a varios reveses militares en Irak y Siria a manos de fuerzas militares tanto rusas como estadounidenses.
Los funcionarios de inteligencia del Consejo de Cooperación del Grupo de Países del Golfo (CCGPG) advirtieron que esta expansión en materia de operaciones encubiertas se debe a la pérdida de control territorial que el Estado Islámico está experimentando en el campo de batalla, por lo que el grupo yihadista pretende compensar esa pérdida con lo que será una nueva fase de planificación y ejecución de ataques en Occidente, incluyendo operaciones de los denominados "lobos solitarios".
Éstas son las cuestiones por las que ISIS pide repetidamente a sus lobos solitarios que efectúen ataques en los lugares donde se encuentren durante las últimas semanas. En primer lugar, porque dispone de cientos de "soldados durmientes" en el extranjero; pero también porque logró infiltrarse exitosamente en la corriente de refugiados en todo el mundo.
En esta estrategia de expansión del ISIS, un caso de suma gravedad ha salido a la luz en las últimas horas cuando se anunció que Nicholas Young, un oficial de la policía de tránsito de Washington DC, fue detenido en su lugar de trabajo, en la Jefatura Metropolitana de Washington. Se lo acusa de proporcionar ayuda material al Estado islámico, marcando el primer antecedente en el que un agente de la ley de EEUU ha sido acusado de ayudar al Estado islámico.
Aún así, el presidente estadounidense Barack Obama, la aspirante al Salón Oval, Hillary Clinton, y sus compañeros progresistas en los EEUU y el extranjero, todos ellos integrantes de un grupo que tristemente incluye al papa Francisco, insisten en negarse a reconocer públicamente que los yihadistas están en guerra contra Occidente. Sin embargo, ésta es una guerra religiosa-ideológica que en toda instancia es una amenaza global a la seguridad pública y las libertades de los países democráticos.
El documento de inteligencia de la agencia saudita fue recibido por la Casa Blanca, según revelaron fuentes periodísticas de Al-Arabiya. El dossier sugiere un triple aumento en el número de áreas operativas del grupo terrorista, no sólo en varios países de Europa, sino en los EEUU, Australia, India, Tailandia, Centroamérica y Sudamérica.
Anteriores documentos del Departamento de Estado de los Estados Unidos, a partir de 2014, afirmaban que ISIS estaba operativo en siete países, entre los que se identificaba a Siria e Irak como epicentro de sus operaciones junto con las naciones en las que disponía de "filiales asociadas oficialmente", entre ellos Argelia, Nigeria, Libia, la península del Sinaí, Arabia Saudita, Yemen, Afganistán, Pakistán y la zona del Cáucaso al sur de Rusia.
El mapa también muestra "filiales" que aspiran a convertirse en satélites de ISIS en Mali, Egipto, Somalia, Bangladesh, Indonesia y Filipinas.
Últimamente ISIS se ha valido del voto de lealtad de cuanto grupo terrorista e insurgente islámico existe para establecer mayores aliados en todo el mundo, y no le ha ido mal ciertamente, sea por los que adhieren a sus postulados como por aquellos, musulmanes o no musulmanes, cuya sordina y silencio en materia de negación cada vez se aprecia más desenfocado de un escenario que es muy claro.
Por si alguna duda quedaba. En la mañana del martes pasado, Ayman Al-Zawahiri, actual jefe de Al Qaeda, pidió a todos los grupos cercanos o distanciados de su organización "unir esfuerzos para la victoria total del califato sin importar si lo hacían con organizaciones como Al Nusra o ISIS". De lo que se trata, dijo el líder terrorista, "es de aplastar al infiel y ganar a nombre de Alá la tercera guerra mundial contra los cruzados"
Del lado de los yihadistas, la tercera guerra mundial está en marcha y la están librando con todas las armas y herramientas que disponen. Bueno sería que Occidente se dé por enterado antes que los costos en vidas humanas sean más altos y dolorosos.
George Chaya
Según un documento filtrado desde agencias de seguridad de Arabia Saudita, el Estado Islámico cuenta con células que disponen de plena capacidad operativa en 18 países. En otras palabras, esto significa que el grupo terrorista ha triplicado su expansión en áreas donde ha está funcionando a nivel mundial.
No hace mucho tiempo se informó que el Estado islámico (ISIS, por sus siglas en ingles) estaba preparando un plan de acción ante una eventual -y muy posible- pérdida del califato geográfico que hoy domina debido a varios reveses militares en Irak y Siria a manos de fuerzas militares tanto rusas como estadounidenses.
Los funcionarios de inteligencia del Consejo de Cooperación del Grupo de Países del Golfo (CCGPG) advirtieron que esta expansión en materia de operaciones encubiertas se debe a la pérdida de control territorial que el Estado Islámico está experimentando en el campo de batalla, por lo que el grupo yihadista pretende compensar esa pérdida con lo que será una nueva fase de planificación y ejecución de ataques en Occidente, incluyendo operaciones de los denominados "lobos solitarios".
Éstas son las cuestiones por las que ISIS pide repetidamente a sus lobos solitarios que efectúen ataques en los lugares donde se encuentren durante las últimas semanas. En primer lugar, porque dispone de cientos de "soldados durmientes" en el extranjero; pero también porque logró infiltrarse exitosamente en la corriente de refugiados en todo el mundo.
En esta estrategia de expansión del ISIS, un caso de suma gravedad ha salido a la luz en las últimas horas cuando se anunció que Nicholas Young, un oficial de la policía de tránsito de Washington DC, fue detenido en su lugar de trabajo, en la Jefatura Metropolitana de Washington. Se lo acusa de proporcionar ayuda material al Estado islámico, marcando el primer antecedente en el que un agente de la ley de EEUU ha sido acusado de ayudar al Estado islámico.
Aún así, el presidente estadounidense Barack Obama, la aspirante al Salón Oval, Hillary Clinton, y sus compañeros progresistas en los EEUU y el extranjero, todos ellos integrantes de un grupo que tristemente incluye al papa Francisco, insisten en negarse a reconocer públicamente que los yihadistas están en guerra contra Occidente. Sin embargo, ésta es una guerra religiosa-ideológica que en toda instancia es una amenaza global a la seguridad pública y las libertades de los países democráticos.
El documento de inteligencia de la agencia saudita fue recibido por la Casa Blanca, según revelaron fuentes periodísticas de Al-Arabiya. El dossier sugiere un triple aumento en el número de áreas operativas del grupo terrorista, no sólo en varios países de Europa, sino en los EEUU, Australia, India, Tailandia, Centroamérica y Sudamérica.
Anteriores documentos del Departamento de Estado de los Estados Unidos, a partir de 2014, afirmaban que ISIS estaba operativo en siete países, entre los que se identificaba a Siria e Irak como epicentro de sus operaciones junto con las naciones en las que disponía de "filiales asociadas oficialmente", entre ellos Argelia, Nigeria, Libia, la península del Sinaí, Arabia Saudita, Yemen, Afganistán, Pakistán y la zona del Cáucaso al sur de Rusia.
El mapa también muestra "filiales" que aspiran a convertirse en satélites de ISIS en Mali, Egipto, Somalia, Bangladesh, Indonesia y Filipinas.
Últimamente ISIS se ha valido del voto de lealtad de cuanto grupo terrorista e insurgente islámico existe para establecer mayores aliados en todo el mundo, y no le ha ido mal ciertamente, sea por los que adhieren a sus postulados como por aquellos, musulmanes o no musulmanes, cuya sordina y silencio en materia de negación cada vez se aprecia más desenfocado de un escenario que es muy claro.
Por si alguna duda quedaba. En la mañana del martes pasado, Ayman Al-Zawahiri, actual jefe de Al Qaeda, pidió a todos los grupos cercanos o distanciados de su organización "unir esfuerzos para la victoria total del califato sin importar si lo hacían con organizaciones como Al Nusra o ISIS". De lo que se trata, dijo el líder terrorista, "es de aplastar al infiel y ganar a nombre de Alá la tercera guerra mundial contra los cruzados"
Del lado de los yihadistas, la tercera guerra mundial está en marcha y la están librando con todas las armas y herramientas que disponen. Bueno sería que Occidente se dé por enterado antes que los costos en vidas humanas sean más altos y dolorosos.
